Ejemplos con vociferó

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Lo que, como un lirio de noche en una habitación oscura, tuvo en medio de todas estas agonías iluminada el alma de doña Andrea, y le aseguró en su creencia bondadosa en la nobleza de la especie humana, fue que, ya porque en realidad le apenase la suerte de la viuda, ya porque creyera que había de parecer mal, siendo como el don Manuel bien querido, y maestro como ella, que permitieran la salida de sus hijas del colegio por falta de paga, la directora del Instituto de la Merced, el más famoso y rico del país, hizo un día, en un hermoso coche, una visita, que fue muy sonada, a casa de doña Andrea, y allí le dijo magnánimamente, cosa que enseguida vociferó y celebró mucho la prensa, que las tres niñas recibirían en su colegio, si ella no lo mandaba de otro modo, toda su educación, como externas, sin gasto alguno.
En pie, cerca de ellos, con una hoz en las manos, vieron a un paisano viejo, la faz demudada, los ojos inyectados en sangre por la cólera, el cual, encarándose con Rosa, vociferó más que dijo:.
Todo el mundo estuvo conforme, se vociferó, se acusó de débil al gobierno, de carencia de disciplina a los soldados, de falta de pericia a los jefes y por la tarde todo Madrid se fue a los toros.
-¡Señora! -vociferó Ramos con energía-.
-Justo, y afuera religión, afuera rey, afuera todo -vociferó D.
-vociferó el matutero, sacando su navaja.
Es malo, malo per se -vociferó Socobio-, y en ningún caso puede ser bueno.
-¡Infame! -vociferó Gorrini y furioso, hizo ademán de arrojarse sobre la cantora.
Allí se vociferó la biografía del Artillero a lo Aristófanes.
-vociferó el matutero, sacando su navaja.
-No hay más Inca que Su Majestad el rey de León y de Castilla -vociferó el anciano capitán don Pedro de Soria y Medrano-.
Los cortesanos le hicieron presente que tal boda era imposible porque la infanta era hija suya, pero como es difícil hacer entrar en razón a un loco, el rey vociferó que querían engañarle pues él no tenía hijas.
-¿Pues no me he de atrever? -vociferó don Silvestre arrojando manteo, canaleja, paraguas, inútil carga de fastidiosos dengues.
-Y el palo y el cuchillo y cuanto hay que coger ¡O ellos o nosotros! -vociferó D.
-Caballero -vociferó D.
Sin embargo, y como era de esperarse, esa situación no podía durar por siempre, y un mal día la bruja vociferó: “Ya estoy cansada de esperar que este niño engorde.
-¡Cincuenta pesos a mi gallo giro! -vociferó el dueño.
-¡Vivan los héroes -vociferó Milagro-, que nos han librado al fin de esa plaga indecente de la facción! ¡Ibero!.
-¿En dónde está ese morito, que quiero verlo? -vociferó un tío muy zafio, y muy gordo, destacándose del primer grupo.
-¡Un cuchillo! -vociferó avanzando sobre el paisano que estaba más inmediato, y tratando de arrancarle la daga que esto rehusó, no queriendo comprometerse.
-¡Adiós, Cordera! -vociferó Pinín con la misma fe, enseñando los puños al tren, que volaba camino de Castilla.
-¡Ahora no soy yo el intemperante, señor presidente! -vociferó Simón, dominando con dificultad el tumulto que empezaba a reinar en la sala.
Hubo que explicarle a don Frutos quién era Fígaro, pero aún después de enterado, Redondo, que sudaba ya de tanto discutir y gritar, vociferó diciendo, que de todas maneras, al que le desafiase, él le rompía el alma.
-Usted es un canalla -vociferó Generoso-.
-Pues yo sé más que todos ustedes -vociferó un pollo que imitaba a Zamacois, a Luján, a Romea, el sobrino, a todos los actores cómicos de Madrid, donde acababa de licenciarse en Medicina.
-a la vez que echaba mano a la cintura y con trágico ademán empuñaba un pequeño revólver de bolsillo, como fuera de sí, vociferó Genaro.
-en un arranque exasperado de cobarde, vociferó renegando, no era vivir aquello, era sufrir, era matarlo a fuego lento, era sufrir mil muertes ¡que se acabara cuanto antes, que lo mandase asesinar, que lo hiciese apuñalar el muy salvaje de una vez!.
! -vociferó el comerciante, pero ya contenido algún tanto.
-¿A ver si tenía yo razón, maldita mi suerte? -vociferó otro de los enmascarados-.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba