¿Lleva tilde decretaría?

Hay una infinidad de palabras que se acentúan en Español, en concreto en nuestra base de datos tenemos 255.832 palabras que deben llevar tilde. Las reglas generales de acentuación son las siguientes:
  • Palabras agudas: son aquellas cuya última sílaba es tónica, deben llevar tilde aquellas que acaben en vocal, ene o ese.
  • Palabras llanas: son aquellas cuya sílaba tónica es la penúltima y llevan acento las que no terminan en vocal, ene o ese
  • Palabras esdrújulas: son aquellas cuya sílaba tónica es la antepenúltima, se acentúan siempre
Con las reglas anteriores puede parecer fácil saber cuando lleva tilde una palabra, no obstante en ocasiones saber separar una palabra en sílabas no es sencillo y pueden aparecer otros factores como los hiatos, las palabras compuestas o los acentos diacríticos que fácilmente inducen a equivocación. Por ello te ayudamos no sólo mostrandote cual es la forma correcta de escribir la palabra pero además te decimos por qué es así.

Decretaría lleva tilde

Si la vocal tónica o fuerte de un diptongo es la vocal cerrada i/u estamos ante un hiato. Cuando esto ocurre la vocal cerrada i/u debe ser acentuada.

La separación en sílabas de DECRETARÍA queda así: de-cre-ta-rí-a, debe llevar tilde para romper el diptongo. De esta manera Se produce hiato entre las vocales "í" y "a" de las sílabas y a porque la vocal i acentuada es tónica y la vocal a es abierta.

Ejemplos con la palabra Decretaría

Preguntada por mí acerca del lugar que a su esposo daría en este absolutísimo gobierno mujeril, me contestó que en su Reino decretaría el cese de todos los maridos que no fueran padres, y que a D.
Preguntada por mí acerca del lugar que a su esposo daría en este absolutísimo gobierno mujeril, me contestó que en su Reino decretaría el cese de todos los maridos que no fueran padres, y que a D.
Anticipóseles Sila, huyó al ejército y sus soldados mataron a los tribunos, luego que fueron informados de lo sucedido Mario y los suyos, a su vez daban en Roma muerte a los amigos de Sila, y se apoderaban de sus bienes, siendo además continuas las traslaciones y fugas de unos a la ciudad desde el ejército, y de otros que desde la ciudad se dirigían a aquel. El Senado no era dueño de sí mismo, sino que se prestaba a las órdenes de Mario y de Sulpicio, y noticioso de que Sila avanzaba sobre la ciudad, envió dos pretores, Bruto y Servilio, con la orden de que se retirase. Como éstos hubiesen hablado a Sila con arrogancia, los soldados quisieron acabar con ellos, mas sólo les rompieron las fasces y los despojaron de la púrpura, despachándolos con ignominia. Con su desmedida tristeza, y con vérseles despojados de las insignias pretorias, anunciaban bastante que la sedición, lejos de estar apaciguada, no podía reprimirse. Mario, pues, hacía preparativos, y Sila venía desde Nola trayendo seis legiones completas, y aunque al ejército lo veía muy resuelto a marchar sin detención contra Roma, él estaba indeciso en su ánimo y temía el peligro. Mas como haciendo él sacrificio examinase las señales el agorero Postumio, tendiendo las manos hacia Sila, le pedía que le aprisionase y custodiase hasta la batalla, y si todo no se terminaba pronto y favorablemente tomara de él la última venganza a que se ofrecía. Dícese que a Sila se le apareció entra sueños la Diosa, cuyo culto aprendieron los Romanos de los de Capadocia, llámese la Luna, o Minerva, o Belona, parecióle, pues, a Sila que colocada ésta a su cabecera le puso en la mano un rayo, y nombrándole a cada uno de sus enemigos, le decía que tirase, y que, tirando él, estos caían y se desvanecían. Alentado con esta aparición, y dando al otro día parte de ella a su colega, se dirigió a Roma. Alcanzóle, ya en Pictas, un mensaje, por el que se le rogaba suspendiese en aquel punto la marcha, pues el Senado decretaría a su favor cuanto fuese justo, mas aunque dio palabra a los embajadores de que asentaría el campo, llegando hasta comunicar la orden para el acantonamiento de las tropas, como acostumbraban hacerlo los generales, con lo que aquellos se retiraron confiados, apenas hubieron marchado envió a Lucio Basilo y Cayo Mumio, y tomó por medio de ellos la puerta y lienzo de muralla que está sobre el monte Esquilino, y en seguida se aproximó él mismo con la mayor prontitud. Acometieron los de Basilo a la ciudad, y se hacían dueños de ella, pero el pueblo en gran número, aunque desarmado, empezó a tirarles tejas y piedras, y los contuvo de ir adelante, obligándolos a recogerse a la muralla. En esto, ya Sila había llegada, y enterado de lo que pasaba gritó que se acercasen a las casas, y tomando un hacha encendida corrió él el primero, y dio orden a los arqueros para que usasen de los portafuegos, dirigiéndolos contra los tejados, sin hacerse cargo de nada, sino que, dejándose llevar de la cólera de que se hallaba poseído, y abandonando a ella la dirección de las operaciones, no vio en Roma más que enemigos, y sin consideración ni compasión alguna de amigos, de parientes y deudos, lo entregó todo al fuego, que no hace distinción entre los culpados y los que no lo son. Mientras esto pasaba, Mario corrió al templo de la Tierra, y publicó la libertad a todos los esclavos, pero no pudiendo sostenerse con la entrada de los enemigos salió de la ciudad.
Ver ejemplos de oraciones con la palabra decretaría

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba