Buscar Poemas con Cesó


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Se han encontrado 7 poemas con la palabra cesó

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Félix María Samaniego

El gallo y el zorro

-- de Félix María Samaniego --

Un gallo muy maduro,
de edad provecta, duros espolones,
pacífico y seguro,
sobre un árbol oía las razones
de un zorro muy cortés y muy atento,
más elocuente cuanto más hambriento.

«Hermano», le decía,
«ya cesó entre nosotros una guerra
que cruel repartía
sangre y plumas al viento y a la tierra.
Baja; daré, para perpetuo sello,
mis amorosos brazos a tu cuello.»

«Amigo de mi alma»,
responde el gallo, «¡qué placer inmenso
en deliciosa calma
deja esta vez mi espíritu suspenso!
Allá bajo, allá voy tierno y ansioso
a gozar en tu seno mi reposo.

«Pero aguarda un instante,
porque vienen, ligeros como el viento,
y ya están adelante,
dos correos que llegan al momento,
de esta noticia portadores fieles,
y son, según la traza, dos lebreles.»

«Adiós, adiós, amigo,
dijo el zorro, «que estoy muy ocupado;
luego hablaré contigo
para finalizar este tratado.»
El gallo se quedó lleno de gloria,
cantando en esta letra su victoria:

Siempre trabaja en su daño
el astuto engañador;
a un engaño hay otro engaño,
a un pícaro otro mayor.

Poema El gallo y el zorro de Félix María Samaniego con fondo de libro

Hernando de Acuña

Atenta al gran rumor la musa mía

-- de Hernando de Acuña --

Atenta al gran rumor la musa mía
del armígero son de Marte fiero,
cesó del dulce estilo que primero
en sujeto amoroso se extendía;

mas ahora, con la vuestra en compañía,
me vuelve al sacro monte, donde espero
levantarme más alto y, por grosero,
dejar con nuevo canto el que solía.

Así sus horas con la espada a Marte,
y los ratos del ocio con la pluma
pienso, señor, enderezar a Apolo;

dando a los dos de mí tan larga parte,
y tomándola de ellos tal, que en suma
no me cause tristeza el verme solo.

Poema Atenta al gran rumor la musa mía de Hernando de Acuña con fondo de libro

Idea Vilariño

si muriera esta noche

-- de Idea Vilariño --

Si muriera esta noche
si pudiera morir
si me muriera
si este coito feroz
interminable
peleado y sin clemencia
abrazo sin piedad
beso sin tregua
alcanzara su colmo y se aflojara
si ahora mismo
si ahora
entornando los ojos me muriera
sintiera que ya está
que ya el afán cesó
y la luz ya no fuera un haz de espadas
y el aire ya no fuera un haz de espadas
y el dolor de los otros y el amor y vivir
y todo ya no fuera un haz de espadas
y acabara conmigo
para mí
para siempre
y que ya no doliera
y que ya no doliera.

Poema si muriera esta noche de Idea Vilariño con fondo de libro

Rosalía de Castro

Todas las campanas con eco pausado

-- de Rosalía de Castro --

Todas las campanas con eco pausado
Doblaron a muerto:
Las de la basílica, las de las iglesias,
Las de los conventos;
Desde el alba hasta entrada la noche
No cesó el funeral clamoreo:
¡Qué pompa! ¡Qué lujo!
¡Qué fausto! ¡Qué entierro!



Pero no hubo ni adioses ni lágrimas,
Ni suspiros en torno del féretro...
¡Grandes voces sí que hubo!... Y cantáronle,
Cuando le enterraron, un Réquiem soberbio.



Siente unas lástimas,
¡Pero qué lástimas!...
Y tan extrañas y hondas ternuras.
¡Pero qué extrañas!



Francisco Sosa Escalante

Después de la batalla (Sosa Escalante)

-- de Francisco Sosa Escalante --

El hórrido fragor de la pelea
Por fin cesó; ya no los atambores
Y el agudo clarín nuevos horrores
Anuncian en la lucha gigantea.

El cañon se apagó; tan solo humea
La roja sangre, y se oyen los clamores
Del herido infeliz que en sus dolores
La atónita mirada allí pasea.

Está pensando en el hogar tranquilo
En que dejara á la hechicera esposa
Junto á la cuna del dormido infante;

Y al ver que llega á destrozar el hilo
De su vida, la parca presurosa,
¡Perdón! perdón! prorumpe delirante.



Carolina Coronado

una fiesta dedicada a la reina gobernadora

-- de Carolina Coronado --

Ya el enemigo de la patria mía,
el genio de la guerra destructora
dobla rabioso la falange impía
ante la paz gloriosa y vencedora.
Cesó el llanto y la sangre y la agonía
que derramó la espada vengadora
y tras del triste y pavoroso día
luce risueña suspirada aurora.
Ya de cristina el genio prepotente
venció de carlos la arrogancia altiva,
que doblegando la orgullosa frente
el ramo ofrece de apacible oliva;
cantemos, o cristina, la victoria,
que a españa da la paz, y a vos la gloria.



Ramón de Campoamor

La opinión

-- de Ramón de Campoamor --

A mi querida prima Jacinta White de Llano,

en la muerte de su hija

¡Pobre Carolina mía!
¡Nunca la podré olvidar!
Ved lo que el mundo decía
viendo el féretro pasar:
Un clérigo. Empiece el canto.
El doctor. ¡Cesó el sufrir!
El padre. ¡Me ahoga el llanto!
La madre. ¡Quiero morir!
Un muchacho. ¡Qué adornada!
Un joven. ¡Era muy bella!
Una moza. ¡Desgraciada!
Una vieja. ¡Feliz ella!
—¡Duerme en paz!—dicen los buenos.
—¡Adiós!—dicen los demás.
Un filósofo. ¡Uno menos!
Un poeta. ¡Un ángel más!



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