Buscar Poemas con Cargo


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Se han encontrado 10 poemas con la palabra cargo

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Manuel del Palacio

En un calabozo

-- de Manuel del Palacio --

¡Cuán triste debe ser y cuán amargo
Vivir en este sucio asilo estrecho,
Sintiendo sin cesar dentro del pecho
De la airada conciencia el justo cargo!

¡Cuántas horas de angustia y de letargo
Ofrecerá al culpable el duro lecho,
Y cuántas, ¡ay! en lágrimas deshecho
De su existencia el fin hallará largo!

Pero á mí ¿qué me importa tu tristeza?
Como en almohada de caliente pluma
Reclino en tu tarima mi cabeza;

La culpa, no el castigo, es lo que abruma,
Y rompe mi virtud toda vileza
Como el alto bajel rompe la espuma.

Poema En un calabozo de Manuel del Palacio con fondo de libro

Oliverio Girondo

fiesta en dakar

-- de Oliverio Girondo --

La calle pasa con olor a desierto, entre un friso de negros sentadossobre el cordón de la vereda.
Frente al palacio de la gobernación:
¡calor! ¡calor!
europeos que usan una escupidera en la cabeza.
Negros estilizados con ademanes de sultán.
El candombe les bate las ubres a las mujeres para que al pasar, elministro les ordeñe una taza de chocolate.
¡Plantas callicidas! negras vestidas de papagayo, con suscrías en uno de los pliegues de la falda. Palmeras, que de nochese estiran para sacarle a las estrellas el polvo que se les ha entradoen la pupila.
¡Habrá cohetes! ¡cañonazos! un nuevo impuestoa los nativos. Discursos en cuatro mil lenguas oscuras.
Y de noche:
¡iluminación!
a cargo de las
constelaciones.

Poema fiesta en dakar de Oliverio Girondo con fondo de libro

Pablo Neruda

por qué no mandan a los topos

-- de Pablo Neruda --

Por qué no mandan a los topos
y a las tortugas a la luna?
los animales ingenieros
de cavidades y ranuras
no podrían hacerse cargo
de estas lejanas inspecciones?

Poema por qué no mandan a los topos de Pablo Neruda con fondo de libro

José Tomás de Cuellar

Flores y espinas (Cuéllar)

-- de José Tomás de Cuellar --

Recojido abrojos á millares;
lo saben los ingratos.
Pero una que otra flor llevo en mi seno
De algunos que me amaron.
Cuando parta de aquí, liviano el peso
Será de lo que cargo.
Recojerán entonces tanta espina,
Tras de mí, los ingratos.



Fray Luis de León

Al salir de la prisión

-- de Fray Luis de León --

De nuevo, ¡oh Salamanca!
estoy aquí , de la prisión salido.
La frente toda blanca,
el cuerpo envejecido.
¡Si las canas me hiciese más temido!
Sosegado ya un tanto
vuelvo a emprender la vía abandonada
sin rencor ni quebranto.
¿Fe y vida está salvada?
¡Pues todo no ha quedado en la estacada!
Mañana hacia la ciencia
seguiré sin sentir recelo alguno
ni cargo de conciencia.
¡Dulce oficio oportuno
que enseñar y aprender es todo uno!
Pero es camino largo
que hay que seguir tenaz con firme anhelo.
A veces, cierto, amargo
hasta romper el hielo;
más grato cuanto más lejos del suelo.
¡Dulce camino loco!
¡Empresa más feliz cuanto más nueva!
Que si es cierto que el poco
saber nos pone a prueba,
el mucho, si se alcanza, a Dios nos lleva.



Gutierre de Cetina

qué pérdida, qué mal, qué sentimiento

-- de Gutierre de Cetina --

«marina de aragón yace aquí. Espera,
detén el paso y apresura el llanto».
«¿Y éste a quien el dolor aflige tanto
quién es?» «muerto su bien ya no es el que era».
«¡Ay, rabioso pesar!, ¡ay pena fiera!
¿es amor el que cubre obscuro manto?»
«sí, mas oye qué dice y nota cuánto
el cielo nos llevó, que no debiera»:
beldad, gracia, valor, virtud, cordura,
ingenio, honestidad, seso, arte y gloria,
linaje y todo el bien que da ventura,
se ha llevado la muerte y por memoria
su nombre mostrará esta piedra dura;
yo tendré cargo de llorar su historia.



Gutierre de Cetina

si con cien ojos como el pastor argo

-- de Gutierre de Cetina --

Antes si con cien mil mirase atento,
si alcanzase la vista al pensamiento,
si de néstor tuviese el vivir largo,
si el alma libre más, más sin embargo,
pusiese en sola vos su entendimiento,
no basta a ver las partes que sin cuento
el cielo de beldad os hizo cargo.
La envidia, que poner suele defeto
do no lo puede haber, arde y suspira
mirándoos, y a sí mesma se reprueba;
y el mundo, que subir con el conceto
no puede desde acá, mientra que os mira
cree por fe, sin desear más prueba.



Tomás de Iriarte

Reconciliación después de unos celos y un desmayo

-- de Tomás de Iriarte --

Acordarme no quiero, Orminta amada,
del desmayo en que apenas pude verte
cuando estaba la imagen de la muerte
en tu bello semblante retratada.

Olvido la sospecha mal fundada
que contra mí forjó la adversa suerte,
y el cargo por sí débil, pero fuerte,
cuando tierna la hacías, cuando airada.

Sólo me acuerdo, sí, de aquel abrazo
en que tu gracia vi restituida,
y vi alargada a mi esperanza el plazo.

No quede cicatriz de tal herida;
reine la paz; y en tan estrecho lazo,
hallen muerte los celos, y yo vida.



Evaristo Carriego

De sobremesa (Carriego)

-- de Evaristo Carriego --

Anoche, terminada ya la cena
y mientras saboreaba el café amargo,
me puse a meditar un rato largo:
el alma como nunca de serena.

Bien lo sé que la copa no está llena
de todo lo mejor, y, sin embargo,
por pereza quizás, ni un solo cargo
le hago a la suerte, que no ha sido buena.

Pero, como por una virtud rara
no le muestro a la vida mala cara
ni en las horas que son más fastidiosas,

nunca nadie podrá tener derecho
a exigirme una mueca... ¡Tantas cosas
se pueden ocultar bien en el pecho!



Clemente Althaus

España (Althaus)

-- de Clemente Althaus --

Juntó la Muerte ante su trono un día
a los ministros do su furia aciaga,
por dar la palma al que, de todos, haga
mas fiero el cargo que a su saña fía.

Fue la sangrienta Guerra a la porfía,
el Terremoto que ciudades traga,
Incendio y Hambre y Peste, y cuanta plaga
sirve del mundo a la señora impía.

El premio horrendo cada cual espera,
indecisa la negra Soberana
sus méritos iguales considera;

mas viene España, y los laureles gana,
que es ella de las plagas la más fiera
y el gran azote de la estirpe humana.



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