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-- de Lope de Vega --
Peniso amigo, codiciar mi muerte,
y ofrecer que, a mis honras funerales,
harás una oración como otras tales
de que tu ingenio, acción y voz me advierte,
es amistad que yo quisiera hacerte.
Todos para morir somos iguales,
que por la condición de ser mortales
también te puede a ti tocar la suerte.
No tomo la palabra, aunque me arguyas
de ingrato a los favores que me hacías,
que cuando eternidades constituyas,
mejor es que yo escriba en tales días
sonetos tristes a la honras tuyas,
que no que tú prediques a las mías.
Poema "Peniso amigo, codiciar mi muerte" de Lope de Vega
-- de Pedro Antonio de Alarcón --
Estoy, señor, de mí tan desprendida,
y de toda afición tan apartada,
que, por el don que os intereso, nada
sacrificar pudiera agradecida.
Voto os hiciera de dejar la vida,
si antes no fuera vuestra, y tan cuitada,
que, al perderla, creyérame premiada
con no vivir y verme a Vos unida.
Mas, pues no hay meritorio sacrificio
en quien vive sin dichas, yo os ofrezco,
si volvéis la salud al moribundo,
ceñirme la existencia cual silicio,
codiciar una vida que aborrezco,
abrazarme a la cruz de aqueste mundo.
Poema "Promesa de una esposa" de Pedro Antonio de Alarcón
-- de José Ángel Buesa --
No era amor. Fue otra cosa.
Pero según murmuran en la ciudad aquella,
yo cometí el delito de inventarte una estrella,
y fue tuyo el pecado de ofrecerme una rosa.
No era amor, no era eso
que se enciende en la sangre como una llamarada:
era mirar tus ojos y no decirte nada
o acercarme a tu boca sin codiciar un beso.
Tarde para mi hastío,
tarde para tu angustia de mariposa en vano,
éramos como dos ciegos que se daban la mano,
como dos niños pobres, tu corazón y el mío.
Nada más. Ni siquiera
suspirar en la lluvia de una tarde vacía.
No era amor, fue otra cosa. No sé lo que sería.
Yo sé que es triste que nadie lo creyera.
Poema "no era amor" de José Ángel Buesa