Buscar Poemas con Ballesta


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Se han encontrado 7 poemas con la palabra ballesta

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Lope de Vega

A una dama que limpia los dientes

-- de Lope de Vega --

Gente llama la caja belicosa
cuando se dora y limpia la jineta,
y cuando la ballesta o la saeta,
señal es de la caza codiciosa:

cuando desnuda de la vaina ociosa
la espada el cortesano, honor le aprieta;
cuando se limpia el tiro o la escopeta,
señal es de la guerra sanguinosa;

y cuando el arco de marfil bruñido
de sus dientes Lucinda los despojos,
con la saeta de su lengua asido,

señal es que a matar y a dar enojos;
si no es arco del cielo que ha salido
a serenar la lluvia de mis ojos.

Poema A una dama que limpia los dientes de Lope de Vega con fondo de libro

José Ángel Buesa

soneto (de luis de camões)

-- de José Ángel Buesa --

Entre el ramaje en flor del limonero
está un ave dulcísima escondida,
rimando un blando verso sin medida
que fluye de su pico lastimero.
Pero un cruel cazador, desde el sendero,
eleva su ballesta distendida,
y el ave cae, mortalmente herida,
ensartada en el dardo traicionero.
Así, mi corazón, que libre andaba,
se sintió, donde menos lo esperaba
y donde menos lo temía, herido;
que el ciego cazador por mí temido,
para tomarme por sorpresa, estaba
en vuestros claros ojos escondido.

Poema soneto (de luis de camões) de José Ángel Buesa con fondo de libro

Antonio Machado

El poeta recuerda las tierras de Soria

-- de Antonio Machado --

¡Ya su perfil zancudo en el regato,
en el azul el vuelo de ballesta,
o, sobre el ancho nido de ginesta,
en torre, torre y torre, el garabato
de la cigüeña!... En la memoria mía
tu recuerdo a traición ha florecido;
y hoy comienza tu campo empedernido
el sueño verde de la tierra fría,
Soria pura, entre montes de violeta.
Di tú, avión marcial, si el alto Duero
a donde vas recuerda a su poeta,
al revivir su rojo Romancero;
¿o es, otra vez, Caín, sobre el planeta,
bajo tus alas, moscardón guerrero?

Poema El poeta recuerda las tierras de Soria de Antonio Machado con fondo de libro

Antonio Machado

Sonetos escritos en una noche de bombardeo en Rocafort: II

-- de Antonio Machado --

Y a su perfil zancudo en el regato,
en el azul el vuelo de ballesta,
sobre el aneho nido de ginesta,
En torre, torre y torre, el garabato
de la cigüeña... En la memoria mia,
Tu recuerdo a traición ha florecido;
y hoy comienza tu campo empedernido
El sueño verde de la tierra fria,
Soria pura, entre montes de violeta.
Di tu, avión marcial, si el alto Duero
A donde vas recuerda a su poeta,
al revivir su rojo Romancero ;
¿ es, otra vez, Cain, sobre el planeta,
bajo tus alas, moscardón guerrero?.



Antonio Machado

Allá en las tierras altas

-- de Antonio Machado --

Allá, en las tierras altas,
por donde traza el Duero
su curva de ballesta
en torno a Soria, entre plomizos cerros
y manchas de raídos encinares,
mi corazón está vagando, en sueños...
¿No ves, Leonor, los álamos del río
con sus ramajes yertos?
Mira el Moncayo azul y blanco; dame
tu mano y paseemos.
Por estos campos de la tierra mía,
bordados de olivares polvorientos,
voy caminando solo,
triste, cansado, pensativo y viejo.



Anónimo

Romance de Álora la bien cercada

-- de Anónimo --

Álora, la bien cercada,
tú que estás a par del río,
cercote el adelantado
una mañana en domingo,
con peones y hombres de armas
hecho la había un portillo.
Viérades moros y moras
que iban huyendo al castillo;
las moras llevaban ropa,
los moros, harina y trigo.
Por encima del adarve
su pendón llevan tendido.
Allá detras de una almena
quedádose ha un morillo
con una ballesta armada
y en ella puesta un cuadrillo.
Y en altas voces decía
que la gente lo ha oído:
-¡Treguas, tregua, adelantado,
que tuyo se da el castillo!
Alzó la visera arriba,
para ver quié lo había dicho,
apuntáralo a la frente,
salídole ha el colodrillo.
Tómale Pablo de rienda,
de la mano Jacobico,
que eran dos esclavos suyos
que había criado de chicos.
Llévanle a los maestros,
por ver si le dan guarido.
A las primeras palabras
por testamento les dijo
que él a dios se encomendaba
y el alma se le ha salido.



Miguel Unamuno

Al amor de la lumbre

-- de Miguel Unamuno --

Dulcissime vanus Homems

Al amor de la lumbre cuya llama
como una cresta de la mar ondea.
Se oye fuera la lluvia que gotea
sobre los chopos. Previsora el ama

supo ordenar se me temple la cama
con sahumerio. En tanto la Odisea
montes y valles de mi pecho orea
de sus ficciones con la rica trama

preparándome el sueño. Del castaño
que más de cien generaciones de hoja
criara y vio morir, cabe el escaño

abrasándose el tronco con su roja
brasa me reconforta. ¡Dulce engaño
la ballesta de mi inquietud afloja!



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