¿Lleva tilde encomiadores?

Hay una infinidad de palabras que se acentúan en Español, en concreto en nuestra base de datos tenemos 255.832 palabras que deben llevar tilde. Las reglas generales de acentuación son las siguientes:
  • Palabras agudas: son aquellas cuya última sílaba es tónica, deben llevar tilde aquellas que acaben en vocal, ene o ese.
  • Palabras llanas: son aquellas cuya sílaba tónica es la penúltima y llevan acento las que no terminan en vocal, ene o ese
  • Palabras esdrújulas: son aquellas cuya sílaba tónica es la antepenúltima, se acentúan siempre
Con las reglas anteriores puede parecer fácil saber cuando lleva tilde una palabra, no obstante en ocasiones saber separar una palabra en sílabas no es sencillo y pueden aparecer otros factores como los hiatos, las palabras compuestas o los acentos diacríticos que fácilmente inducen a equivocación. Por ello te ayudamos no sólo mostrandote cual es la forma correcta de escribir la palabra pero además te decimos por qué es así.

Encomiadores no lleva tilde

Han de llevar tilde las palabras llanas que no terminen en vocal, "n" o "s".

Llamamos palabras llanas a las palabras donde el golpe de voz o sílaba tónica recae en su penúltima sílaba.

La separación silábica de ENCOMIADORES queda así: en-co-mia-do-res, es llana y termina en "s" por lo tanto no se acentúa.

Ejemplos con la palabra Encomiadores

No sólo contra la benevolencia y el agrado, sino también contra la ira y enemistad, era bastante poderoso a resistir por sostener lo justo. Dícese, pues, que persiguiendo una ocasión a un enemigo en el tribunal, como no quisiesen los jueces, después de la acusación, oír al tratado como reo, sino que pidiesen el pasar a votar contra él, se puso Aristides a su lado a pedir también que se le diese audiencia y fuese tratado conforme a las leyes. Juzgaba otra vez a dos particulares, y diciendo el uno que su contrario había hecho muchas cosas en defensa de Aristides, le contestó: “No, amigo, tú di si te ha hecho a ti alguna ofensa, porque no soy yo, sino tú, el que ha de ser juzgado”. Eligiéronle procurador de las rentas públicas, y no sólo descubrió que habían sustraído caudales los Arcontes de su tiempo, sino también los que le habían precedido, y más especialmente Temístocles. Que era largo de manos, aunque sabio. Por esta causa suscitó éste a muchos contra Aristides, y persiguiéndole al dar sus cuentas hizo que se le formase causa y condenase por ocultación, según dice Idomeneo: pero como por ello se hubiesen disgustado los primeros y más autorizados de la ciudad, no sólo salió libre de todo cargo y multa, sino que volvieron a elegirle para la misma magistratura. Hizo como que estaba arrepentido de su primer método, manifestándose más benigno, con lo que tuvo gratos a los usurpadores de los caudales públicos, porque no se lo echaba en cara ni llevaba las cosas con rigor, de manera que, enriquecidos con sus rapiñas, colmaban de alabanzas a Aristides e intercedían ansiosos con el pueblo para que todavía le eligieran otra vez, mas cuando ya iban a votarle, increpó a los Atenienses, diciéndoles: “¡Conque cuando me conduje bien y fielmente me maltratasteis, y cuando he dejado abandonados crecidos caudales en manos rapaces me tenéis por el mejor ciudadano! Pues más me avergüenzo del honor que ahora me hacéis que de la injusticia pasada, y me indigno contra vosotros, para quienes parece más glorioso el favorecer a los malos que defender los intereses de la república”. Dicho esto, descubrió las malversaciones, con lo que hizo callar a sus panegiristas y encomiadores, y recibió de los hombres de bien una verdadera y justa alabanza.
Ver ejemplos de oraciones con la palabra encomiadores

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba