Ejemplos con volviéndose

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Y volviéndose hacia mí: Dime, Pedriño, ¿no es esto señal de ser un poeta? Sin intención he compuesto una sonora cuarteta.
Hola, holaexclamó el dominico, volviéndose hacia el barril en cuyo fondo rebullía y graznaba la urraca.
Se echó a reír, volviéndose a mirarme.
Primero: la demolición de la capilla de San Roque que se halla a la vera del río Señoresdijo volviéndose al auditorio, en ademán resuelto: La comisión ha tenido presente, al hacer esta proposición, la proximidad de la capilla al sitio en que ha de abrirse el nuevo cauce, los sillares y la madera que puede darnos para la obra de fábrica que está indicada allí mismo, y el dinero que han de valernos los ornamentos y las esculturas, sacados oportunamente a remate.
¿Lo ven ustedes?decía don Simón, muy amoscado, volviéndose hacia sus consejeros.
No, no era un pillocorrigió la Pinta, volviéndose a mirarme con gesto dolido.
¿Qué es esto?dijo volviéndose a su compañero.
¿Tampoco es usted de esos?siguió la niña volviéndose hacia él, con las manos juntas, semiarrodillada en el ribazo.
Pues, señorasiguió volviéndose a Lucía, ya tiene usted aquí lo que tanto le hubiera convenido encontrar dos días hace: un amigo de su esposo, que con harta más razón, motivo y derecho que yo, puede servirla de rodrigón hasta que el señor Miranda aparezca.
Muestre su noble sangre volviéndose atrás por el camino que traía, joven caballero.
¿Dónde había visto a aquel pájaro raro? Gabriel notó su esfuerzo por concentrar la memoria, y evitó el ser examinado, volviéndose de espaldas para mirar con falsa atención un retablo colocado en una pilastra.
El triple delincuente, volviéndose de mil colores é indignado por las palabras de , no pudo contenerse:.
Mientras los escolares se detenían en la esquina para emprender en la parte más llana de la acera un partido de canicas o de burras, los latinistas del pomposísimo Cicerón siguieron de largo, volviéndose para mirarme con cierta curiosidad entre burlona e impertinente.
Y volviéndose hacia el enfermo, díjole con expresión de ternura, como si pudiera oírle:.
Y volviéndose cautelosamente para ver si estábamos solos, agregó:.
Pareció convencida y, volviéndose a mí, me dijo sonriendo:.
Bien podría suceder esole dijo con acento de convicción, que turbó más a Maximiliano, y no sería el primer caso de mujeres malas quiero decir ligeras que se han convertido en un abrir y cerrar de ojos, volviéndose tan del revés, que luego no ha habido más remedio que canonizarlas.
Musotros los viudos estamos como queremos dijo volviéndose a Maxi y dándole un palmetazo en el hombro.
Volviéndose hacia el espejo para ponerse la corbata, prosiguió diciendo: Es que parece que hacen las cosas a propósito para molestarme, para que rabie Y no eres tú sola mi tía también.
Más presente que la administración del Sacramento tenía el con su hija, ¡ay, qué paso! ¿No vistes a Jacinta?preguntó a Fortunata, volviéndose de un costado y poniéndole la mano en el hombro.
Volviéndose hacia ella, otra vez le echó Jacinta aquella mirada y aquella sonrisa que la asesinaban.
Ya no vivían juntos, porque Olmedo había dado un cambiazo en sus costumbres volviéndose aplicadísimo a cara descubierta.
Miraron ambos a la puerta, cerciorose el compinche de que la esposa se había retirado, y volviéndose hacia el Delfín, le dijo con la voz temerosa que emplean los conspiradores domésticos:.
En cambio cuando estaba afligido, que era lo más frecuente, las cosas más bellas se afeaban volviéndose negras, y se cubrían de un velo parecíale más propio decir.
Abrazáronse con él, y por fuerza le volvieron al lecho, y, después que hubo sosegado un poco, volviéndose a hablar con el cura, le dijo:.
Y, volviéndose a don Quijote y a los caminantes, prosiguió diciendo:.
Y, volviéndose a todos los de la cadena, dijo: De todo cuanto me habéis dicho, hermanos carísimos, he sacado en limpio que, aunque os han castigado por vuestras culpas, las penas que vais a padecer no os dan mucho gusto, y que vais a ellas muy de mala gana y muy contra vuestra voluntad, y que podría ser que el poco ánimo que aquél tuvo en el tormento, la falta de dineros déste, el poco favor del otro y, finalmente, el torcido juicio del juez, hubiese sido causa de vuestra perdición y de no haber salido con la justicia que de vuestra parte teníades.
Y, para acabar de concluir con todo, volviéndose a su casa, no halló en ella ninguno de cuantos criados ni criadas tenía, sino la casa desierta y sola.
Pero, apenas él se encubrió con los árboles del jardín, cuando ella, volviéndose a mí, llenos los ojos de lágrimas, me dijo: Ámexi, cristiano, ámexi, que quiere decir: ¿Vaste, cristiano, vaste? Yo la respondí: Señora, sí, pero no en ninguna manera sin ti: el primero jumá me aguarda, y no te sobresaltes cuando nos veas, que sin duda alguna iremos a tierra de cristianos.
Y, volviéndose a Zoraida, teniéndole yo y otro cristiano de entrambos brazos asido, porque algún desatino no hiciese, le dijo: ¡Oh infame moza y mal aconsejada muchacha! ¿Adónde vas, ciega y desatinada, en poder destos perros, naturales enemigos nuestros? ¡Maldita sea la hora en que yo te engendré, y malditos sean los regalos y deleites en que te he criado! Pero, viendo yo que llevaba término de no acabar tan presto, di priesa a ponelle en tierra, y desde allí, a voces, prosiguió en sus maldiciones y lamentos, rogando a Mahoma rogase a Alá que nos destruyese, confundiese y acabase, y cuando, por habernos hecho a la vela, no podimos oír sus palabras, vimos sus obras, que eran arrancarse las barbas, mesarse los cabellos y arrastrarse por el suelo, mas una vez esforzó la voz de tal manera que podimos entender que decía: ¡Vuelve, amada hija, vuelve a tierra, que todo te lo perdono, entrega a esos hombres ese dinero, que ya es suyo, y vuelve a consolar a este triste padre tuyo, que en esta desierta arena dejará la vida, si tú le dejas! Todo lo cual escuchaba Zoraida, y todo lo sentía y lloraba, y no supo decirle ni respondelle palabra, sino: Plega a Alá, padre mío, que Lela Marién, que ha sido la causa de que yo sea cristiana, ella te consuele en tu tristeza.

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