Ejemplos con zapatería

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Mi padre tenía una zapatería abierta en Santiago de Compostela.
Y aventuró esta profecía, que hasta ahora ha resultado válida: La base de la zapatería de lujo es y será siempre el cosido a mano.
En esta zapatería, y lo juro por mi dama, me prometió usté que haría que me estrenasen el drama.
Apolonio paseaba, nervioso y tremante, zapatería arriba, zapatería abajo, erguida la cresta, amenazador continente, transido de funesta cólera.
Una mañana, Felicita entró en la zapatería de Apolonio, cosa acostumbrada, pero aquel día, la solterona llevaba desencajado el rostro, con expresión que pretendía ser colérica, y, sin embargo, dejaba recelar un placer oscuro.
Por lo pronto, soy un maestro artista en zapatería.
Llegaba a la zapatería el señor Novillo, con su empaque reservado, catadura sombría y venerable vientre de ídolo, la piel bronceada, barba y bigotes pardos, entrecanos en la raíz.
Por la zapatería caían de visita, periódicamente, Pedro Barquín, el cura Chapaprieta, el magistrado don Hermenegildo Asiniego, y otros claros varones de la urbe.
Apolonio, desde el umbral de su zapatería de lujo, en actitud estatuaria y de fingido tedio e indiferencia, presenciaba aquel vivo y animado tumulto, con la misma envidia y nostalgia con que los inmortales en el Olimpo ven a los humanos agitarse a impulsos de ideales y pasiones que hacen la vida sabrosa y digna de vivirse.
El menaje profesional de Belarmino se reducía a los más indispensables utensilios de zapatería, de los cuales don Restituto le había hecho graciosa donación: unas pinzas, un rebote de correderas, una gubia, un desborrador americano, un rodillo de picar, un sacabocados, varias leznas y un torno de montar con horma de hierro.
Belarmino continuaba siendo zapatero, su nuevo cuchitril continuaba siendo zapatería, no de otra suerte que la lancha quilla arriba sobre la playa continúa siendo una embarcación.
A poco de abrir mi padre la zapatería, la de Belarmino se hundió.
Abrió mi padre, al fin, la zapatería con gran fortuna, y nos fuimos a vivir al local del establecimiento, de la parte del patio.
¡Qué gran señora! Nos alojó en su palacio, en tanto se llevaba a cabo la instalación de la zapatería de mi padre, un establecimiento por todo lo alto, pues resultó que las instrucciones del difunto conde consistían en que una parte del legado se emplease en este fin, que la duquesa presidiese en todo lo tocante al buen empleo del dinero, que buscase clientela segura y estuviese al cuidado de que mi padre no se desmandase.
Zapatería bilateral de Belarmino Pinto.
La apertura de la nueva zapatería causó inolvidable sensación y pasmo descomunal.
Belarmino, con el tecnicismo de su inventiva, había dicho, traducido al pie de la letra: Fuera de la zapatería, e inscripto en el círculo de mi ortodoxia, que así puede llamarse círculo como cuadrado, puesto que la ortodoxia es la conciliación de los contrarios, soy fanático, y aún más, incendiario violento, pero fuera de mi centro propio y dentro de la zapatería, soy indiferente.
Fuera de la zapatería, y suscrito en el círculo de la paradoja, que es un cuadrado, porque es el ecuménico, soy fanático y hasta teísta macilento, pero dentro de la zapatería, y en ridículo, soy analfabético.
Los dominicos penetraban entonces por primera vez en la zapatería de Belarmino.
Por lo pronto, no era verosímil que el francés adelantase todo el dinero que se necesitaba para pagar la deuda de Bellido y montar por lo grande la zapatería.
A poco de salir Felicita, cruzó, por delante de las puertas de la zapatería, don Anselmo Novillo, con solemnidad de hombre corpulento, machucho y poseído de su elegancia.
No se dijera sino que la zapatería sólo tenía cubicación disponible para una persona de fuera.
Por fortuna, el señor Colignon olvidó llevar sus pesquisas hasta la bilateralidad de la zapatería.
Ya que el señor Colignon terminó de sahumar el ambiente con aquel copioso rebase de optimismo, Belarmino quedó un punto en suspenso, temeroso de que su interlocutor solicitase por último el significado de la palabra bilateral aplicada al establecimiento de zapatería.
¿Por qué es que tú llamas tu zapatería El Nenrod boscoso y equitativo , y metes que es bilateral?.
Apenas transcurridos cinco minutos, irrumpió en la zapatería el voluminoso y rubicundo don René Colignon, fabricante de achicoria y confitero.
En la zapatería aguardaba a Belarmino un caballerete.

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