Buscar Poemas con Azahares


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Se han encontrado 15 poemas con la palabra azahares

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Abraham Valdelomar

Blanca la novia

-- de Abraham Valdelomar --

-Amada, ya es hora,
ya se acerca la aurora
y el cura en la capilla nos espera.

-Más tarde, cuando muera
la primavera.

-Amada, ponte presto los azahares,
que ya las luces brillan en los altares
y canta el río.

-Luego, amor mío,
cuando muera el estío.

-Amada, nos esperan en la capilla,
ponte presto los azahares y la mantilla,
porque ya están las rosas en retoño.

-Espera, amado, espera,
cuando muera el otoño.

-Amada, ponte el velo de desposada,
que cantan las palomas en la enramada
su canto tierno.

-Imposible, no esperes;
ya ha llegado el invierno.

Poema Blanca la novia de Abraham Valdelomar con fondo de libro

Amado Nervo

Damiana se casa

-- de Amado Nervo --

-Con mis amargos pensares
y con mis desdichas todas,
haré tu ramo de bodas,
que no será de azahares.

Mis ojos, que las angustias
y el continuado velar
encienden, serán dos mustias
antorchas para tu altar.

El llanto que de mi cuita
sin tregua brotando está,
tu frente pura ungirá
como con agua bendita...

-Señor, no penes, tu ceño
me duele como un reproche;
-¡Que pálida estás, mi dueño!
-Es que pasé mala noche,
el amor me quita el sueño...

-¡Y te vas!...
-Me voy, es tarde,
me aguardan; ¡el templo arde
como un sol! Tu mal mitiga,
Señor, ¡y Dios te bendiga!
-Damiana, que Dios te guarde...

Poema Damiana se casa de Amado Nervo con fondo de libro

Luis Lloréns Torres

la luna durmió conmigo

-- de Luis Lloréns Torres --

Esta noche la luna no quiere que yo duerma.
Esta noche la luna saltó por la ventana.
Y, novia que se quita su ropa de azahares,
toda ella desnuda, se ha metido en ml cama.

Viene de lejos, viene de detrás de las nubes,
oreada de sol y plateada de agua.
Viene que huele a besos: quizá, esta misma noche,
la enamoró el lucero galán de la mañana.

Viene que sabe a selva: tal vez, en el camino,
la curva de su cola rozó con la montaña.
Viene recién bañada: acaso, bajo el bosque,
al vadear el arroyo, se bañó en la cascada.

Viene a dormir conmigo, a que la goce y bese,
y a cantar la mentira de que a ml solo me ama.
Y como yo, al oírla, por vengarme, le digo
mi amor es como el tuyo , ella se ha puesto pálida.

Ella se ha puesto pálida, y al besarme la boca,
me ilumina las sienes el temblor de sus lágrimas.
Ahora ya sé que ella, la que en suntuosas noches
da su cuerpo desnudo, a ml me ha dado el alma.

Poema la luna durmió conmigo de Luis Lloréns Torres con fondo de libro

Luis Muñoz Rivera

minha terra

-- de Luis Muñoz Rivera --

Borinquen, pobre cautiva
del mar que sus costas bate;
garza dormida entre brumas
como en lecho de azahares,
no vio nunca en sus collados
el humo de los combates,
ni el somatén en sus villas,
ni el tumulto en sus ciudades.

Borinquen, la pobre tierra
de las angustias tenaces,
de las danzas gemidores,
y de los tristes cantares,
no vengó, loca de furia
como una virgen salvaje
las equimosis del látigo,
las cicatrices del sable.

Borinquen tiene en su escudo
un peñasco entre dos mares
y un cordero solitario
con un pálido estandarte.

Símbolo fiel de su historia
que, a través de las edades,
no escribió jamás en rojas
tintas el nombre de un mártir.

Borinquen, la cenicienta,
no puede romper su cárcel,
porque faltan, ¡vive cristo!,
mucho nervio en su carácter,
mucho plomo en sus colinas
y mucho acero en sus valles,
porque en sus campos no hay pueblo;
porque en sus venas no hay sangre.



Luis Palés Matos

místico (para la muerta niña)

-- de Luis Palés Matos --

Envuelta en una magia de rosados candores,
sobre un reclinatorio de nardos y azahares,
tu cuerpecito lleno de inocentes temblores
dormía su narcisismo, ajeno a las pesares.

Velaba tu alma honesta vago romanticismo:
doradas mariposas, quiméricos jardines,
fuentecillas gimiendo en su solitarismo
como un encantamiento de notas de violines.

Abismada en el prisma que la niñez ponía
ante tus ojos, negros como los sinsabores,
tu vida era crátera de rica fantasía.

Y, núcleo de una alegre cáfila de rumores,
eras como el preludio de suave melodía
que el céfiro nocturno remeda entre las flores.



Oliverio Girondo

croquis sevillano

-- de Oliverio Girondo --

El sol pone una ojera violácea en el alero de las casas,apergamina la epidermis de las camisas ahorcadas en medio de la calle.
¡Ventanas con aliento y labios de mujer!
pasan perros con caderas de bailarín. Chulos con los pantaloneslustrados al betún. Jamelgos que el domingo se arrancaránlas tripas en la plaza de toros.
¡Los patios fabrican azahares y noviazgos!
hay una capa prendida a una reja con crispaciones de murciélago.Un cura de zurbarán, que vende a un anticuario una casullarobada en la sacristía. Unos ojos excesivos, que sacan llagas almirar.
Las mujeres tienen los poros abiertos como ventositas y una temperaturasiete décimos más elevada que la normal.



A una dama que tiró un güevo de azahar

-- de Juan de Moncayo --

En prisión breve azahares deposita
tu mano bella, siempre rigurosa,
pues con el agua quiere, cautelosa,
el fuego disfrazar, que precipita.

En el tirar de amor el golpe incita,
fiando al aire acciones de briosa;
nunca la vio la selva más hermosa,
cuando de Venus la deidad imita.

Rendido el corazón a su luz pura
y abrasando en las perlas que derrama,
a mi cuidado acrecentó desvelos.

Divina suspensión de la hermosura,
¿cómo en agua reduces tanta llama?,
¿cómo desatas tanto ardor en hielos?



Gerardo Diego

a c. a. debussy

-- de Gerardo Diego --

A c. A. Debussy
sonidos y perfumes, claudio aquiles,
giran al aire de la noche hermosa.
Tú sabes dónde yerra un son de rosa,
una fragancia rara de añafiles
con sordina, de crótalos sutiles
y luna de guitarras. Perezosa
tu orquesta, mariposa a mariposa,
hasta noventa te abren sus atriles.
Iberia, andalucía, españa en sueños,
lentas granadas, frágiles sevillas,
giraldas tres por ocho, altas comares.
Y metales en flor, celestes leños
elevan al nivel de las mejillas
lágrimas de claveles y azahares.



Hérib Campos Cervera

pequeña letanía en voz baja

-- de Hérib Campos Cervera --

Baja para el recuerdo de roque molinari
laurin.-Donde estuviere. Elegiré una piedra.Y un
árbol. Y una nube.Y gritaré tu nombrehasta que el aire
ciego que te llevame escuche.(En voz baja). Golpearé la
pequeña ventana del rocío;extenderé un cordaje de cáñamo y
resinas;levantaré tu lino marinerohasta el viento primero de tu
signo,para que el mar te nombre(en voz baja). Te lloran:
cuatro pájaros;un agobio de niños y de títeres;los jazmines nocturnos de
un patio paraguayo.Y una guitarra coplera.(En voz baja). Te
llaman:todo lo que es humilde bajo el cielo;la inocencia de un pedazo de
pan;el puñado de sal que se derrama sobre el mantel de un pobre;la
mirada sumisa de un caballo,y un perro abandonado.Y una carta.(En
voz baja). Yo también te he llamado,en mi noche de altura y de
azahares.(En voz baja). Sólo tu soledad de ahora y
siemprete llamará, en la noche y en el día.En voz alta.



¡Oh, si fuera en el mes de las lilas!...

-- de Vicenta Castro Cambón --

EN setiembre florecen las lilas;
se puebla el jardín
de jacintos, narcisos y lirios
y el rosal empieza las rosas a abrir.

En setiembre las flores del pero
llueven mil a mil;
el naranjo se viste de azahares
y tiernos retoños ostenta e1 jazmín.

En setiembre las aves viajeras
vuelven al país,
y se llena de trinos el aire
y todo en setiembre convida a vivir.

Yo también soy un ave viajera;
al mundo nací
en el mes en que se abren las lilas
y exhalan los lirios perfume sutil;

pero a poco que anduve en la vida
mis alas sentí
destrozadas por flecha traidora
y fué un cautiverio mi triste existir.

Pero un día... De nuevo tendré alas.
Un día feliz
volaré como las golondrinas
y volaré lejos... Muy lejos de aquí!



Meira Delmar

acuarela

-- de Meira Delmar --

Es la hora primera.
Del oriente
llega el sol.
La luna,
despojada de los oros
de la noche,
baja lenta hacia el poniente
que la espera tras la raya
del horizonte.
Sobre el bajo continuo
de la orilla,
las olas desenvuelven,
una a una,
la música que traen
desde tan lejos
como el tiempo
y es un son, y otro son
y mil más sones,
acompasadores, repetidos,
derramados en la arena.
Los pájaros marinos
inauguran
sus vuelos,
raudos algunos, otros
pausados,
caen al agua, certeros,
se levantan, se alejan,
los esfuma por fin
la resolana.
Poco a poco se oyen
voces, ecos, un canto.
La brisa, jardinera,
salpica de azahares
el vivo azul del mar.
(Enero, 2001)
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Francisco Villaespesa

la sombra de beatriz

-- de Francisco Villaespesa --

El crepúsculo está lleno de aromas,
de campanas de plata y de cantares...
Zumban abejas en los azahares.
Baja un temblor de esquilas por las lomas.
El aire sabe a miel de abiertas pomas,
y al tornar a sus blancos palomares
proyectan en los verdes olivares
sus sombras fugitivas las palomas.
Yo sueño con tu amor... Una infinita
dulzura sube del florido huerto...
¿Por qué el ensueño de una margarita,
hoja tras hoja mi saudade arranca,
si en la penumbra del balcón abierto
falta esta tarde tu silueta blanca?



Ramón López Velarde

eucaristía

-- de Ramón López Velarde --

Eucarística
de la mañana el resplandor incierto,
cuando el órgano eleva sus cantares,
te he visto comulgar entre azahares
de la iglesia en el ángulo desierto.
Así también mi corazón ya muerto
llega de tu piedad a los altares,
implorando les des a mis pesares
la comunión de tu cariño yerto.
Pero tú te resistes, hostia ingrata,
a venir al enfermo peregrino,
y aunque tu eterna negación me mata
aguardo humildemente, amada mía,
de rodillas al borde del camino
la luz de mi radiosa eucaristía.



Ramón López Velarde

A un imposible

-- de Ramón López Velarde --

Me arrancaré, mujer, el imposible
Amor de melancólica plegaria,
Y aunque se quede el alma solitaria
Huirá la fe de mi pasión risible.

Iré muy lejos de tu vista grata
Y morirás sin mi cariño tierno,
Como en las noches del helado invierno
Se extingue la llorosa serenata.

Entonces, al caer desfallecido
Con el fardo de todos mis pesares,
Guardaré los marchitos azahares
Entre los pliegues del nupcial vestido.



Rubén Darío

Garçonière

-- de Rubén Darío --

Era el instante, dígalo la musa
Que las dichas trae, que las penas lleva:
La tristeza pasa, velada y confusa;
La alegría, rosas y azahares nieva.



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