Ejemplos con volviéramos

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Si volviéramos al símil con las películas de Altmann, El perdón no es un cuento, es un flashback una imagen de la vida en el pasado o futuro de un exiliado que ha fracasado y que ronda bares de mala muerte en Bangkok pidiendo dinero a los turistas.
Yo quería que volviéramos a participar en esta competición para que el mundo entero viera al auténtico Al Ahly.
Únicamente alguna vez nos recomendó, en tono de malhumor, que no volviéramos a coger el.
Zelayeta hizo el plano de la casa que construiríamos fuera del pueblo, en un alto, cuando volviéramos a Lúzaro.
Si fuese menester que volviéramos al mechinal indecente de la calle de Rodas, iría sin vacilar, apechugando con toda la miseria que Dios quisiera mandarnos.
¡Ay, qué infame tropelía! ¡Llevar a hombres cristianos en traílla, como a perros con rabia para echarlos al agua! ¡Lástima que todas las mujeres de corazón no nos volviéramos perras rabiosas!.
Para mí sería lo más grato que desesperados de encontrar aquí la fortuna nos volviéramos a nuestra tierra, pero no ha de ser nunca consuelo mío lo que para ti y para nuestros hijos será tristeza, ni quiero que el bien que deseo se funde en el mal de todos, porque entonces mi bien sería muy amargo.
¿No había motivo para que nos volviéramos locos con nuestro jefe? ¡Ah, muchachos, si hubierais estado allí cuando recorrió el campo de batalla mandando recoger los heridos! Creo que hasta los muertos se levantaban para gritar ¡viva el Emperador! , y cuando a la noche siguiente encendimos una gran hoguera, en este mismo sitio donde ahora estamos, y vino él a situarse allí enfrente para recibir al emperador de Austria, parecía un dios rodeado de aureola de fuego y teniendo al alcance de su mano los rayos con que destruía tronos y reyes, imperios y coronas.
Mi cuñado nos escribía que estaba resignado con su suerte, que cesáramos de exponernos por él a nuevos peligros, y que nos volviéramos a nuestro retiro.
Desde luego, ya iba siendo hora de que volviéramos.
Estaba adornado de diversos detalles triviales que he omitido, pero los cuales nos sirvieron de alegre esparcimiento toda la mañana, hasta dejar pasar la hora más favorable para la pesca, por lo que se propuso que volviéramos a tierra y permaneciéramos bajo los árboles, hasta que cediera el calor del mediodía.
volviéramos a casa con los botes marchando a la par y hablándonos, en tanto que Bentley Drummle llegaba.
A recoger digo, y no a robar, aunque esto parecía lo propio, porque el pueblo amotinado, al suprimir el principio de autoridad, cree de buena fe que funda un estado de derecho -estado fugaz, pero estado al fin- en el que todas las cosas se convierten en cosas «nullius», como si volviéramos al sistema hebreo del año sabático.
Si fuese menester que volviéramos al mechinal indecente de la calle de Rodas, iría sin vacilar, apechugando con toda la miseria que Dios quisiera mandarnos.
¡Ay, qué infame tropelía! ¡Llevar a hombres cristianos en traílla, como a perros con rabia para echarlos al agua! ¡Lástima que todas las mujeres de corazón no nos volviéramos perras rabiosas!.
Entonces le contestaron ellos: ¡Oh hermano nuestro, perdónanos por esta vez! ¡Si volviéramos a reincidir, haz con nosotros lo que te parezca!”.
-¿Y si volviéramos al campamento? - dijo Porthos-.
El día primero de la fiesta, en que los moros ganaban la batalla, nos íbamos tristes a nuestra casa, como si volviéramos del mismo Guadalete y nos encontráramos la iglesia profanada por los ulemas, y ocupado el hogar por los guerreros, reducidos nosotros a las mazmorras y señaladas las mujeres al serrallo.
Petra sabe que yo quiero evitar a toda costa un disgusto a mi mujer, porque temo que cualquier crisis nerviosa lo echase todo a rodar y volviéramos a las andadas.
-Valiera más, Nardo, que en lugar de fijarnos en ejemplos como el de ese buen señor para echar de casa a nuestros hijos, volviéramos los ojos a otros más desgraciados.
-Pero ¡válgame la mi Madre Santísima! ¿qué dirá usté, señor don Marcelo, de esta mala peste que le ha caído en la casona? ¿No le da en cara esta poca vergüenza con que, tras de comerle el costado derecho, le tenemos arrinconado en lo más obscuro y ruin, por campar nosotras solas en lo más pomposu, como si todo eyu fuera nuestro y no de usté? ¿No sería mejor que, ya que empieza la escampa, le dejáramos en paz y sin estorbos y nos volviéramos a la nuestra casa antes con antes?.

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