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Se han encontrado 33 poemas con la palabra deshace

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Lope de Vega

En tanto que deshace el claro Apolo

-- de Lope de Vega --

En tanto que deshace el claro Apolo
de la sierra de Béjar la alta cumbre,
y por Gibraleón su menor lumbre
pasa por nuestro mar al otro polo;

y mientras sobre el oro de Pactolo
su líquido cristal Tormes encubre,
y de Atlante la excelsa pesadumbre
oprime el hombro, que sustenta solo:

con mil despojos, armas y laureles,
después que otro Virgilio Eneidas cante
del gran Sotomayor de Benalcázar,

con nuevo timbre y nuevos coroneles
vuestro nombre con letras de diamante
pondrá la fama en su dorado alcázar.

Poema En tanto que deshace el claro Apolo de Lope de Vega con fondo de libro

Abraham Valdelomar

Desolatrix

-- de Abraham Valdelomar --

Un álbum... Una dama que entre los folios tersos
ha de buscar inquieta la ofrenda primorosa...
La pluma está en mi mano vacilante y medrosa,
pero en mi corazón no florecen los versos.

Yo no creo que el lírico valor de mis esfuerzos
haga brotar en mi alma la ofrenda primorosa:
un secreto dolor, cual pétalos de rosa,
mis más amados ritmos se ha llevado dispersos.

Hoy quisiera, señora, cantar vuestros hermosos
prestigios, el divino don de vuestra belleza,
vuestro selecto espíritu elogiar en mi canto,

pero a mi derredor sólo escucho sollozos,
ya sólo me acompañan mi perenne tristeza
y este mi corazón que se deshace en llanto...

Poema Desolatrix de Abraham Valdelomar con fondo de libro

Alfonsina Storni

El hijo

-- de Alfonsina Storni --

Se inicia y abre en tí, pero estás ciega
para ampararlo y si camina ignoras
por flores de mujer o espada de hombre,
ni qué alma prende en él, ni cómo mira.

Lo acunas balanceando, rama de aire,
y se deshace en pétalos tu boca
porque tu carne ya no es carne, es tibio
plumón de llanto que sonríe y alza.

Sombra en tu vientre apenas te estremece
y sientes ya que morirás un día
por aquél sin piedad que te deforma.

Una frase brutal te corta el paso
y aún rezas y no sabes si el que empuja
te arrolla sierpe o ángel se despliega.

Poema El hijo de Alfonsina Storni con fondo de libro

Alfonsina Storni

El sueño 2

-- de Alfonsina Storni --

Máscara tibia de otra más helada
sobre tu cara cae y si te borra
naces para un paisaje de neblina
en que tus muertos crecen, la flor corre.

Allí el mito despliega sus arañas;
y enflora la sospecha; y se deshace
la cólera de ayer y el iris luce;
y alguien que ya no es más besa tu boca;

Que un no ser, que es un más ser, doblado,
prendido estás aquí y estás ausente
por praderas de magias y de olvido.

¿Qué alentador sagaz, tras el reposo,
creó este renacer de la mañana
que es juventud del día volvedora?



Alfonsina Storni

El hijo (Storni)

-- de Alfonsina Storni --

Se inicia y abre en tí, pero estás ciega
para ampararlo y si camina ignoras
por flores de mujer o espada de hombre,
ni qué alma prende en él, ni cómo mira.

Lo acunas balanceando, rama de aire,
y se deshace en pétalos tu boca
porque tu carne ya no es carne, es tibio
plumón de llanto que sonríe y alza.

Sombra en tu vientre apenas te estremece
y sientes ya que morirás un día
por aquél sin piedad que te deforma.

Una frase brutal te corta el paso
y aún rezas y no sabes si el que empuja
te arrolla sierpe o ángel se despliega.



Alfonsina Storni

El sueño 2 (Storni)

-- de Alfonsina Storni --

Máscara tibia de otra más helada
sobre tu cara cae y si te borra
naces para un paisaje de neblina
en que tus muertos crecen, la flor corre.

Allí el mito despliega sus arañas;
y enflora la sospecha; y se deshace
la cólera de ayer y el iris luce;
y alguien que ya no es más besa tu boca;

Que un no ser, que es un más ser, doblado,
prendido estás aquí y estás ausente
por praderas de magias y de olvido.

¿Qué alentador sagaz, tras el reposo,
creó este renacer de la mañana
que es juventud del día volvedora?



Lope de Vega

Cuando la madre antigua reverdece

-- de Lope de Vega --

Cuando la madre antigua reverdece,
bello pastor, y a cuanto vive aplace;
cuando en agua la nieve se deshace
por el sol, que el Aries resplandece,

la hierba nace, la nacida crece,
canta el silguero, el corderillo pace,
tu pecho, a quien su pena satisface,
del general contento se entristece.

No es mucho mal la ausencia, que es espejo
de la cierta verdad, o la fingida;
si espera fin, ninguna pena es pena.

¡Ay del que tiene por su mal consejo
el remedio imposible de su vida
en la esperanza de la muerte ajena!



Lope de Vega

Cuando pensé que mi tormento esquivo

-- de Lope de Vega --

Cuando pensé que mi tormento esquivo
hiciera fin, comienza mi tormento,
y allí donde pensé tener contento,
allí sin él, desesperado vivo.

Donde enviaba por el verde olivo,
me trujo sangre el triste pensamiento;
los bienes que pensé gozar de asiento
huyeron más que el aire fugitivo.

Cuitado yo, que la enemiga mía,
ya de tibieza en hielo se deshace,
ya de mi fuego se consume y arde.

Yo he de morir, y ya se acerca el día:
que el mal en mi salud su curso hace,
y, cuando llega el bien, es poco y tarde.



Lope de Vega

Señor Liñan, quien sirve sin estrella

-- de Lope de Vega --

Señor Liñán, quien sirve sin estrella,
en átomos del sol quimeras hace,
pues cuanto más el duro yugo abrace,
tanto más su fortuna le atropella.

De mí estoy cierto, que nací sin ella;
pues ¿que porfía, el que sin ella nace?
La forma sin materia se deshace;
cantar no puedo en Babilonia bella.

Sin premio, cosa injusta me parece
perder el tiempo, encanecer temprano,
ídolos de dosel, confuso abismo.

Dichoso vos, a quien el cielo ofrece
tabla en el mar, y en el profundo, mano,
sirviendo a dueño que se da si mismo.



Jaime Torres Bodet

madrigal

-- de Jaime Torres Bodet --

Eres, como la luz, un breve pacto
que de colores fragua su blancura;
y en iris como a ella te figura
de la nieve menor el prisma abstracto.
Dejas, como la luz, un sordo impacto
de sombra en la retina y, por la oscura
huella que de su tránsito perdura,
recuerdo el esplendor de tu contacto.
El cristal te deshace, no el acero;
aunque, más que el cristal, la geometría,
pues transparencias sin aristas nunca
lograron traducir tu ser ligero.
Y, por eso tal vez, el alma mía
te descompone cuando no te trunca.



Jorge Manrique

pregunta (a juan álvarez gato)

-- de Jorge Manrique --

I
después que el fuego se esfuerza
del amor, en cualquier parte
no vale esfuerzo ni fuerza,
seso ni maña ni arte;
ni vale consejo ajeno,
ni hay castigo ni enmienda,
ni vale malo ni bueno,
ni vale tirar del freno,
ni vale darle la rienda.
Ii
pues no aprovecha probarlo
para haberle de matar,
muy mejor será dejarlo
que se acabe de quemar;
que con aquello que entiende
matar el fuego cruel,
con eso mismo lo prende,
porque tanto más lo enciende
cuanto más echan en él.
Iii
era excusado pedir
remedio para mi mal,
pues que tengo de morir
por remedio principal.
Así que estoy en temor
bien cierto de mala suerte,
pues me hallo ser mejor
el remedio que el dolor,
ni el remedio que la muerte.
Iv
vuestra discreción me hace
tener alguna esperanza,
y mi ventura deshace,
mi bien y mi confianza;
mas dígame lo que pido,
aunque remedio no tenga:
yo estoy cerca de perdido
y lejos de socorrido,
y quieren que me detenga.



Jorge Manrique

coplas por la muerte de su padre 7

-- de Jorge Manrique --

Ved de cuán poco valor
son las cosas tras que andamos
y corremos,
que en este mundo traidor,
aun primero que muramos
las perdamos:
de ellas deshace la edad,
de ellas casos desastrados
que acaecen,
de ellas, por su calidad,
en los más altos estados
desfallecen.
↑ Vean (español latinoamericano)
↑ infelices
↑ suceden
↑ debilitan



Jorge Manrique

Pregunta: (A Juan Álvarez Gato)

-- de Jorge Manrique --

I

Después que el fuego se esfuerza
del amor, en cualquier parte
no vale esfuerzo ni fuerza,
seso ni maña ni arte;
ni vale consejo ajeno,
ni hay castigo ni enmienda,
ni vale malo ni bueno,
ni vale tirar del freno,
ni vale darle la rienda.

II

Pues no aprovecha probarlo
para haberle de matar,
muy mejor será dejarlo
que se acabe de quemar;
que con aquello que entiende
matar el fuego cruel,
con eso mismo lo prende,
porque tanto más lo enciende
cuanto más echan en él.

III

Era excusado pedir
remedio para mi mal,
pues que tengo de morir
por remedio principal.
Así que estoy en temor
bien cierto de mala suerte,
pues me hallo ser mejor
el remedio que el dolor,
ni el remedio que la muerte.

IV

Vuestra discreción me hace
tener alguna esperanza,
y mi ventura deshace,
mi bien y mi confianza;
mas dígame lo que pido,
aunque remedio no tenga:
yo estoy cerca de perdido
y lejos de socorrido,
y quieren que me detenga.



Octavio Paz

acabar con todo

-- de Octavio Paz --

v
dame, llama invisible, espada fría,
tu persistente cólera,
para acabar con todo,
oh mundo seco,
oh mundo desangrado,
para acabar con todo.
Arde, sombrío, arde sin llamas,
apagado y ardiente,
ceniza y piedra viva,
desierto sin orillas.
Arde en el vasto cielo, laja y nube,
bajo la ciega luz que se desploma
entre estériles peñas.
Arde en la soledad que nos deshace,
tierra de piedra ardiente,
de raíces heladas y sedientas.
Arde, furor oculto,
ceniza que enloquece,
arde invisible, arde
como el mar impotente engendra nubes,
olas como el rencor y espumas pétreas.
Entre mis huesos delirantes, arde;
arde dentro del aire hueco,
horno invisible y puro;
arde como arde el tiempo,
como camina el tiempo entre la muerte,
con sus mismas pisadas y su aliento;
arde como la soledad que te devora,
arde en ti mismo, ardor sin llama,
soledad sin imagen, sed sin labios.
Para acabar con todo,
oh mundo seco,
para acabar con todo.



Rafael Obligado

visión

-- de Rafael Obligado --

Se sueña, se presiente, se adivina,
estremécese el labio y no la nombra;
el alba la ve huir de la colina
velada entre los pliegues de la sombra.

Espira el melancólico perfume
de la rosa en un féretro olvidada;
se deshace en incienso, se consume
a la rápida luz de una mirada.

Hermana de la tarde, pensativa
en el fondo del valle resplandece;
un instante deslumbra, y fugitiva
en el pálido azul se desvanece.

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Rafael Obligado

Visión (Obligado)

-- de Rafael Obligado --

Se sueña, se presiente, se adivina,
Estremécese el labio y no la nombra;
El alba la ve huir de la colina
Velada entre los pliegues de la sombra,

Espira el meláncolico perfume
De la rosa de unfénetro olvidada;
Se deshace en incienso, se consume
A la rápida luz de una mirada.

Hermana de la tarde, pensativa
En el fondo del valle resplandece;
Un instante deslumbra, y fugitiva
En el pálido azul se desvanece.



Pablo Neruda

grita

-- de Pablo Neruda --

Amor, llegado que hayas a mi fuente lejana,
cuida de no morderme con tu voz de ilusión:
que mi dolor oscuro no se muera en tus alas,
que en tu garganta de oro no se ahogue mi voz.
Amor llegado que hayas
a mi fuente lejana,
sé turbión que desuella,
sé rompiente que clava.
Amor, deshace el ritmo
de mis aguas tranquilas:
sabe ser el dolor que retiembla y que sufre,
sábeme ser la angustia que se retuerce y grita.
No me des el olvido.
No me des la ilusión.
Porque todas las hojas que a la tierra han caído
me tienen amarillo de oro el corazón.
Amor llegado que hayas
a mi fuente lejana,
tuérceme las vertientes,
críspame las entrañas.
Y así una tarde amor de manos crueles,
arrodillado, te daré las gracias.



Gabino Alejandro Carriedo

la langosta

-- de Gabino Alejandro Carriedo --

La langosta se come los trigos,
se corta los humos,
se compra los dientes que tiene.
La langosta que salta y deshace
los trigos más altos y pone
las aceñas de trigo amarillo
tan al lado del trigo comido.
La langosta cancela su postre,
traduce más tarde episodios
y se pone a sumar relicarios,
y a afeitarse se pone temprano,
y se pone a secarse las manos.
Tímidos misántropos del anochecer:
la langosta pospone a su madre,
las cigüeñas se acuestan a veces,
la lechuza nos dice que hay algo,
que en las torres las monjas dormitan.
Por lo mismo que digo langosta
yo diría primero que mientes.
Pues me muero de envidia si veo
los insectos que saltan los montes.



Gabriela Mistral

mientras baja la nieve

-- de Gabriela Mistral --

Ha bajado la nieve, divina criatura,
el valle a conocer.
Ha bajado la nieve, mejor que las estrellas.
¡Mirémoslacaer!
viene calla-callando, cae y cae a las puertas
y llama sin llamar.
Así llega la virgen, y así llegan los sueños.
¡Mirémoslallegar!
ella deshace el nido grande que está en los cielos
y ella lo hace volar.
Plumas caen al valle, plumas a la llanada,
plumas al olivar.
Tal vez rompió, cayendo y cayendo, el mensaje
de dios nuestro señor.
Tal vez era su manto, tal vez era su imagen,
tal vez no mássu amor.



Gustavo Adolfo Bécquer

rima x

-- de Gustavo Adolfo Bécquer --

Los invisibles átomos del aire
en derredor palpitan y se inflaman
el cielo se deshace en rayos de oro
la tierra se estremece alborozada.
Oigo flotando en olas de armonía
rumor de besos y batir de alas,
mis párpados se cierran...¿Qué sucede?
¿dime?... ¡Silencio!... ¿Es el amor que pasa?



Gutierre de Cetina

sigue a la obscura noche el claro día

-- de Gutierre de Cetina --

Y aquella obscuridad que el aire hace,
el sol la aclara toda y la deshace,
y la sombra y temor de sí desvía.
Así de mi verdad, señora mía,
el sol que alguna vez mirar os place,
aclara, justifica y satisface
la obscuridad que mala lengua envía.
Desterrad, pues, por dios, aquella sombra
que el aire os ocupó claro y sereno,
para que el sol de la verdad se vea.
Y entonces, si de mí cosa os asombra,
veréis de un tal amor mi pecho lleno,
tan claro que no hay sol que más lo sea.



Gutierre de Cetina

no hallo ya en el mal inconveniente

-- de Gutierre de Cetina --

Ni en el bien, si lo alcanzo, me detengo;
el tiempo en que no os veo, aunque es muy luengo,
con el alma os estoy siempre presente.
Con tal orden templáis un accidente,
que en el mayor favor, si alguno tengo,
cuando en el disfavor a pensar vengo,
paso por él así livianamente.
Y el placer, el pesar, el riso, el llanto,
gozar y padecer, daño y provecho
igualmente por vos me satisface.
Sola una novedad me causa espanto:
teniendo de contrarios lleno el pecho,
¿cómo la división no lo deshace?



Gutierre de Cetina

si así durase el sol sereno cuanto

-- de Gutierre de Cetina --

Dura la noche tenebrosa, obscura,
si en medio del placer mi desventura
no transformase el gozo en triste llanto,
¿cuál vida podría ser alegre tanto,
cuál mal que iguale al bien de tal ventura,
cuál remedio mayor de mi tristura
que mudar en alegre el triste canto?
en la gloria mayor de mi tormento
voy por tranquilo mar ledo cantando,
mientra alegres se muestran vuestros ojos.
Mas, ¡ay!, que cuando más, más gloria siento,
se me deshace el bien considerando
cuál me suelen parar vuestros enojos.



Gutierre de Cetina

como al pastor que en la ardiente hora estiva

-- de Gutierre de Cetina --

La verde sombra, el fresco aire agrada,
y como a la sedienta su manada
alegra alguna fuente de agua viva,
»así a mi árbol do se note o escriba
mi nombre en la corteza delicada
alegra, y ruego a amor que sea guardada
la planta porque el nombre eterno viva.
»Ni menos se deshace el hielo mío,
vandalio, ante tu ardor, cual suele nieve
a la esfera del sol ser derretida».
Así decía dórida en el río
mirando su beldad, y el viento leve
llevó la voz que apenas fue entendida.



Gutierre de Cetina

como el calor de la celeste esfera

-- de Gutierre de Cetina --

Calienta y vivifica y da consuelo
cuanto hay elemental acá en el suelo,
árbol, planta, animal, flor, hierba o fiera,
así, señora, amor de esta manera
los pechos arde de amoroso celo,
sino ése vuestro que por ser de hielo,
de mal tan general se queda fuera.
Pero si el sol al mayor hielo ofende,
lo consume y deshace, como vemos,
el vuestro ante mi ardor, ¿quién lo defiende?
y si ambos de su ardor nos defendemos,
¿cómo se hiela en vos y en mí se enciende?
¿caben en un sujeto dos extremos?



Idea Vilariño

quiero morir

-- de Idea Vilariño --

Quiero morir. No quiero oír ya más campanas.
La noche se deshace, el silencio se agrieta.
Si ahora un coro sombrío en un bajo imposible,
si un órgano imposible descendiera hasta donde.

Quiero morir, y entonces me grita estás muriendo,
quiero cerrar los ojos porque estoy tan cansada.
Si no hay una mirada ni un don que me sostengan,
si se vuelven, si toman, qué espero de la noche.

Quiero morir ahora que se hielan las flores,
que en vano se fatigan las calladas estrellas,
que el reloj detenido no atormenta el silencio.

Quiero morir. No muero.

No me muero. Tal vez
tantos, tantos derrumbes, tantas muertes, tal vez,
tanto olvido, rechazos,
tantos dioses que huyeron con palabras queridas
no me dejan morir definitivamente.



Vicente Aleixandre

cobra

-- de Vicente Aleixandre --

La cobra toda ojos,
bulto echado la tarde (baja, nube),
bulto entre hojas secas,
rodeada de corazones de súbito parados.
Relojes como pulsos
en los árboles quietos son pájaros cuyas gargantascuelgan,
besos amables a la cobra baja
cuya piel es sedosa o fría o estéril.
Cobra sobre cristal,
chirriante como navaja fresca que deshace a una virgen,
fruta de la mañana,
cuyo terciopelo aún está por el aire en forma de ave.
Niñas como lagunas,
ojos como esperanzas,
desnudos como hojas
cobra pasa lasciva mirando a su otro cielo.
Pasa y repasa el mundo,
cadena de cuerpos o sangres que se tocan,
cuando la piel entera ha huido como un águila
que oculta el sol. ¡Oh cobra, ama, ama!
ama bultos o naves o quejidos,
ama todo despacio, cuerpo a cuerpo,
estre muslos de frío o entre pechos
del tamaño de hielos apretados.
Labios, dientes o flores, nieves largas;
tierra debajo convulsa derivando.
Ama al fondo con sangre donde brilla
el carbunclo logrado.
El mundo vibra.



Mario Benedetti

intimidad

-- de Mario Benedetti --

Soñamos juntos
juntos despertamos
el tiempo
mientras tanto
hace o deshace
no le importan
tu sueño
ni mi sueño
somos dóciles
torpes
destructibles
pensamos que no cae
esa gaviota
que hay más allá del fin
hay otra orilla
que la batalla es nuestra
o de ninguno
vivimos juntos
juntos
nos destruimos
pero la destrucción es una broma
un detalle
una ráfaga
un instante
un abrir y cerrarse
de ojos ciegos
ah nuestra intimidad
es tan inmensa
que la muerte la esconde
en su vacío.



Rosalía de Castro

A la memoria del poeta gallego Aurelio Aguirre

-- de Rosalía de Castro --

Lágrima triste en mi dolor vertida,
perla del corazón que entre tormentas
fue en largas horas de pesar nacida,
en fúnebre memoria convertida
la flor será que a tu corona enlace;
las horas de la vida turbulentas
ajan las flores y el laurel marchitan;
pero lágrimas, ¡ay!, que el alma esconde,
llanto de duelo que el dolor fecunda,
si el triste hueco de una tumba anega
y sus húmedos hálitos inunda,
ni el sol de fuego que en Oriente nace
seco su manantial a dejar llega
ni en sutiles vapores le deshace,
¡y es manantial fecundo el llanto mío
para verter sobre un sepulcro amado
de mil recuerdos caudaloso río!



Rosalía de Castro

Viendo que, semejantes a las flores

-- de Rosalía de Castro --

Viendo que, semejantes a las flores
Que el huracán en su furor deshace,
Éstos, después de aquéllos,
Llenos de vida y de esperanzas caen
Al entrar en la lid donde con gloria
Por la patria combaten,

Tal como el pobre abuelo que contempla
Del nietezuelo amado los despojos,
Exclamó alzando la mirada al cielo
De angustia lleno y doloroso asombro:
— ¡Pero es verdad, Dios mío, que ellos mueren
Y quedamos nosotros!

En la Corona fúnebre de Andrés Muñíais, 1883.



Miguel Unamuno

Sombra de humo

-- de Miguel Unamuno --

¡Sombra de humo cruza el prado!
¡Y que se va tan de prisa!
¡No da tiempo a la pesquisa
de retener lo pasado!

Terrible sombra de mito
que de mi propio me arranca,
¿es acaso una palanca
para hundirse en lo infinito?

Espejo que me deshace
mientras en él me estoy viendo,
el hombre empieza muriendo
desde el momento en que nace.

El haz del alma te ahuma
del humo al irse a la sombra,
con su secreto te asombra
y con su asombro te abruma.



Fernando de Herrera

Fueron de un corto bien que huye luego

-- de Fernando de Herrera --

Fueron de un corto bien que huye luego,
antes que vuelva la ocasión la frente,
muestras las que el Amor halló presente,
con mi alma ardió en su eterno fuego.

Pero glorias de un niño solo y ciego,
que cedo las deshace un accidente,
¿cómo pueden valer a un pecho ausente,
que en su dolor no alcanza algún sosiego?

Fundé mis esperanzas en arena,
que el viento esparce, airado, sin concierto,
y rendido al temor, perdí el recelo.

Cayeron, y el cruel, por mayor pena,
en altas nubes desmayó desierto,
ni alzar osando ni inclinar el vuelo.



Roberto Juarroz

la muerte es otro hilo de la trama

-- de Roberto Juarroz --

La muerte es otro hilo de la trama.
Hay momentos en que podría penetrar en nosotros
con la misma naturalidad que el hilo de la vida
o el hilo del amor.
El tejido se completaría entonces casi tiernamente,
casi como si nosotros mismos lo tejiéramos.
Hay momentos para morir.
Hay momentos
en los que el hilo de la muerte
no deshace el tejido.



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