Buscar Poemas con Inspiración


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Se han encontrado 33 poemas con la palabra inspiración

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Adelardo López de Ayala

Mi cuaderno de bitácora

-- de Adelardo López de Ayala --

ENERO

Día 1.º

Entró en mi cuarto de un brinco;
me miró con faz severa,
y me habló de esta manera
el año sesenta y cinco:

-«Sin razón quejas exhalas,
porque mi vuelo apresuro:
tienes un medio seguro
para arrancarme las alas.
Si escribiendo te señalas,
si tu inspiración recobras,
no experimentes zozobras
al perderme; que a tu lado
siempre estaré transformado
en el fruto de tus obras».

Día 2

Hoy Jovellanos se emplea
en ensayar con cuidado
el por mí resucitado
Alcalde de Zalamea;
y el cantor de Dulcinea
demanda mi inspiración...-
¡De buen pronóstico son
los trabajos de este día,
pues que me hacen compañía
Cervantes y Calderón!

Poema Mi cuaderno de bitácora de Adelardo López de Ayala con fondo de libro

Vicente Ruiz Llamas

A mi querido tío el notable poeta D. José Ayala

-- de Vicente Ruiz Llamas --

Creció en mi ser la inspiración naciente
a los alientos de tu amor sincero
que al hallar un amigo y compañero
calma encuentra el dolor que el alma siente.

Creció cual lava de volcán hirviente
que estalla, sube y se remonta fiero
y canté con acento lastimero
el bien pasado y el dolor presente.

El cantar es vivir, sin necio alarde
quiero dar tregua a mi pasión traidora,
late la inspiración, mi frente arde.

Cantemos vate, sin dolor ahora,
tú, el crepúsculo triste de la tarde,
yo, el crepúsculo alegre de la aurora.

Poema A mi querido tío el notable poeta D. José Ayala de Vicente Ruiz Llamas con fondo de libro

Manuel Reina

Introducción (Manuel Reina)

-- de Manuel Reina --

Soy poeta: yo siento en mi cerebro
hervir la inspiración, vibrar la idea;
siento irradiar en mi exaltada mente
imágenes brillantes como estrellas.
El fuego abrasador de los volcanes
en mi gigante corazón flamea;
escalo el cielo, bajo a los abismos,
rujo en el mar, cabalgo en la tormenta.

Soy poeta: mi espíritu se escapa
de la mezquina cárcel de la tierra,
y sobre otros espacios y otros mundos
tiende sus alas de águila altanera.
Bebe la luz en la mansión del rayo;
«atraviesa las órbitas etéreas»,
y el penetrante arpón de sus pupilas
recorre el panorama de la esfera.

Soy poeta: al rumor de las naciones
las cuerdas de mi cítara se templan;
lloro en el negro mundo de las tumbas,
río en la bacanal, trueno en la guerra.
El amor y la patria son mi vida;
el corazón humano, mi poema;
mi religión, la caridad y el arte;
la libertad sublime mi bandera.

Soy poeta: yo siento en mi cerebro
hervir la inspiración, vibrar la idea;
siento irradiar en mi exaltada mente
imágenes brillantes: ¡soy poeta!

Poema Introducción (Manuel Reina) de Manuel Reina con fondo de libro

Adelardo López de Ayala

La semana que viene

-- de Adelardo López de Ayala --

De los holgazanes

Lunes, que, a rienda tendida,
vas del martes empujado,
¡cuántas veces te he fiado
la corrección de mi vida!

-¡Te vas! ¡La dejas sumida
en dudas desgarradoras!
Pero, al fin, algo mejoras
mi condición, pues hoy siento
más vivo el remordimiento
de haber perdido tus horas!

MARTES
¡Oh, martes! No me importunes
con los apodos que tienes;
pues a hacer fecunda vienes
la esterilidad del lunes.
Como tú te desayunes,
haciendo dar un respingo
a mi inspiración, un pingo
colgaré en tu templo en pago;
y, aunque te llamen aciago,
serás para mí domingo.



Agustina Andrade

Lágrima

-- de Agustina Andrade --

Del Uruguay a la orilla
en una noche de estío,
una rosada azucena
vi bordada de rocío.

Que ruborosa inclinaba
su cáliz hacia otra flor,
para dejarle una gota
de rocío temblador.

Ya la flor que había quemado
con su ardiente rayo el sol,
la halló alegre y sonriente
el vespertino arrebol.

Así en las almas que lloran,
tan tristes como esa flor,
suele descender un día
una lágrima de amor.

Y como despierta el ave
cuando ruge el aquilón,
despierta el alma dormida
temblando de inspiración.



Luis Lloréns Torres

la negra(a félix matos bernier)

-- de Luis Lloréns Torres --

Bajo el manto de sombras de la primera noche,
la mano de elohím, ahíta en el derroche
de la bíblica luz del fiat omnifulgente,
te amasó con la piel hosca de la serpiente.

Puso en tu tez la tinta del cuero del moroco
y en tus dientes la espuma de la leche del coco.
Dio a tu seno prestigios de montañesa fuente
y a tus muslos textura de caoba incrujiente.

Virgen, cuando la carne te tiembla en la cadera,
remedas la potranca que piafa en la pradera.
Madre, el divino chorro que tu pecho desgarra,

rueda como un guarismo de luz en la pizarra.
Oh, tú, digna de aquel ebrio de inspiración
cántico de los cánticos del rey salomón.



Manuel del Palacio

A Ernesto Rossi

-- de Manuel del Palacio --

Gloria y honor de la italiana escena,
Grato tu nombre para mi resuena
Cuando á tu inmensidad remonto el vuelo.

Ya del crímen arrastres la cadena,
Siempre en el alma de emociones llena
Deja tu inspiración dulce consuelo.

Do quier te sigue como yo te sigo,
Acudiendo á tu voz como yo acudo:

De dar en un aplauso y un saludo
Galardon al artista y al amigo.



Manuel del Palacio

A la simpática artista

-- de Manuel del Palacio --

Pilar en donde el arte se sostiene,
Pilar de donde mana la armonía,
Tal eres y serás por vida mia
Mientras tu voz en el espacio suene.

La inspiración que de los cielos viene
Vive y arde en tu jóven fantasía,
Y amor y pena, y gloria y alegría
Todo en tí forma y pensamiento tiene.

Quien alcanza la dicha de sentirte,
Quien el placer disfruta de mirarte,
Alas quiere tener para seguirte;

Y duda el corazón al escucharte,
Si debe por tus cantos aplaudirte
Ó debe por tus gracias adorarte.



Manuel del Palacio

Bebamos

-- de Manuel del Palacio --

Si de Baco el licor en mi cabeza
Sus vapores dulcísimos derrama,
No busco más honores ni más fama;
Todo lo tengo, amor, gloria, riqueza.

Con un cantar disipo la tristeza,
Hallo en el césped deliciosa cama,
Y de mi inspiración bajo la llama
Del destino me burlo y su fiereza.

Ame el guerrero la acerada ropa;
Yo gusto combatir en campo abierto
Con la botella sólo y con la copa.

Echad vino otra vez, que eso es lo cierto;
Y pues pasa la vida viento en popa,
Yacer quiero borracho ántes que muerto.



Manuel del Palacio

En una función

-- de Manuel del Palacio --

Pasaron ya los venturosos dias
En que con rica vena no agotada,
Esta de inspiración sacra morada
Llenaste con tus dulces armonías.

Aun resuena en las anchas galerías
El ¡bravo! de la gente entusiasmada;
Aun ansiosa te busca la mirada
Donde tu imágen ostentar solías.

¡Bárbara y triste ley de la natura!
Ruin desenlace de la humana historia,
Así el dolor concluye y la ventura;

Pero si es esta vida transitoria,
Algo hay en ella que subsiste y dura:
¡La eternidad del genio y de la gloria!



Manuel del Palacio

Enviando unos versos

-- de Manuel del Palacio --

¿Me pides unos versos? En buen hora:
Allá van, á escoger, dulces ó graves;
Que aun de mi inspiración guardo las llaves
Y desairar no debo á una Señora.

Según de humor te encuentren, rie ó llora,
Si es que en tu pura sencillez no sabes
Que cantan los poetas y las aves
Lo mismo á las tinieblas que á la aurora.

Verás en ellos sátiras y amores;
Ni unas te alarmen, ni en los otros creas,
Sueños son de la infancia seductores:

En mar de frases soledad de ideas:
Los que dicen A tí son los mejores....
Pero es casi mejor que no los leas.



Dolores Veintimilla

A mis enemigos

-- de Dolores Veintimilla --

¿Qué os hice yo, mujer desventurada
Que en mi rostro, traidores, escupís
De la infame calumnia la ponzoña
Y así matáis a mi alma juvenil?

¿Qué sombra os puede hacer una insensata
Que arroja de los vientos al confín
Los lamentos de su alma atribulada
Y el llanto de sus ojos ¡ay de mí!

Envidiáis, envidiáis que sus aromas
Le dé a las brisas mansas el jazmín?
Envidiáis que los pàjaros entonen
Sus himnos cuando el sol viene a lucir?

No! no os burlèis de mí sino del cielo....
Que, al hacerme tan triste e infeliz,
Me dió para endulzar mi desventura
De ardiente inspiración rayo gentil.

Por qué, por qué queréis que yo sofoque
Lo que en mi pensamiento osa vivir?
Por qué matáis para la dicha mi alma?
Por qué ¡cobardes a traición! me herís?

No dan respeto la mujer, la esposa,
La madre amante a vuestra lengua vil....
Me marcáis con el sello de la impura....
Ay! nada! nada! respetáis en mí!



Dolores Veintimilla

Anhelo (Veintimilla)

-- de Dolores Veintimilla --

¡Oh! dónde está ese mundo que soñé
Allá en los años de mi edad primera?
¿Dónde ese mundo que mi mente orlé
De blancas flores?.... Todo fué quimera!

Hoy de mi misma nada me ha quedado,
Pasaron ya mis horas de ventura,
Y sólo tengo un corazón llagado
Y un alma ahogada en llanto y amargura.

¿Por qué tan pronto la ilusión pasó?
Por qué en quebranto se trocó mi risa
Y mi sueño fugaz se disipó
Cual leve nube al soplo de la brisa....?

Vuelve a mis ojos óptica ilusión,
Vuelve, esperanza, a amenizar mi vida,
Vuelve, amistad, sublime inspiración....
Yo quiero dicha aun cuando sea mentida.



Pedro Antonio de Alarcón

A Carmen, al piano

-- de Pedro Antonio de Alarcón --

No mujer... ¡Hada eres! Si amorosa
las manos tiendes al callado viento,
en él despiertas lánguido concierto
como la brisa en arpa melodiosa.

No mujer, bella Carmen... Eres diosa;
y de tu rostro el celestial portento
irradia el infinito sentimiento,
ser de tu ser, inspiración hermosa.

No mujer... ¡Eres ángel! Tu pureza
eclipsa la del sol: la sensitiva
no es como tú modesta y delicada.

Yo admiro arrebatado tu grandeza;
pero calla mi voz, no osando altiva
cantar a la que es ángel, diosa y hada.



Rafael María Baralt

A un ingenio de estos tiempos

-- de Rafael María Baralt --

Soy incapaz, Ernesto, de engañarte:
adoro la verdad, que el bien inspira,
y contra el vicio de falaz mentira
hay en mi corazón firme baluarte.

Ernesto, Ernesto, el corazón me parte
tu inútil afanar: rompe la lira
de tus cuerdas flojas «tu razón delira;
te falta inspiración; no tiene arte.»

Pero sírvate al menos de consuelo
que, si ascender no puedes la escabrosa
cumbre del Pindo en tu cansado vuelo,

tienes en tus escritos una cosa
mira si de franqueza soy modelo,
peor aún que tus versos... Y es tu prosa.



José María Heredia

Renunciando a la poesía

-- de José María Heredia --

Fue tiempo en que la dulce poesía
el eco de mi voz hermoseaba,
y amor, virtud y libertad cantaba
entre los brazos de la amada mia.

Ella mi canto con placer oía,
caricias y placer me prodigaba,
y al puro beso que mi frente hollaba
muy más fogosa inspiración seguia

¡Vano recuerdo! En mi destierro triste
me deja Apolo, y de mi mústia frente
su sabro fuego y esplendor retira.

Adiós, ¡oh Musa! que mi gloria fuiste:
adiós, amiga de mi edad ardiente:
el insano dolor quebró mi lira.



Gabriel García Tassara

A Dante

-- de Gabriel García Tassara --

Sagrado Homero de la antigua Europa
Que apuraste en tu ardor hasta las heces
De la suprema inspiración la copa;

Dante inmortal que con los siglos creces
Y al rudo son de tu salvaje canto
A las generaciones estremeces;

Tú, que en las alas de tu genio santo
El Cielo recorriste y el Infierno,
Mansiones de la luz y del espanto;

¿Por qué la voz del hombre es ese interno
Lamento de dolor, hondo, infinito,
Inenarrable, inacabable, eterno?

¿Por qué la voz del genio es ese grito
Que resuena del mundo en la memoria
Como el ¡ay! de Luzbel al ser maldito?



Gabriel García Tassara

A Quintana

-- de Gabriel García Tassara --

Cuando al rayar el dia,
Allá de mi lejana adolescencia,
El dios de la armonía,
Que es el dios de la humana inteligencia,
Su inspiración ardiente
Vertió en mi corazón, vertió en mi frente;

Sonó, sonó en mi oido
De patria y libertad un eco santo
De insólito sonido;
La voz del vate, del profeta el canto,
Que al ruido de tus olas
¡Patrio Guadalquivir! canté á mis solas.

No era, no, ya la Musa
Que triscando por riscos y por faldas
Tonos femíneos usa,
Y del dios del placer entre guirnaldas
Frívola adoradora,
Dios, hombre, mundo, humanidad ignora.

Era la gran Poesía;
La que del mundo en las remotas partes,
Como en la Grecia un dia,
Fué madre de las ciencias y las artes,
Voz del cielo en la tierra,
El himno de la paz y de la guerra.



Salvador Díaz Mirón

mudanza

-- de Salvador Díaz Mirón --

Ayer, el cielo azul, la mar en calma
y el sol ignipotente y cremesino,
y muchas ilusiones en mi alma
y flores por doquier en mi camino.

Mi vida toda júbilos y encantos,
mi pecho rebosando de pureza,
mi carmen pleno de perfume y cantos
y muy lejos, muy lejos, la tristeza.

Ayer, la inspiración rica y galana
llenando mi cerebro de fulgores;
y tú, sonriente y dulce en tu ventana,
hablándome de dichas y de amores.

Ayer, cuanto era luz y poesía:
las albas puras y las tardes bellas
henchidas de sutil melancolía,
y las noches pletóricas de estrellas...

Y hoy... La sombra y el ansia del desierto,
perdida la esperanza, y la creencia,
y el amor en tu espíritu ya muerto,
y sembrada de espinas la existencia.



Salvador Díaz Mirón

Mudanza (Salvador Díaz Mirón)

-- de Salvador Díaz Mirón --

Ayer, el cielo azul, la mar en calma
y el sol ignipotente y cremesino,
y muchas ilusiones en mi alma
y flores por doquier en mi camino.

Mi vida toda júbilos y encantos,
mi pecho rebosando de pureza,
mi carmen pleno de perfume y cantos
y muy lejos, muy lejos, la tristeza.

Ayer, la inspiración rica y galana
llenando mi cerebro de fulgores;
y tú, sonriente y dulce en tu ventana,
hablándome de dichas y de amores.

Ayer, cuanto era luz y poesía,
las albas puras y las tardes bellas
henchidas de sutil melancolía,
y las noches pletóricas de estrellas...

Y hoy... La sombra y el ansia y el desierto,
perdida la esperanza, y la creencia,
y el amor en tu espíritu ya muerto,
y sembrada de espinas la existencia.



Nicanor Parra

la poesía terminó conmigo

-- de Nicanor Parra --

Yo no digo que ponga fin a nada
no me hago ilusiones al respecto
yo quería seguir poetizando
pero se terminó la inspiración.
La poesía se ha portado bien
yo me he portado horriblemente mal.
Qué gano con decir
yo me he portado bien
la poesía se ha portado mal
cuando saben que yo soy el culpable.
¡Está bien que me pase por imbécil!
la poesía se ha portado bien
yo me he portado horriblemente mal
la poesía terminó conmigo.



Nicolás Fernández de Moratín

Un alto y generoso pensamiento

-- de Nicolás Fernández de Moratín --

Un alto y generoso pensamiento,
inspiración del cielo soberano,
me puso la áurea cítara en la mano
para cantar el dulce mal que siento.

Y fue tan grato mi sonoro acento,
que la ancha vega, el apacible llano
y el cavernoso monte carpetano
mostraron compasión de mi tormento.

Turbose el río de cerúleo manto,
oculto entre los álamos sombríos,
al ver su cisne lamentarse tanto.

Moviéronse los brutos más impíos
y los ásperos troncos a mi llanto;
y no la que causó los males míos.



Julio Flórez

Todo nos llega tarde

-- de Julio Flórez --

Poem

Todo nos llega tarde... ¡Hasta la muerte! Nunca se satisface ni alcanza la dulce posesión de una esperanza cuando el deseo acósanos más fuerte.

Todo puede llegar: pero se advierte que todo llega tarde: la bonanza, después de la tragedia: la alabanza cuando ya está la inspiración inerte.

La justicia nos muestra su balanza cuando su siglos en la Historia vierte el Tiempo mudo que en el orbe avanza;

Y la gloria, esa ninfa de la suerte, solo en las sepulturas danza. Todo nos llega tarde... ¡Hasta la muerte!



Francisco Sosa Escalante

A Rafael Obligado

-- de Francisco Sosa Escalante --

Las dulces notas de tu laüd de oro,
Egregio trovador, á mí llegaron
Y absorto las oí; me deleitaron
Como los trinos del turpial canoro.

Es tan excelso tu cantar sonoro,
Que al oirlo á mi mente se agolparon
Recuerdos de ilusiones que formaron
En otros dias mi mejor tesoro.

Al Pindo quise remontar el vuelo,
El lauro pretendí de la poesía;
Mas me negó la inspiración el cielo.

Por eso, al escucharte, al arpa mía
No pido notas en mi ardiente anhelo
Y humilde prosa mi amistad te envía.



Francisco Sosa Escalante

Adelina Patti

-- de Francisco Sosa Escalante --

Bella maga gentil y seductora
Que hechizas con acento nunca oïdo:
¿La alondra fuiste del Eden perdido,
Nuncio feliz de la primer aurora?

Al dulce arpegio de tu voz, señora,
El corazón suspende su latido,
Y de sublime admiración rendido
Queda á tus plantas el que al arte adora.

¡Feliz quien logra de tu voz divina
Disfrutar una vez, cuando te inflama
La excelsa inspiración que en tí fascina!

Del canto reina el orbe te proclama,
Y tu nombre repiten, Adelina,
Los ecos sonorosos de la Fama.



Francisco Sosa Escalante

La caza (Sosa Escalante)

-- de Francisco Sosa Escalante --

¡Cuán alegre y feliz sobre la rama
De roble erguido que respeta el viento,
Gozosa lanza su amoroso acento
Canora el ave que á su dueño llama!

En tanto fiero el hombre que proclama
Ser rey del Universo, y es portento
De bondad y saber y sentimiento,
A quien la sacra inspiración inflama,

Siente envidia tal vez de un sér dichoso,
Su trino placentero le lastima
Y le recuerda de su amor la suerte.

Prepara el arma, y luego, cauteloso,
Oculto entre las hojas, se aproxima
Y al ave encantadora da la muerte.



Francisco Sosa Escalante

La vuelta de la primavera (Sosa Escalante)

-- de Francisco Sosa Escalante --

Al beso de las pardas golondrinas
Gozosa despertó la primavera,
Y su manto de flores la pradera
Vistió al punto que huyeron las neblinas.

Del arroyo las aguas cristalinas
Murmuran con placer, y vocinglera
Entona el ave su canción primera
Al abrirse las rojas clavellinas.

De tus ojos así la luz ardiente
Mi corazón sintió cuando dormía
Tras largas horas de gemir doliente.

Devuelves á mi pecho la alegría,
La inspiración devuelves á mi mente,
Y te bendigo, primavera mía.



Francisco Sosa Escalante

Mis versos

-- de Francisco Sosa Escalante --

No la sublime inspiración, no el canto
Que vence los rigores del olvido,
Encontrareis aquí, sino el sentido
Arrullo del amor, ó el triste llanto.

Amor de patria, fervoroso y santo;
Recuerdos dulces del placer perdido
Y queja funeral, en su sonido
Mi laüd traduce, ó pasajero encanto.

No la esperanza de Ícaro, ilusoria,
Aliento dió á mi voz y fortaleza,
Ni lauros nunca ambicioné de gloria.

Si este libro carece de belleza,
Es arca donde guardo la memoria
De mis horas de amor ó de tristeza.



José de Diego

arte poética

-- de José de Diego --

A una coqueta

una leyenda, tu azarosa vida;
tu espíritu voluble, una dolora;
tu boca un madrigal es que atesora
la dulzura en sus frases escondida.

Es de tu frente la risueña aurora
idilio tierno que al amor convida
y en tu faz palpitante y encendida
una égloga de flores puso flora.

De una armonía celestial emblema,
tienen tus ojos la cantante llama
que alumbre y da la inspiración suprema.

¡Y todo en ti es poesía y todo ama!
¡y no eres un magnifico poema
porque eres un magnifico epigrama!



José Joaquín de Olmedo

En el álbum de la señorita Grimanesa Althaus

-- de José Joaquín de Olmedo --

Díceme un dios que dentro el pecho siento,
que al nacer se me dio fuego divino,
sólo porque cantara ¡oh Grimanesa!,
las gracias, la virtud y la belleza.
Yo cumplí, no sin gloria, mi destino,
cuando mi corazón y el alma mía
en vivo amor y juventud ardía.

Y en premio de haber sido
siempre fiel al dulce ministerio,
el Dios, a cuyo imperio
se rinden voluntarios,
la tierra, el cielo, el mar, ha concedido
su antiguo ardor, su inspiración divina,
a un genio que fallece oscurecido,
como el sol que a su ocaso se avecina.

Y he podido cantar como solía...
Tuyo es este portento, amiga mía.
¡Qué gloria para mí! Ver que este día
la más graciosa y bella no rehúsa
ser la corona de mi anciana musa.



Clemente Althaus

A un poeta (Althaus)

-- de Clemente Althaus --

Sufre, oh vate, con pecho adamantino,
y recuerda que a nadie impunemente
tener dejan el mundo y el destino
corazón grande o inspirada mente.
Y de su envidia y su furor triunfante
fue siempre el vate principal terrero:
ve errar mendigo de la Grecia al Dante,
mira proscripto al Italiano Homero.
Ve a Torcuato entre insanos detenido
por el vil que en su canto endiosar quiso,
y morir ciego y pobre en el olvido
el cantor del perdido Paraíso.
Como él, Cervantes da el postrer aliento
de una vida misérrima y mezquina;
mira a Gilbert agonizar hambriento,
y ensangrentar Chenier la guillotina.
Así el mundo al poeta galardona:
su ardiente inspiración juzga delirio;
es corona de espinas su corona,
y su palma es la palma del martirio.



Ricardo Rossel

No morirá

-- de Ricardo Rossel --

Se apagará la misteriosa llama

Que aquí encendida en mi cerebro siento,

Mi fe, mi inspiración;

Se helará el corazón que ahora derrama

Dentro del pecho, con latir violento,

La vida y el amor.

Esta envoltura material, que vive

Sólo al calor de la inmortal centella

Esencia de mi sér,

Perecerá; y la mano que esto escribe,

Como toda esta máquina, sin ella,

Tornará á lo que fué.

El tiempo pasará....Sobre mi losa

De sus alas el roce habrá borrado

Mi funebre inscripción;

Y nadie entónces del que allí reposa

Se acordara, que al fin, solo un puñado

De polvo seré yo.

¿Todo acaso habrá muerto? ¿Eterno olvido,

Como la piedra que a mi tumba cierra,

Mi nombre cubrira?....

¡Ah! no! mi pensamiento aquí esculpido

Vivirá en esta página. En la tierra

¡No morirá jamás!



Rubén Darío

Leconte de Lisle

-- de Rubén Darío --

De las eternas musas el reino soberano
Recorres, bajo un soplo de vasta inspiración,
Como un rajá soberbio en su elefante indiano
Por sus dominios pasa de rudo viento al son.

Tú tienes en tu canto como ecos de Oceano;
Se ven en tu poesía la selva y el león;
Salvaje luz irradia la lira que en tu mano
Derrama su sonora, robusta vibración.

Tú el faquir conoces secretos y avatares;
A tu alma dio el Oriente misterios seculares,
Visiones legendarias y espíritu oriental.

Tu verso está nutrido con savia de la tierra;
Fulgor de Ramayanas tu viva estrofa encierra,
Y cantas en la lengua del bosque colosal.



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Ariiba