¿Lleva tilde bramadoras?

Hay una infinidad de palabras que se acentúan en Español, en concreto en nuestra base de datos tenemos 255.832 palabras que deben llevar tilde. Las reglas generales de acentuación son las siguientes:
  • Palabras agudas: son aquellas cuya última sílaba es tónica, deben llevar tilde aquellas que acaben en vocal, ene o ese.
  • Palabras llanas: son aquellas cuya sílaba tónica es la penúltima y llevan acento las que no terminan en vocal, ene o ese
  • Palabras esdrújulas: son aquellas cuya sílaba tónica es la antepenúltima, se acentúan siempre
Con las reglas anteriores puede parecer fácil saber cuando lleva tilde una palabra, no obstante en ocasiones saber separar una palabra en sílabas no es sencillo y pueden aparecer otros factores como los hiatos, las palabras compuestas o los acentos diacríticos que fácilmente inducen a equivocación. Por ello te ayudamos no sólo mostrandote cual es la forma correcta de escribir la palabra pero además te decimos por qué es así.

Bramadoras no lleva tilde

Han de llevar tilde las palabras llanas que no terminen en vocal, "n" o "s".

Llamamos palabras llanas a las palabras donde el golpe de voz o sílaba tónica recae en su penúltima sílaba.

La separación silábica de BRAMADORAS queda así: bra-ma-do-ras, es llana y termina en "s" por lo tanto no se acentúa.

Ejemplos con la palabra Bramadoras

¡Antorchas de la noche, fúlgidas estrellas, capitaneadas por la luna! ¡Tempestades bramadoras,.
Quiero decir que no son peras de a libra en la Montaña espectáculos como el que voy describiendo, sobre todo en verano, y por ende, que no crea el lector que este modo de comenzar un libro implica la necesidad de que corresponda la magnitud de la escena a la grandiosidad del escenario. Y así es, en efecto. Todo lo que tengo que decirle, después de lo que he ponderado lo temeroso de la tempestad, es que mientras duró su mayor furia, a menos de la mitad de la hoz, en el angosto sendero que serpentea a algunas varas sobre el río, en la vertiente de la izquierda, dos hombres, uno de pie y otro a caballo, permanecían agazapados y al abrigo de un espeso matorral. Habían entrado en la hoz al estallar los primeros truenos, y como este camino puede recorrerse en media hora, andando sin tropiezo, pensaron salir a la otra parte antes de que se desencadenase la tempestad. Pero ésta traía más andar de lo que parecía. Comenzó a arreciar el viento, la lluvia les azotaba el rostro, y el sendero, no obstante la luz de un farolillo que llevaba el de a pie, iba haciéndose intransitable por momentos. Desde lo alto de los taludes y dondequiera que éstos formaban un pliegue, descendían rápidas y bramadoras cascadas, arrastrando con el agua tierras y pedruscos que interceptaban el camino cuando no se llevaban por delante el pedazo correspondiente. Con el fragor de la tormenta, no se dejaban oír del caballero las advertencias del hombre de a pie, más práctico que aquél en el camino que seguían, cada vez más resbaladizo y peligroso. Era urgentísimo aprovechar el tiempo, porque los riesgos de muerte iban creciendo por instantes. A falta de palabras, con señas expresivas excitaba el hombre del farol al caballero a que le siguiera a buen andar, en lo que no siempre era obedecido, porque la cabalgadura harto tenía que hacer con pisar en firme y defenderse de la cellisca, metiendo la cabeza entre los brazos. Así caminaron durante media hora, hasta que, habiendo llegado a un sitio en que una peña coronada de malezas formaba una media gruta, se arrimaron a ella entrambos caminantes. Estaban abrigados del viento, ya que no por completo de la lluvia.
Ver ejemplos de oraciones con la palabra bramadoras

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