Buscar Poemas con Egipcio


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Se han encontrado 7 poemas con la palabra egipcio

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Amado Nervo

transmigración

-- de Amado Nervo --

Mmmm ant. Christ.
Mdccc post christ.
A veces, en sueños, mi espíritu finge
escenas de vidas lejanas:
yo fui
un sátrapa egipcio de rostro de esfinge,
de mitra dorada, y en menfis viví.
Ya muerto, mi alma siguió el vuelo errático,
ciñendo en solima, y a osiris infiel,
la mitra bicorne y el éfod hierático
del gran sacerdote del dios de israel.
Después, mis plegarias alcé con el druida
y en bosque sagrado velleda me amó.
Fui rey merovingio de barba florida;
corona de hierro mi sien rodeó.
Más tarde, trovero de nobles feudales.
Canté sus hazañas, sus lances de honor,
yanté a la su mesa, y en mil bacanales
sentime beodo de vino y de amor.
Y ayer, prior esquivo y austero los labios
al dios eucarístico, temblando acerqué:
por eso conservo piadosos resabios,
y busco el retiro siguiendo a los sabios
y sufro nostalgias inmensas de fe.

Poema transmigración de Amado Nervo con fondo de libro

Lope de Vega

En las riberas del Egipcio Nilo

-- de Lope de Vega --

En las riberas del egipcio Nilo,
cuando los hombres desde lejos huele,
imitando sus quejas, llorar suele
con triste voz el falso cocodrilo.

Y tú que imitas su engañoso estilo,
quieres que con tu llanto me desvele,
pues cuando veo que mi mal te duele,
por ti llorando el corazón distilo.

Voy a tus manos, porque al fin me obliga
la vista de tus lágrimas traidoras,
blandas llamando, agradeciendo ingratas.

¡Oh fiera en condición, y en llanto amiga!,
si me quieres matar, ¿por qué me lloras?
y si me has de llorar, ¿por qué me matas?

Poema En las riberas del Egipcio Nilo de Lope de Vega con fondo de libro

Jorge Luis Borges

proteo

-- de Jorge Luis Borges --

Antes que los remeros de odisea
fatigaran el mar color de vino
las inasibles formas adivino
de aquel dios cuyo nombre fue proteo.
Pastor de los rebaños de los mares
y poseedor del don de profecía,
prefería ocultar lo que sabía
y entretejer oráculos dispares.
Urgido por las gentes asumía
la forma de un león o de una hoguera
o de árbol que da sombra a la ribera
o de agua que en el agua se perdía.
De proteo el egipcio no te asombres,
tú, que eres uno y eres muchos hombres.

Poema proteo de Jorge Luis Borges con fondo de libro

Jorge Riechmann

23

-- de Jorge Riechmann --

Para olga
en la espera de la vida nueva
el dios egipcio bes
tiene la barba hirsuta y las patas cortas
cola de león
greñas espeluznantes
y rápidas muecas torvas le alborotan la jeta.
Nadie lo tomaría por un dios
sino por un demonio muy poco frecuentable.
Y sin embargo bes
es el más amable de los dioses:
ayuda en los partos
promueve la belleza de las mujeres
protege a los durmientes
y siembra alegría por todas partes bailando y tocandomúsica.
En la fealdad suma de este benefactor sin tacha
veo la prueba suprema de su delicadeza de espíritu:
como verdadero artista que es
no ha querido ponernos las cosas demasiado fáciles.
A su lado el apolíneo violador apolo por poner un ejemplo
se revela ridículamente insensible para el matiz
y su grosera suficiencia asesina
sea en asuntos de canto o de mujeres
no corresponde a una persona discreta
sino a algún hampón de altos vuelos en un bar de alterne.
No adoraré nunca a bes
pero le daré la mano
y apenas se presente ocasión me iré de vinos con él
por alguna ciudad de calles fértiles.



Juan de Arguijo

Artemisa

-- de Juan de Arguijo --

Labra Artemisa el grande mausoleo,
Que los altos pirámides afrenta
Del egipcio soberbio, y no contenta,
Busca á su ilustre fe mayor trofeo.

Del tierno y casto pecho en nuevo empleo
Hacer sepulcro al nuevo esposo intenta,
Cuyas cenizas, de su amor sedienta,
Bebe con ansias de inmortal deseo.

«En vano, dice, pretendió la muerte
De tí, dulce Mausolo, dividirme,
Y en largo olvido sepultar tu gloria;

»Que de su injuria hasta á defenderte
Mi pecho, mas que el bronce y mármol firme,
Y eternizar mi amor y tu memoria.



Juan de Arguijo

Troya

-- de Juan de Arguijo --

El que soberbio á no temer se atreve
La fuerza oculta del violento hado,
Y en alegre fortuna confiado,
De lo dioses creyó el aplauso leve,

Ejemplo tome de mi gloria breve,
En cuyo fin dejó el egipcio armado
El turbio Nilo, y vino el scita osado
Que el puro Tánais y el Oronta bebe.

Troya fuí, de los dioses obra ilustre,
Honor del Asia, hermosa, rica y fuerte,
Madre de reinos, y del mundo espanto.

Cayó mi gloria, y de su antiguo lustre
Solo han quedado ¡oh miserable suerte!
Cenizas viles y afrentoso llanto.



Clemente Althaus

El paso del mar Rojo

-- de Clemente Althaus --

Alza el caudillo de Israel la mano,
tendiendo al mar la portentosa vara,
y obediente a Moisés, el océano
en dos mitades su caudal separa;
y cual paredes de cristal, levanta
a un lado y otro un gigantesco muro,
y por el centro con enjuta planta,
el pueblo de Israel pasa seguro.
El fiero egipcio, que escaparse mira
la presa que ya toca su venganza,
al prodigio cegándole la ira,
en seguimiento de Israel se lanza.
Y cuando el postrimer Israelita
huella con salvo pié la otra ribera,
y ya la hueste de Jehová maldita
el camino del mar ocupa entera,
dócil de nuevo de Moisés al mando,
torna la mar a su nivel primero,
en su profundo seno sepultando
«el carro y el caballo y caballero».



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