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-- de Luis Rosales --
La sombra siempre y luz sin la luz mía
herrera
tu soledad, abril, todo lo llena.
Colma de luz la espuma y la corriente.
Aurora niña con su sol reciente.
Toro en golpe de mar como mi pena.
La soledad del corazón resuena
desierto ya como un reloj viviente,
como un reloj que late porque siente
la marcha de tu pie sobre la arena.
Y así vas caminando sangre adentro,
sangre hacia arriba, hacia el primer encuentro,
sangre hacia ayer en la memoria mía;
¡ay, corazón, donde me pisas tanto!,
¡qué soledad sin ti, cierva de llanto!
qué soledad de luz buscando el día.
Poema "larga es la ausencia" de Luis Rosales
-- de José Pedroni --
Oh gota musical que se separa
de la inmortalidad y oye mi oído
caer continuamente en el olvido
de mi honda penumbra, oh gota clara!
una estrofilla de infantil dulzura,
sólo en la fuente alguna vez oída,
me ejecuta en el alma la caída
inmaterial de aquella gota pura.
De un agua fresca como cisterna,
mi pozo espiritual colma la gota;
y sin querer tengo una voz remota
y a todas horas la mirada tierna.
Oh gota de agua dulce que te estancas
en mi profundidad, de cuyo hueco
interminable sube un eco
que es como un vuelo de palabras blancas.
Oh gota musical que me deparas
el milagro ideal de tu caída,
cáeme siempre, siempre, que mi vida
vive en el canto de tus notas claras.
Poema "la gota de agua" de José Pedroni
-- de Gaspar Melchor de Jovellanos --
Quiero que mi pasión, ¡oh enarda!, sea,
menos de ti, de todos ignorada;
que ande en silencio y sombras embozada,
y ningún necio mofador la vea.
Sea yo dichoso, y más que nadie crea
que es con tu amor mi fe recompensada;
que no por ser de muchos envidiada,
crece la dicha a más sublime idea.
Amor es un afecto misterioso,
que nace entre secretas confianzas,
mas muere al soplo de mordaz censura;
y sólo aquel que logra, ni envidioso
ni envidiado, cumplir sus esperanzas,
colma su gozo y fija su ventura.
Poema "a enarda" de Gaspar Melchor de Jovellanos