Buscar Poemas con Catedrales


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Emilio Bobadilla

Lección de Filosofía

-- de Emilio Bobadilla --

Los cañones demuelen catedrales y casas,
y embermejan el río las huestes convulsivas
que vencedoras entran en hormigueras masas,
bayoneta calada, entre mueras y vivas.

En éxodo aflictivo huyen las multitudes
cual de un mar que de pronto terrible se desborda.
¿Qué son de las montañas los épicos aludes
y qué el gritar confuso de atolondrada horda?

En la margen opuesta del río, en la pradera,
—todo paz y verdura, bucólico embeleso
de una tarde beatífica de dulce primavera—,

mientras el hombre esgrime fusil, espada y gumia,
—sus armas predilectas de cultura y progreso-
una vaca el sosiego del crepúsculo rumia.

Poema Lección de Filosofía de Emilio Bobadilla con fondo de libro

Emilio Bobadilla

Sombras románticas

-- de Emilio Bobadilla --

La metralla tudesca con deleite derriba
vetustas catedrales de histórica prosapia
y en su odio secreto, que la impotencia aviva,
—odio al sol porque brilla— no deja en pie una tapia.

Del fondo de tu ciencia aturdidora y burda,
famélicos parece que salen tus instintos,
y sin que nada —¡nada, ni el dolor!— les aturda,
a tu ciencia retornan en sangre humana tintos.

Ni el resplandor del arte con sus siglos de gloria
ataja la embestida de tu terrible ariete.
No hay lirismo, ni lágrimas, ni tradición, ni historia,

que a su empuje respeten tus falanges atlánticas...
¡Oh sombras venerables de Schiller y de Goethe,
llorad en vuestras viejas sepulturas románticas!

Poema Sombras románticas de Emilio Bobadilla con fondo de libro

Vicente Huidobro

Me alejo en silencio

-- de Vicente Huidobro --

Me alejo en silencio como una cinta de seda
Paseante de arroyos
Todos los días me ahogo
En medio de plantaciones de plegarias
Las catedrales de mis ternuras cantan a la noche bajo el agua
Y esos cantos forman las islas del mar

Soy el paseante
El paseante que se parece a las cuatro estaciones

El bello pájaro navegante
Era como un reloj envuelto en algodón
Antes de volar me ha dicho tu nombre

El horizonte colonial está cubierto todo de cortinajes
Vamos a dormir bajo el árbol parecido a la lluvia

Poema Me alejo en silencio de Vicente Huidobro con fondo de libro

Julio Herrera Reissig

luna de miel

-- de Julio Herrera Reissig --

Huyó, bajo sus velos soñadores,
la tarde. Y en los torvos carrizales
zumbaba con dulzuras patriarcales
el cuerno de los últimos pastores.

Entre columnas, ánforas y flores
y cúpulas de vivas catedrales,
gemí en tu casta desnudez rituales
artísticos de eróticos fervores.

Luego de aquella voluptuosa angustia
que dio a tu faz una belleza mustia,
surgiendo entre la gasa cristalina

tu seno apareció como la luna
de nuestra dicha y su reflejo en una
linfa sutil de suavidad felina.



José Martí

yo visitaré anhelante

-- de José Martí --

iv
yo visitaré anhelante
los rincones donde a solas
estuvimos yo y mi amante
retozando con las olas.
Solos los dos estuvimos,
solos, con la compañía
de dos pájaros que vimos
meterse en la gruta umbría.
Y ella, clavando los ojos,
en la pareja ligera,
deshizo los lirios rojos
que le dio la jardinera.
La madreselva olorosa
cogió con sus manos ella,
y una madama graciosa,
y un jazmín como una estrella.
Yo quise, diestro y galán,
abrirle su quitasol;
y ella me dijo: «¡qué afán!
¡si hoy me gusta ver el sol!
»nunca más altos he visto
estos nobles robledales:
aquí debe estar el cristo,
porque están las catedrales.
»Ya sé dónde ha de venir
mi niña a la comunión;
de blanco la he de vestir
con un gran sombrero alón».
Después, del calor al peso,
entramos por el camino,
y nos dábamos un beso
en cuanto sonaba un trino.
¡Volveré, cual quien no existe,
al lago mudo y helado:
clavaré la quilla triste:
posaré el remo callado!



Blanca Andreu

la vigilia de elphistone

-- de Blanca Andreu --

Un viento cortejo de apariencias cree recordar el rumor
de los puertos,
la charla sin fin de las ciudades,
zancudas de metal en el perfil, grúas y catedrales
entre la niebla, músicas y descargas,
destinos y negocios.
Y sin embargo en dónde tus orillas,
la esperanza que ciega o equivoca, grande mar,
cuando sepultas la verdad y caen las vidas, los imperios,
dejando paso a la belleza.
Ante ninguna ley te excedes en tus atribuciones
cuando el celo en tus cargos establece la muerte.



Blanca Andreu

qué señor de las noches, qué guerreros, qué ausentes

-- de Blanca Andreu --

Qué señor de las noches, qué guerreros, quéausentes,
qué silencio crecido en un secreto como las ramas y
las catedrales
cuando la música de marzo tiene la verdad a sus pies.
Qué estaciones donde nada hay y ningún mensajero recuerda
aquella música lejana, aquellos ojos que brillan en la
oscuridad
como dos animales vivos.
Sobre la niebla, entonces, propagaba su pensamiento
y relaciones y analogías relucían semejantes a peces,
recuerdos refulgiendo sobre el lomo del mar, huraños
pasillos de la memoria, entonces los últimos
sentimientos, negros como la sombra en la bodega,
se saben todavía mal interpretados qué astrolabio
y qué brújula, qué viento del noroeste
para el sombrío capitán elphistone, para su mirada
cuando saluda a las constelaciones, el boyero y las
cabrillas
contra el incendio de las tempestades
o bien qué mueca definitivamente fría como un hueso.



Ramón María del Valle Inclán

vitrales

-- de Ramón María del Valle Inclán --

¡rosaleda de oro,
selva del sonoro
ruiseñor del coro!

¡rosas inocentes,
formas transparentes
conceptos lucientes!

¡sois en los vitrales
de las catedrales,
soles musicales!

¡teologal diseño,
rosas del ensueño
de un cielo abrileño!

¡voluntades bélicas!
¡coyundas angélicas!
¡paces evangélicas!

¡rosas del anhelo,
voces del consuelo,
amores del cielo!

¡escalas por donde
al alma responde
el que se me esconde!

¡mística oración!
¡dulce posesión!
¡tetragrámaton!



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