Ejemplos con vituperio

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Este vaivén entre extremos contrarios caracteriza a esta obra, que ataca además la codicia excesiva y elogia el saber, el buen callar y la escritura, hay también un vituperio de las compañías inoportunas y expresa la indiferencia del mundo para los deseos humanos.
Según él vituperio en el sentido alimenticio proviene de bitute, palabra antigua que significaba comida casera.
Comparación: yuxtaposición un encomio y un vituperio o dos encomios y un vituperio, para hacer prevalecer uno de ellos sobre el otro,.
Vituperio: descripción únicamente de los vicios de una persona, también correspondiente al discurso epidíctico,.
Lugar común: amplificación en torno al tema de las virtudes o los vicios evidentes, destinada a servir en un discurso de encomio o vituperio,.
Ello había de ser entre vituperio y caricia, por consideración a su edad avanzada, mas no fue de ningún modo, porque en el primer momento de mi intención, vi que de la casa de salía un moro elegante: era , hijo de Ansúrez.
'Pero repare Vuestra Alteza en que más que de vituperio es digna de alabanza la Reina, porque de otras hablan las historias que se divirtieron cuanto les dio la gana, guardando el desvarío debajo de siete capas, o haciendo de él público alarde, con desvergüenza, y esta empieza por mirar a Dios, por temerle y guarecerse dentro del Sacramento, para que nadie pueda poner en su fama el borrón más mínimo.
No han sido con él benévolos los historiadores: pero, sin hacer gran caso del mordaz abate Gualdi, ni de Don Juan Antonio Llorente, se puede creer que por cruel y codicioso, antes fue digno de vituperio que merecedor de alabanza.
Pronto estimé a Porras en cuanto valía, no tardé en medir, aquella nobleza de corazón, aquella sencillez de alma que parecía opuesta a toda acritud, y que, sin embargo, era ingente en mi amigo, sencillez ingenua, infantil, que se manifestaba a cada minuto en burlas y censuras de cuanto parecía injusto y merecedor de vituperio.
Aquella incredulidad burlona con que siempre acogió cuanto no podía aclarar razonándolo, se acentuó y se hizo más amarga, su gracia para zaherir cobró acritud, sus chistes tomaron tono de quejas dichas en broma, pero la propensión cómica quedó dominando siempre en sus labios, pronta a ridiculizar cuanto sus ideas y aficiones le señalaban digno de vituperio.
Grandes, invencibles héroes, que en los ejércitos diestros de borrachera, rapiña, gatería y vituperio, fatigáis las faltriqueras.
Su época, que tenía faltas de lógica horrorosa, había puesto en sus manos la más terrible institución de los tiempos antiguos, y alguien decía, más bien en son de vituperio que de alabanza, que el arma terrible del Santo Tribunal era en sus manos cuchillo roñoso y mellado, que más servía de fútil espantajo que de severo castigo.
Tampoco suplico a vuestra Escelencia reciba en su tutela este libro, porque sé que si él no es bueno, aunque le ponga debajo de las alas del hipógrifo de Astolfo, y a la sombra de la clava de Hércules, no dejarán los Zoilos, los Cínicos, los Aretinos y los Bernias de darse un filo en su vituperio, sin guardar respeto a nadie.
También decía Lotario que tenían necesidad los casados de tener cada uno algún amigo que le advirtiese de los descuidos que en su proceder hiciese, porque suele acontecer que con el mucho amor que el marido a la mujer tiene, o no le advierte o no le dice, por no enojalla, que haga o deje de hacer algunas cosas, que el hacellas o no, le sería de honra o de vituperio, de lo cual, siendo del amigo advertido, fácilmente pondría remedio en todo.
¿Por ventura son mis carnes de bronce, o vame a mí algo en que se desencante o no? ¿Qué canasta de ropa blanca, de camisas, de tocadores y de escarpines, anque no los gasto, trae delante de sí para ablandarme, sino un vituperio y otro, sabiendo aquel refrán que dicen por ahí, que un asno cargado de oro sube ligero por una montaña, y que dádivas quebrantan peñas, y a Dios rogando y con el mazo dando, y que más vale un toma que dos te daré? Pues el señor mi amo, que había de traerme la mano por el cerro y halagarme para que yo me hiciese de lana y de algodón cardado, dice que si me coge me amarrará desnudo a un árbol y me doblará la parada de los azotes, y habían de considerar estos lastimados señores que no solamente piden que se azote un escudero, sino un gobernador, como quien dice: bebe con guindas.
¡Oh, qué mal se le entiende a vuesa merced replicó el del Bosque de achaque de alabanzas, señor escudero! ¿Cómo y no sabe que cuando algún caballero da una buena lanzada al toro en la plaza, o cuando alguna persona hace alguna cosa bien hecha, suele decir el vulgo: ¡Oh hideputa, puto, y qué bien que lo ha hecho!? Y aquello que parece vituperio, en aquel término, es alabanza notable, y renegad vos, señor, de los hijos o hijas que no hacen obras que merezcan se les den a sus padres loores semejantes.
Y de aquí nace lo que comúnmente se platica: que el marido de la mujer adúltera, puesto que él no lo sepa ni haya dado ocasión para que su mujer no sea la que debe, ni haya sido en su mano, ni en su descuido y poco recato estorbar su desgracia, con todo, le llaman y le nombran con nombre de vituperio y bajo, y en cierta manera le miran, los que la maldad de su mujer saben, con ojos de menosprecio, en cambio de mirarle con los de lástima, viendo que no por su culpa, sino por el gusto de su mala compañera, está en aquella desventura.
- ¿Por qué, señor, te matas? ¿Por qué, señor, te congoxas? ¿E tú piensas que es vituperio en las orejas desta el nombre que la llamé? No lo creas, que assí se glorifica en le oyr, como tú, quando dizen: ¡diestro cauallero es Calisto! E demás desto, es nombrada e por tal título conocida.
Porque en cuanto a Demades, él era verdaderamente el naufragio de la república, por haber vivido y gobernado tan indecentemente, que cuando ya era viejo decía en vituperio suyo Antípatro que a manera de sacrificio consumado no quedaba de él más que la lengua y el vientre, mientras que a la virtud de Foción, que fue puesta a prueba con el tiempo que le cupo, como con un enemigo poderoso y violento, los infortunios de la Grecia la marchitaron y deslucieron en punto a gloria.
En mi dictamen, asimismo no creían los antiguos que la fortaleza era falta de miedo, sino más bien temor del vituperio y miedo de la afrenta, porque los que más temor tienen a las leyes, son los más osados contra los enemigos, y sienten menos el padecer y sufrir los que más temen a que se hable mal de ellos.
Y si nos desdeñamos de sujetarnos a aquellos por quienes con las armas fuimos vencidos, ¿iremos a tomar por dueño y señor al que no nos ha vencido, para qué así en lugar de uno haya dos a quienes seamos inferiores, Antígono, de quien huimos, y Tolomeo, a quien habremos de adular? ¿O diremos que venimos a Egipto a causa de la madre? ¡Pues por Cierto que serás a la madre un espectáculo agradable y digno de ser tomado por modelo, habiendo de presentar a las mujeres de Tolomeo un rey convertido en esclavo y un hijo fugitivo! ¿Pues por qué siendo todavía dueños de nuestras espadas, y teniendo todavía la Laconia a nuestra vista, no nos sustraemos aquí al imperio de la fortuna, justificándonos así para con los que yacen en Selasia muertos por Esparta? Y no que ahora vamos a estarnos reposados en Egipto, para informarnos de quién es el sátrapa que Antígono ha dejado en Lacedemonia” Habiendo hablado de esta manera Terición, le respondió Cleómenes: “Con seguir, oh menguado, de las cosas humanas la más fácil, y que todos tienen más a la mano, que es el morir, ¿quieres acreditarte de fuerte entregándote a una fuga más vergonzosa que la primera? Porque a les enemigos han cedido antes de ahora otros mejores que nosotros, o por caprichos de la fortuna u oprimidos por la muchedumbre, pero al que, o por el trabajo y el infortunio o por la gloria y el vituperio de los hombres se da por perdido, a éste es su propia cobardía la que le vence: la muerte voluntaria no debe elegirse para huir de obrar, sino para alguna acción útil, pues es cosa vergonzosa que vivamos o muramos para nosotros solos, que es lo que tú aconsejas, queriendo que nos apresuremos a salir de la situación presente, sin hacer o proponer ninguna otra cosa que sea honesta o provechosa.
Reniega del género humano, y hasta de las potencias celestiales, llegando a la gran abominación de decir de Dios cosas muy feas por haber consentido este vituperio.
-La justicia está en manos de los fuertes, y los fuertes no la usan más que en provecho propio, y en vituperio y perjuicio del humilde, del pobre, del limpio de corazón.
Aunque no necesito hacer ante usted ningún alarde de mi honradez de narrador, debo manifestarle que me aferro a la más estricta imparcialidad, y usted así lo apreciará cuando lea conceptos y juicios desfavorables a mis amigos, y otros que no han de agradar a los del bando contrario, pues éste es un caso en que todos merecen igual vituperio.
Ello había de ser entre vituperio y caricia, por consideración a su edad avanzada, mas no fue de ningún modo, porque en el primer momento de mi intención, vi que de la casa de Riomesta salía un moro elegante: era El Nasiry, hijo de Ansúrez.
ni al ver su trono en tanto vituperio.
Aquella mirada era un sangriento vituperio al mismo tiempo que una terrible amenaza.
Oyendo esto Ércules, que tan grant rey como Fineo, en vituperio e mengua de toda la Greçia e aun de los reyes, de cuyo número era, biviese tan escassa e encogidamente, fue allá e reprehendió al dicho rey con grande e seguro osar, saetando con las sus pungitivas palabras la cobdiçia de Fineo, fasta que le fizo dexar todas las maneras de rapaçidat e avarientas e le reduxo a bevir en aquella abundançia que al estado se conviene real.
Alguien, más en son de lástima que de vituperio, acertó a decir:.

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