Ejemplos con échale

El Escritor y director de cine Carlos Cuarón funge como padrino del guión en el Maratón taller de Guión Cinematográfico: Expo locaciones-El Garfio y bendice al escritor de Perrito Bomba con la siguiente frase: Si quieres que este guión se vuelva película: Échale ganas, huevos y tompiates, que son tres cosas bien parecidas, pero muy distintas.

Fueron tiempos de mucha actividad, que incluyeron una participación en el disco Échale semilla de Axel Krygier y otro trabajo de productor, en el tema Equis, del álbum de los Tintoreros Chas Park.

¡Esposo! ¿Por qué permites que nos insulte así este mónstruo deforme y feo? Échale del Olimpo, pues su aliento infesta.

Comprímete aquí: échale agua a tu baile.

¿No caes en ello? Pues si quieres hacer de don Alfonso un gran Rey, de vida fecunda y altos hechos, arráncale a viva fuerza de ese obscuro Cuarto Real y échale de aquí, lánzale al azar de la vida libre.

Échale otro piso al sombrero para que desde allí te veamos, hombre, y podamos decirte.

Cierto que un casco metálico flota mientras esté vacío, pero échale a una embarcación de hierro de cuatrocientos pies máquina en proporción, y luego ese molinillo que él dice, de ciento ochenta pies.

¡Oh, ese hombre! ¡Ese pillo! ¡Da lástima ver tanto desesperado, tantos padres de familia dispuestos a matarse o a matar a ese granuja si le pillan! El muy ladrón debió saber antes que nadie lo de la baja, y ¡échale un galgo! ¡Dios sabe dónde estará ahora!.

-¡Échale, Lorenzo, échale! -exclamó el conde, en un nuevo estremecimiento de tos convulsiva.

Échale los espejuelos encima, y saca el Cristo, o el Sócrates.

y échale un poco de zarzaparrilla.

¡Échale, Águeda!.

-Deprisa, Campanilla -susurró-, cierra la ventana, échale el pestillo.

¿Quieres tu, querido doncel, que yo misma vaya a poner el cuello en la horca? ¡Buen procedimiento para tenerte a salvaguardia de las mujeres tesálicas! Una vez pájaro, échale un galgo.

-Ciriaco, mi hijo, espanta esas gallinas y échale un ojito al sancocho.

- Échale cuanto azúcar quieras, un tinajón de melaza, entre el empalago ha de sobresalir, siempre y por último, la amargura.

-¡Ea! ¡Degollación, hija mía! Échale una seguidilla al lucero de los claustros de Salamanca, al Sr.

¡Un capullito! Échale con los dedos un beso.

Échale, Lorenzo, échale.

-¿Celedonia?, échale un galgo.

¿No caes en ello? Pues si quieres hacer de don Alfonso un gran Rey, de vida fecunda y altos hechos, arráncale a viva fuerza de ese obscuro Cuarto Real y échale de aquí, lánzale al azar de la vida libre.

Y el califa dijo a su esclavo: ¡Quítale la ropa a este hombre, vístele con mi traje de noche, y échale en mi propio lecho! Y cuando el esclavo hubo ejecutado la orden, el califa le envió a buscar a todos los dignatarios del palacio, visires, chambelanes y eunucos, así como a todas las damas del harén, y cuando se presentaron todos entre sus manos, les dijo: Es preciso que mañana por la mañana estéis todos en esta habitación, y que cada cual de vosotros se ponga a las órdenes de este hombre que está echado en mi lecho y vestido con mi ropa.

Bien lo gana, ninguna échale pie en dar punto al aceite y voltear las rodajas dentro del sartenón.

Tú, Guarnisión, bájate al corral, a tó el correr de tus piernas, y amárrame la jaca a un poste y échale una manta por cima, que viene mu sudá.