Buscar Poemas con Brindaba


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Se han encontrado 4 poemas con la palabra brindaba

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César Vallejo

Trilce: XXXIV

-- de César Vallejo --

Se acabó el extraño, con quien, tarde
la noche, regresabas parla y parla.
Ya no habrá quien me aguarde,
dispuesto mi lugar, bueno lo malo.

Se acabó la calurosa tarde;
tu gran bahía y tu clamor; la charla
con tu madre acabada
que nos brindaba un té lleno de tarde.

Se acabó todo al fin: las vacaciones,
tu obediencia de pechos, tu manera
de pedirme que no me vaya fuera.

Y se acabó el diminutivo, para
mi mayoría en el dolor sin fin,
y nuestro haber nacido así sin causa.

Poema Trilce: XXXIV de César Vallejo con fondo de libro

César Vallejo

se acabó el extraño, con quien, tarde

-- de César Vallejo --

xxxiv
se acabó el extraño, con quien, tarde
la noche, regresabas parla y parla.
Ya no habrá quien me aguarde,
dispuesto mi lugar, bueno lo malo.
Se acabó la calurosa tarde;
tu gran bahía y tu clamor; la charla
con tu madre acabada
que nos brindaba un té lleno de tarde.
Se acabó todo al fin: las vacaciones,
tu obediencia de pechos, tu manera
de pedirme que no me vaya fuera.
Y se acabó el diminutivo, para
mi mayoría en el dolor sin fin,
y nuestro haber nacido así sin causa.

Poema se acabó el extraño, con quien, tarde de César Vallejo con fondo de libro

Emilio Bobadilla

La fuente envenenada

-- de Emilio Bobadilla --

Cantaba en el silencio de la noche la fuente,
y en torno suyo, luego de acabada la lucha,
fraternizaban todos, bebiendo ávidamente,
a la luz de los astros, sin temor del escucha.

Y era aquel un refugio de efímero sosiego,
de paz un simulacro, pasajero armisticio;
campo mustio que anhela el benéfico riego,
beso puro que ansía harto de carne el vicio.

Y un día envenenaron la fuente —intermediaria
de frescura y silencio, entre uno y otro bando—
(¿era más cruel el hombre de la edad cuaternaria?)

y con ritmo, al estruendo de la metralla ajeno,
en la noche la fuente continuaba cantando,
sin saber que brindaba en su linfa veneno...!

Poema La fuente envenenada de Emilio Bobadilla con fondo de libro

Olegario Víctor Andrade

La flor de mi esperanza (Andrade)

-- de Olegario Víctor Andrade --

Yo diviso rodando marchita
sin aroma la cándida flor
que furioso huracán precipita
resonando con triste fragor.

De mi seno se lleva la calma,
mis ensueños de gloria, de paz,
y en lugar de la dicha del alma,
solo queda un recuerdo fugaz.

En un tiempo que huyó presuroso
como el eco de triste canción,
levantando su cáliz precioso
parecía celeste visión.

Era hermosa cual nítida estrella,
que refleja su plácida luz,
cuando sola la luna descuella
de la noche en el negro capuz.

Su fragancia divina brindaba
conmovida por mágico ambiente,
y al mirarla un suspiro lanzaba
con mi llanto regando su frente.

Pero pronto el impulso violento
del terrible fatal aquilón,
sin piedad destrozó en un momento
de mi sueños la dulce ilusión.

Y nos sigue un conforme destino:
yo doblego mi altiva cerviz,
ella pierde su aroma divina,
su precioso, variado matiz.

¡Cuán sensible es el ver marchitarse
de ferviente esperanza la flor,
y en la vida fugaz deslizarse
por abismos de luto y horror!

(Uruguay, 13 de octubre de 1855)



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