¿Lleva tilde sesquipedal?

Hay una infinidad de palabras que se acentúan en Español, en concreto en nuestra base de datos tenemos 255.832 palabras que deben llevar tilde. Las reglas generales de acentuación son las siguientes:
  • Palabras agudas: son aquellas cuya última sílaba es tónica, deben llevar tilde aquellas que acaben en vocal, ene o ese.
  • Palabras llanas: son aquellas cuya sílaba tónica es la penúltima y llevan acento las que no terminan en vocal, ene o ese
  • Palabras esdrújulas: son aquellas cuya sílaba tónica es la antepenúltima, se acentúan siempre
Con las reglas anteriores puede parecer fácil saber cuando lleva tilde una palabra, no obstante en ocasiones saber separar una palabra en sílabas no es sencillo y pueden aparecer otros factores como los hiatos, las palabras compuestas o los acentos diacríticos que fácilmente inducen a equivocación. Por ello te ayudamos no sólo mostrandote cual es la forma correcta de escribir la palabra pero además te decimos por qué es así.

Sesquipedal no lleva tilde

Han de llevar tilde las palabras agudas que terminan en vocal, "n" o "s".

Llamamos palabras agudas a aquellas que tienen como sílaba tónica la última de sus sílabas, es decir que el golpe fuerte de voz recae en la sílaba final. Las palabras que tienen una sola sílaba se consideran también agudas, pero no suelen llevar tilde salvo en el caso de los acentos diacríticos, esto es que se acentúan para poder diferenciarlas como por ejemplo el caso del pronombre personal tú del determinante posesivo tu.

La separación silábica de SESQUIPEDAL queda así: ses-qui-pe-dal, es aguda y termina en "l" por lo tanto no se acentúa.

Ejemplos con la palabra Sesquipedal

-Sin embargo, no hay pizca de cinismo en ello, y te lo voy a demostrar. Dos hombres riñen en una calle por una futesa..., por una palabra anfibológica, hinchada y sesquipedal. Pasa un tercero, oye la disputa, se acerca y se para, y desde luego se pone con sus simpatías de parte de uno de los contendientes: tal vez porque grita más, y porque es bello y elegante, al paso que el otro tiene la ropa mal hecha, es feo y nada agradable de voz. No le importa un rábano lo que allí sucede, mas el contagio de la ira le arrastra, y la pasión le inclina hacia el contendiente preferido, pónese a su lado, y ayúdale contra el otro, pero con tal decisión y entusiasmo, que arriesgara en el trance hasta la vida, si fuera preciso. Acábase la contienda... por supuesto, por cansancio, no porque la verdad haya brotado del choque de los argumentos, sigue el intruso su camino, vásele pasando la sobreexcitación poco a poco, vuélvese a casa, y cuando se halla completamente tranquilo y en reposo medita en lo que se ha hecho, y se asombra de los gritos que dio, de los improperios que lanzó sobre el contrario, y de la desazón que le costó una contienda a la que no fue llamado, por una palabra que ninguno de los tres entendía, y que, aun cuando hubieran llegado a interpretarla en su verdadero sentido, ni la humanidad, ni el pueblo, ni el barrio en que pasó la escena, ni los tres personajes de ella, hubieran ganado con el triunfo el canto de un maravedí. Pues bien, Fernando, yo he sido ese tercero en todas las disputas filosóficas en que me has visto. Después me he asombrado del calor con que tomaba cuestiones de pura fantasmagoría.
Ver ejemplos de oraciones con la palabra sesquipedal

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