¿Lleva tilde raglan?

Hay una infinidad de palabras que se acentúan en Español, en concreto en nuestra base de datos tenemos 255.832 palabras que deben llevar tilde. Las reglas generales de acentuación son las siguientes:
  • Palabras agudas: son aquellas cuya última sílaba es tónica, deben llevar tilde aquellas que acaben en vocal, ene o ese.
  • Palabras llanas: son aquellas cuya sílaba tónica es la penúltima y llevan acento las que no terminan en vocal, ene o ese
  • Palabras esdrújulas: son aquellas cuya sílaba tónica es la antepenúltima, se acentúan siempre
Con las reglas anteriores puede parecer fácil saber cuando lleva tilde una palabra, no obstante en ocasiones saber separar una palabra en sílabas no es sencillo y pueden aparecer otros factores como los hiatos, las palabras compuestas o los acentos diacríticos que fácilmente inducen a equivocación. Por ello te ayudamos no sólo mostrandote cual es la forma correcta de escribir la palabra pero además te decimos por qué es así.

Raglan lleva tilde, se escribe Raglán.

Han de llevar tilde las palabras agudas que terminan en vocal, "n" o "s".

Llamamos palabras agudas a aquellas que tienen como sílaba tónica la última de sus sílabas, es decir que el golpe fuerte de voz recae en la sílaba final. Las palabras que tienen una sola sílaba se consideran también agudas, pero no suelen llevar tilde salvo en el caso de los acentos diacríticos, esto es que se acentúan para poder diferenciarlas como por ejemplo el caso del pronombre personal tú del determinante posesivo tu.

La separación silábica de RAGLÁN queda así: ra-glán, es aguda y terminada en "n" por lo tanto debe llevar tilde.

Puedes ver aquí la definición de raglán

Ejemplos con la palabra Raglán

Pasaron, por fin, aquellos tragos y aquellos sustos, vino el gran acontecimiento revolucionario, y con él una serie de trascendentales sucesos, que vengaron cumplidamente a don Juan de las picardías de su antiguo rival. Mientras el señor de Morrión, hecho ya un pasa, arrollado por la gente nueva que trajo consigo la marea de la septembrina, se quedaba arrinconadito en el instante mismo de triunfar sus ideas de toda la vida, y, en unión de su partido, empezaba a momificarse, el señor de Boina, precisamente cuando se desencadenaba la anarquía, iba subiendo a las colosales proporciones de jefe de partido en Marineda. Sin saberse cómo ni por qué, el señor de Boina era ya un personaje político a tiempo que se eligieron las Constituyentes de la revolución. Tanto, que una mañana se le vio enderezar el espinazo asaz encorvado, despedir lumbres por los microscópicos ojitos, ajustarse marcialmente el raglán, echar calle arriba, camino de la iglesia donde oía misa todos los días del año, y, una vez allí, hincarse de rodillas ante el altar de los Dolores, abrir los brazos y, con un impulso de verdadera fe -tal vez el único momento estético y sublime de su larga existencia-, rezar en alta voz una Salve. Era diputado electo por el distrito de la Formoseda.
Ver ejemplos de oraciones con la palabra raglán

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