Ejemplos con zonzo

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Es zonzo el cristiano macho cuando el amor lo domina en colaboración con Carlos Schaeffer Toro ,.
¡Tío Alfonso es un zonzo! ¡Tío Alfonso es un zonzo!.
Y me tienen de pie ante ellas, para que no se borren del todo las distancias sociales, hasta que de pronto las hago reír o las cuento algo que las interesa vivamente, y entonces alguna, con repentina solicitud, me dice: Pero siéntese usted, siéntese aquí y no sea zonzo.
Y mientras el zonzo la obedecía, ella se sentó junto a su amante.
Anda, zonzo, trépate en el automóvil al lado del chófer.
El zonzo , o sea el hermano, ansioso de venganza por los golpes de la tarde, había cerrado la puerta al notar su salida, guardándose la llave.
Anda vos con Nélida, grandísimo zonzo.
Verá usted cómo llega el zonzo de mi hermano con la orden de que me vaya a dormir Y tendré que obedecer a esa señora por no dar un escándalo.
Y ese zonzo de seguro que apenas lleguemos le va a contar no sólo lo de Alemania, sino lo del buque, lo tuyo también.
Pero Nélida sobrevino como una fiera, y hubo que arrancar al zonzo de entre sus manos.
Mira bien, zonzo Abre los ojos, animal ¿Dónde está el hombre, idiota? Y lo zarandeaba, iracunda, mientras el muchacho abría desmesuradamente sus ojos mirando a todos lados, y especialmente al vacío debajo de la cama, como si sólo allí pudiera ocultarse un intruso.
Sí, lo fastidiaba, le daba rabia, no precisamente por ella, porque tuviese celos de la muchacha -de loco iba a caer en ésas, ni que la hubiese estado queriendo de veras para tomarlo tan a pecho- sino más bien por él, cuestión de él mismo, de amor propio, de no darse por fumado y de no sentar a los ojos de los otros plaza de zonzo.
Pero el chingolo, que no tiene ni una pluma de zonzo, no se la quiso tragar sin ver, voló para arriba, hasta lo más alto que le fue posible, y cuando volvió a bajar, le gritó al chimango: ¡Mentira, el centro del orbe soy yo, bien lo acabo de ver!.
¡Claro, a la ocasión la pintaban calva, más que zonzo de no aprovecharse hubiese sido!.
¿De patriota entonces, de puro patriota, como quien decía de puro zonzo, iría a andar metido en danzas, arriesgando a que el día menos pensado le agujerearan el cuero de un balazo en los atrios o de una estocada en algún duelo?.
¿Por qué no los habría llevado al Banco el muy zonzo, ganándose el interés?.
¡No faltaba sino que fuera a dejarse soplar la dama ahora como un gran zonzo!.
¡Malhaya! a qué se metería a zonzo, en honduras él.
¡Aunque no, estúpido, zonzo! estaba abierta la puerta, las dos hojas, de par en par, nada de lo que se imaginaba podía haber, nada grave, grave en ese sentido por lo menos.
¡Bien conocía los bueyes con que araba, bien sabía a qué atenerse, el papel que desempeñaba, cómo era recibido él por la familia, que no hacían más que tolerarlo los viejos, que lo admitían como de lástima, que lo miraban como a bicho inofensivo, como a una especie de cuzco de la casa, que lo tenían en cuenta de zonzo!.
Yo estaba de buen humor, así fue, que después de dirigirle algunas bromas a Calixto, que con su aire de zonzo estudiado, ha hecho ya una revolución en las provincias, para que veas lo que es el país, tomé a mi turno la palabra.
Buen zonzo sería buen imbécil, con semejante perspectiva por delante, de estar devanándose los sesos, perdiendo los mejores años de su vida, cuando se hallaba en edad de gozar, de divertirse, y no le faltaba, por lo pronto, con qué poder hacerlo.
¡De loco, de zonzo iba a ponerse a estudiar él, a romperse la cabeza!.
Guillermo es el que no tiene ya compostura: debe a todo el mundo y es un sinvergüenza: en cuanto a que no me junte con él, perfectamente, y también encuentro razonable que se me pida vaya más temprano, pero eso de meterse don Guillermo en mi vida privada y calumniarme como lo ha hecho, no lo permitiré y hoy mismo le tiraré su empleo por la cara y me ha de dar una satisfacción: ¡si creerá ese viejo zonzo que me va a asustar!.
Se acusaba de haber sido demasiado zonzo, luego meditando todo lo que había pasado se llenaba de orgullo y quedaba satisfecho del camino andado.
-Pero, qué diablos: si ella me permitiera una libertad como la que usted se ha tomado yo de buena gana sufriría veinte coscorrones que me diera: pero sigamos: ¿qué estamos haciendo aquí como unos zonzo? felizmente la cosa no ha tenido ulterioridades: es preciso que vayamos con juicio: vea, usted nos compromete: recién recuerdo que he pasado por frente de mi casa: qué barbaridad: ¿si nos habrán visto?.
Ya me figuro a qué has de salir, no he de ser zonzo yo, ¡haragana y pedazo de porquería!.
Te retobaste, te empeñaste en juir con ese zonzo de tu marido.
-Haciéndome el zonzo, el que no entendía, me allegué a ellos, y como algo entiendo su lengua he comprendido todo.

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