Buscar Poemas con Asalta


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Se han encontrado 6 poemas con la palabra asalta

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Luis Gonzaga Urbina

mariposas de enero

-- de Luis Gonzaga Urbina --

Un día de invierno gris y opaco. Tienen,
el jardín pereza, modorra las flores,
cansancio las aguas, que apenas sostienen
erguidos los chorros de los surtidores.

No hay aves que trinen; no hay voces que suenen;
y en la anemia de la luz y los verdores,
dos mariposillas que van y que vienen
sacuden las alas de flavos colores.

¡Buscáis miel, ilusas! la miel ya no existe,
y un tropo me asalta, muy viejo y muy triste:
las dos ilusiones de mi vida entera.

(¡Amar! ¡ser amado!) son dos mariposas
en un jardín mustio que no tiene rosas....
Son dos rezagadas de la primavera.

Poema mariposas de enero de Luis Gonzaga Urbina con fondo de libro

Enrique González Martínez

y pienso que la vida...

-- de Enrique González Martínez --

Y pienso que la vida se me va con huida
inevitable y rápida, y me conturbo, y pienso
en mis horas lejanas, y me asalta un inmenso
afán de ser el de antes y desandar la vida.

¡Oh los pasos sin rumbo por la senda perdida,
los anhelos inútiles, el batallar intenso!
¿cómo flotáis ahora, blancas nubes de incienso
quemado en los altares de una deidad mentida?

páginas tersas, páginas de los libros, lecturas
de espejismos enfermos, de cuestiones oscuras. . .
¡Ay, lo que yo he leído! ¡ay, lo que yo he soñado! . . .

Tristes noches de estéril meditación, quimera
que ofuscaste mi espíritu sin dejarme siquiera
mirar que iba la vida sonriendo a mi lado . . .

(¡Ay, lo que yo he leído! ¡ay, lo que yo he soñado!)

Poema y pienso que la vida... de Enrique González Martínez con fondo de libro

Octavio Paz

primavera a la vista

-- de Octavio Paz --

Primavera a la vista
pulida claridad de piedra diáfana,
lisa frente de estatua sin memoria:
cielo de invierno, espacio reflejado
en otro más profundo y más vacío.
El mar respira apenas, brilla apenas.
Se ha parado la luz entre los árboles,
ejército dormido. Los despierta
el viento con banderas de follajes.
Nace del mar, asalta la colina,
oleaje sin cuerpo que revienta
contra los eucaliptos amarillos
y se derrama en ecos por el llano.
El día abre los ojos y penetra
en una primavera anticipada.
Todo lo que mis manos tocan, vuela.
Está lleno de pájaros el mundo.

Poema primavera a la vista de Octavio Paz con fondo de libro

Santiago Montobbio

hiriente y absoluta

-- de Santiago Montobbio --

Hiriente y absoluta
en la soledad hiriente y absoluta a la que no he conseguido
nunca darle nombres y entre
sus sábanas que tantas veces
recuerdo son del miedo hay
todavía una arrolladora, inexplicable, casi
vergonzosa ternura que creo
que me asalta los ojos y quizá
en ellos me devora. Pero me es difícil su sonido,
por profundo. Nació acaso en mi luz primera
y sé que estará también en mi noche última:
luz y noche, esos polos simples del rincón
estúpido que es mi vida, luz, noche y torsos
sin cuerpo y con ternura
que es quizá recuerdo
de la que por ella tuve y de la que por mí
quizá ella tuvo, este quedo alambre sobre el tono
de una roñosa canción de radio o a través
de los silencios que en los versos se respiran
luz y noche y la enfermedad extraña
que en mis ojos nacen telares sin sonido
y por la que jamás me bastó el mundo
y por la que siempre estuve
como suspenso en vida.



Julio Flórez

A Bogotá

-- de Julio Flórez --

Poem

I

Oh mi ciudad querida, hoy tan lejana y tan inaccesible a mi deseo, que al evocarte en mi memoria creo que fuiste un sueño de mi edad temprana!

Te evoco así, como a quimera vana, y al evocarte, sin cesar te veo resplandecer bajo el ardor febeo sobre la gran quietud de la sabana.

Y al pensar que en ti van, hora tras hora, sucumbiendo los seres que amé tanto y que la tierra sin cesar devora,

surges bajo la nube de mi llanto, no como ayer: alegre y tentadora, sino como un inmenso camposanto.

II

¡Oh mi bella ciudad! Cómo en tu seno vibró mi ser y aleteó mi rima cuando en tu corazón hallé la cima que asalta el rayo y que apostrofa el trueno.

Te poseí bajo tu azul sereno, entre el halago dulce de tu clima, y te ofrendé mi juventud opima con tanto ahínco y con amor tan pleno,

que en las tinieblas de tus noches frías y hasta en tus más recónditos rincones deben sonar, cual ecos de otros días:

los sollozos de todas mis canciones, los estruendos de todas mis orgías y los gritos de todas mis pasiones!



Catalina Clara Ramírez de Guzmán

Romance (Catalina Clara de Guzman)

-- de Catalina Clara Ramírez de Guzmán --

Si quieres vivir contenta,
Lisarda,que Dios te valga;
olvida,que la memoria
es un verdugo del alma.
No imagines que te adora
el que te dio su palabra,
que mueve un gusto las lenguas
y no hay gusto sin mudanza.
De palabras no te fies,
que son ladrones de casa;
y la palabra mejor,
al fin,viene a ser palabra.
Si vive amor en tu dueño,
querrá sin duda otra dama,
que,como el amor es niño,
todo cuanto ve le agrada.
No mires lo que entregaste,
y si lo miras repara
que el bien es su posesión
es menos que su esperanza.
Goza de las ocasiones
y en gozándolas te aparta,
que no hay placer que en su busca
muchos pesares no traiga.
Fácil cosa es querer bien,
que amor al descuido asalta;
lo díficil es que puedas
despidille si le llamas.
No admitas a amor de veras,
que vende su gloria cara;
y el menor dolor de ausencia
con su gusto no le paga.
Menosprecia el bien que estimas
y rendirás e a tus plantas,
que el despereciar en amantes
es conocida ventaja.



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