Buscar Poemas con Atajos


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Se han encontrado 3 poemas con la palabra atajos

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Emilio Bobadilla

Invasión teutónica

-- de Emilio Bobadilla --

Las hordas invasoras avanzan: en eriales
conviértense los prados, los bosques de castaños,
de tilos, festoneados de yedras y rosales,
los valles y los sotos —guaridas de rebaños—.

Las hordas invasoras avanzan: fugitivas
abandonan los pueblos en ruinas las mujeres,
y van por los atajos en tristes comitivas,
llorando sus hogares en llamas, sus enseres!

Las hordas invasoras avanzan: el fracaso
horrísono de casas que tumban los cañones,
cual música diabólica solemniza su paso;

del templo sólo quedan en pie los paredones
y el rosetón que mira, cual ojo ensangrentado,
el campo sin verdura, sin hombres ni ganado...!

Poema Invasión teutónica de Emilio Bobadilla con fondo de libro

Pedro Salinas

el alma tenías

-- de Pedro Salinas --

Tan clara y abierta,
que yo nunca pude
entrarme en tu alma.
Busqué los atajos
angostos, los pasos
altos y difíciles...
A tu alma se iba
por caminos anchos.
Preparé alta escala
soñaba altos muros
guardándote el alma
pero el alma tuya
estaba sin guarda
de tapial ni cerca.
Te busqué la puerta
estrecha del alma,
pero no tenía,
de franca que era,
entradas tu alma.
¿En dónde empezaba?
¿acababa, en dónde?
me quedé por siempre
sentado en las vagas
lindes de tu alma.

Poema el alma tenías de Pedro Salinas con fondo de libro

Julia de Burgos

canción desnuda

-- de Julia de Burgos --

Despierta de caricias,
aún siento por mi cuerpo corriéndome tu abrazo.
Estremecida y tenue sigo andando en tu imagen.
¡Fue tan hondo de instintos mi sencillo reclamo!

de mi se huyeron horas de voluntad robusta,
y humilde de razones, mi sensación dejaron.
Yo no supe de edades ni reflexiones yertas.
¡Yo fui la vida, amado!
la vida que pasaba por el canto del ave
y la arteria del árbol.

Otras notas más suaves pude haber descorrido,
pero mi anhelo fértil no conocía de atajos:
me agarré a la hora loca,
y mis hojas silvestres sobre ti se doblaron.

Me solté a la pureza de un amor sin ropajes
que cargaba mi vida de lo irreal a lo humano,
y hube de verme toda en un grito de lágrimas,
¡en recuerdo de pájaros!

yo no supe guardarme de invencibles corrientes
¡yo fui la vida, amado!
la vida que en ti mismo descarriaba su rumbo
para darse a mis brazos.

Poema canción desnuda de Julia de Burgos con fondo de libro

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