Buscar Poemas con Ardua


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Se han encontrado 9 poemas con la palabra ardua

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Jaime Torres Bodet

orquídea

-- de Jaime Torres Bodet --

Flor que promete al tacto una caricia
más que el otoño de un perfume, suave
y que, pensada en flor, termina en ave
porque su muerte es vuelo que se inicia.
Párpado con que el trópico precave
de su luz interior la ardua delicia,
música inmóvil, flámula en primicia,
aurora vegetal, estrella grave.
Remordimiento de la primavera,
conciencia del color, pausa del clima,
gracia que en desmentirse persevera,
¿por qué te pido un alma verdadera
si la sola fragancia que te anima
es, orquídea, el temor de ser sincera?

Poema orquídea de Jaime Torres Bodet con fondo de libro

César Vallejo

Trilce: LXVII

-- de César Vallejo --

Canta cerca el verano, y ambos
diversos erramos, al hombro
recodos, cedros, compases unípedos,
espatarrados en la sola recta inevitable.

Canta el verano, y en aquellas paredes
endulzadas de marzo,
lloriquea, gusanea la arácnida acuarela
de la melancolía.

Cuadro enmarcado de trisado anélido, cuadro
que faltó en ese sitio para donde
pensamos que vendría el gran espejo ausente.
Amor, éste es el cuadro que faltó.

Mas, para qué me esforzaría
por dorar pajilla para tal encantada aurícula,
si, a espaldas de astros queridos,
se consiente el vacío, a pesar de todo.

Cuánta madre quedábase adentrada
siempre, en tenaz atavío de carbón, cuando
el cuadro faltaba, y para lo que crecería
al pie de ardua quebrada de mujer.

Así yo me decía: Si vendrá aquel espejo
que de tan esperado, ya pasa de cristal.
Me acababa la vida, ¿para qué?
Me acababa la vida, para alzarnos

sólo de espejo a espejo.

Poema Trilce: LXVII de César Vallejo con fondo de libro

César Vallejo

canta cerca el verano, y ambos

-- de César Vallejo --

lxvii
canta cerca el verano, y ambos
diversos erramos, al hombro
recodos, cedros, compases unípedos,
espatarrados en la sola recta inevitable.
Canta el verano, y en aquellas paredes
endulzadas de marzo,
lloriquea, gusanea la arácnida acuarela
de la melancolía.
Cuadro enmarcado de trisado anélido, cuadro
que faltó en ese sitio para donde
pensamos que vendría el gran espejo ausente.
Amor, éste es el cuadro que faltó.
Mas, para qué me esforzaría
por dorar pajilla para tal encantada aurícula,
si, a espaldas de astros queridos,
se consiente el vacío, a pesar de todo.
Cuánta madre quedábase adentrada
siempre, en tenaz atavío de carbón, cuando
el cuadro faltaba, y para lo que crecería
al pie de ardua quebrada de mujer.
Así yo me decía: si vendrá aquel espejo
que de tan esperado, ya pasa de cristal.
Me acababa la vida, ¿para qué?
me acababa la vida, para alzarnos
sólo de espejo a espejo.

Poema canta cerca el verano, y ambos de César Vallejo con fondo de libro

Gerardo Diego

primavera

-- de Gerardo Diego --

Mañana
los días niños cantan en mi ventana
las casas son todas de papel
y van y viven las golondrinas
doblando y desdoblando esquinas
violadores de rosas
gozadores perpetuos del marfil de las cosas
ya tenéis aquí el nido
que en la más ardua grúa se os ha construido
y desde él cantaréis todos
en las manos del viento
mi vida es un limón
pero no es amarilla mi canción
limones y planetas
en las ramas del sol
cuántas veces cobijasteis
la sombra verde de mi amor
la sombra verde de mi amor
la primavera nace
y en su cuerpo de luz la lluvia pace
el arco iris brota de la cárcel
y sobre los tejados
mi mano blanca es un hotel
para palomas de mi cielo infiel



Idea Vilariño

cuándo ya noches mías

-- de Idea Vilariño --

Cuándo ya noches mías
ignoradas e intactas,
sin roces.

Cuándo aromas sin mezclas
inviolados.

Cuándo yo estrella fría
y no flor en un ramo de colores.

Y cuando ya mi vida,
mi ardua vida,
en soledad
como una lenta gota
queriendo caer siempre
y siempre sostenida
cargándose, llenándose
de sí misma, temblando,
apurando su brillo
y su retorno al río.

Ya sin temblor ni luz
cayendo oscuramente.



Fernando de Herrera

Voy por esta desierta, estéril tierra

-- de Fernando de Herrera --

Voy por esta desierta, estéril tierra,
de antiguos pensamientos molestado,
huyendo el resplandor del sol dorado,
que de sus puros rayos me destierra.

El paso a la esperanza se me cierra,
de una ardua cumbre a un cerro do enriscado,
con los ojos volviendo al apartado
lugar, sólo principio de mi guerra.

Tanto bien representa la memoria
y tanto mal encuentra la presencia,
que me desmaya el corazón vencido.

¡Oh crueles despojos de mi gloria!
desconfianza, olvido, celo, ausencia,
¿por qué cansáis a un mísero rendido?



Fernando de Herrera

Yo voy por esta solitaria tierra

-- de Fernando de Herrera --

Yo voy por esta solitaria tierra,
de antiguos pensamientos molestado,
huyendo el resplandor del sol dorado,
que de sus puros rayos me destierra.

El paso a la esperanza se me cierra;
de una ardua cumbre a un cerro vo enriscado,
con los ojos volviendo al apartado
lugar, solo principio de mi guerra.

Tanto bien presenta la memoria,
y tanto mal encuentra la presencia,
que me desmaya el corazón vencido.

¡Oh crüeles despojos de mi gloria,
desconfïanza, olvido, celo, ausencia!;
¿por qué cansáis a un mísero rendido?



Blas de Otero

en nombre de muchos. pido la paz y la palabra (1955)

-- de Blas de Otero --

Para el hombre hambreante y sepultado
en sed salobre son de sombra fría,
en nombre de la fe que he conquistado:
alegría.
Para el mundo inundado
de sangre, engangrenado a sangre fría,
en nombre de la paz que he voceado:
alegría.
Para ti, patria, árbol arrastrado
sobre los ríos, ardua españa mía,
en nombre de la luz que ha alboreado:
alegría.



Blas de Otero

hija de yago

-- de Blas de Otero --

Aquí, proa de europa preñadamente en punta;
aquí, talón sangrante del bárbaro occidente;
áspid en piedra viva, que el mar dispersa y junta;
pánica iberia, silo del sol, haza crujiente.
Tremor de muerte, eterno tremor escarnecido,
ávidamente orzaba la proa hacia otra vida,
en tanto que el talón, en tierra entrometido,
pisaba, horrible, el rostro de américa adormida.
¡Santiago y cierra españa! derrostran con las uñas
y con los dientes rezan a un dios de infierno en ristre,
encielan a sus muertos, entierran las pezuñas
en la más ardua historia que la historia registre.
Alángeles y arcángeles se juntan contra el hombre.
Y el hambre hace su presa, los túmulos su agosto.
Tres años y cien caños de sangre abel, sin nombre...
(Insoportablemente terrible es su arregosto.)
Madre y maestra mía, triste, espaciosa españa,
he aquí a tu hijo. Úngenos, madre. Haz
habitable tu ámbito. Respirable tu extraña
paz. Para el hombre, paz. Para el aire, madre, paz.



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