¿Lleva tilde fustigador?

Hay una infinidad de palabras que se acentúan en Español, en concreto en nuestra base de datos tenemos 255.832 palabras que deben llevar tilde. Las reglas generales de acentuación son las siguientes:
  • Palabras agudas: son aquellas cuya última sílaba es tónica, deben llevar tilde aquellas que acaben en vocal, ene o ese.
  • Palabras llanas: son aquellas cuya sílaba tónica es la penúltima y llevan acento las que no terminan en vocal, ene o ese
  • Palabras esdrújulas: son aquellas cuya sílaba tónica es la antepenúltima, se acentúan siempre
Con las reglas anteriores puede parecer fácil saber cuando lleva tilde una palabra, no obstante en ocasiones saber separar una palabra en sílabas no es sencillo y pueden aparecer otros factores como los hiatos, las palabras compuestas o los acentos diacríticos que fácilmente inducen a equivocación. Por ello te ayudamos no sólo mostrandote cual es la forma correcta de escribir la palabra pero además te decimos por qué es así.

Fustigador no lleva tilde

Han de llevar tilde las palabras agudas que terminan en vocal, "n" o "s".

Llamamos palabras agudas a aquellas que tienen como sílaba tónica la última de sus sílabas, es decir que el golpe fuerte de voz recae en la sílaba final. Las palabras que tienen una sola sílaba se consideran también agudas, pero no suelen llevar tilde salvo en el caso de los acentos diacríticos, esto es que se acentúan para poder diferenciarlas como por ejemplo el caso del pronombre personal tú del determinante posesivo tu.

La separación silábica de FUSTIGADOR queda así: fus-ti-ga-dor, es aguda y termina en "r" por lo tanto no se acentúa.

Ejemplos con la palabra Fustigador

Tampoco le faltaban pruebas de que ni en los aplausos ni en las coronas entraba pasión de bando, ni cosa que lo pareciera. Un cura sin licencia ni sotana, pero con manceba, gran frecuentador de los centros en que nuestro joven peroraba, defensor impertérrito del cristianismo sin «alto clero», ni Papa, un aristócrata tramposo, divorciado de su mujer y podrido por los vicios, pero sostenedor incansable de las «prerrogativas del Altar y del Trono», algunos ''jóvenes ilustrados'', que en pago de la honra que él les otorgaba saludándolos en público y dejándolos acercarse a oírle cuando oficiaba de pontifical, le referían las comedias que se veían precisados a representar, en bien de la paz doméstica, ya comprando por un vaso de aguardiente al sacristán de la parroquia la cédula de comunión en Semana Santa, ya asomándose cada domingo a la puerta de la iglesia para poder decir al fanático papá de qué color era la casulla del cura, en testimonio de que habían oído misa, porque los pobres chicos tenían la desgracia de pertenecer a familias estúpidas que se confesaban de cuando en cuando y oían misa todos los días de precepto, dos distinguidas marquesas, protectoras de quince cofradías, rezadoras infatigables, caritativas a voces, pero que lo mismo pedían para los gastos de una novena que para regalar un estoque cincelado al torero de moda, y con igual empuje hendían la masa de fieles para oír de cerca en el templo a un orador de fama, que el tropel de locos o borrachos en un baile de máscaras, para dar un bromazo a ''Pepe Canija'' o a ''Ñico Pulgares'', calaveras de la aristocracia, muy dados al merodeo llano, un «honrado obrero» que tuvo la dignidad de separarse de la «Iglesia romana», porque el cura de su parroquia no le admitió por padrino en un bautizo, por el único delito de haber declarado el disidente que tenía a mucha honra no saber jota de la doctrina cristiana, y estar a la sazón «un poco bebido», tres seminaristas resellados de demagogos, una dama virtuosísima que se veía en la dura necesidad de no volver al confesonario desde que una vez le negaron la absolución..., y un sinnúmero de ejemplares por el estilo, a cual más católico, unos con elogios, otros con declaraciones, y todos con su conducta, demostraron a Fernando que el fustigador de la vieja fe estaba en lo firme, y que los aplausos y los laureles consabidos eran fiel expresión de la justicia, la voz del mundo entero que protestaba contra la tiranía de esa ''secta'', escándalo de la civilización y oprobio de la humanidad.
Ver ejemplos de oraciones con la palabra fustigador

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