Ejemplos con vigoroso

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

¿ Cómo el vigoroso Kamar saldrá de este voluptuoso dilema por la noche?.
Con todos estos trabajos estaba tan vigoroso el ánimo del Padre Cardiel, que si hubiera sido , se hubiera venido por tierra, descubriéndolo lo que hay acerca de los decantados, o encantados Césares, y de naciones dispuestas a recibir el Evangelio, para lo cual ya se le habian ofrecido algunos de su comitiva.
Se despidió de él con un vigoroso apretón de manos, como si le viese marchar hacia un peligro de muerte.
¡El mar! Pensaba, sin saber por qué, en los más remotos ascendientes de la humanidad, en los primeros hombres, miserables, apenas salidos del animalismo original, martirizados y repelidos de todas partes por una Naturaleza hostil en su exuberancia, como el cuerpo joven y vigoroso anula o aleja los parásitos que se empeñan en vivir a costa de su organismo.
Las hembras eran como retoños secos en el tronco vigoroso de los Febrer, peleadores y exuberantes.
Y en , aquella misma robusta inspiración que había dado perpetua vida a , al y a , ha roto el estrecho marco del cuadro de género y penetrado en el ancho y generoso cerco de la gran pintura, poniendo con entera franqueza a sus héroes entre cielo y mar, y haciéndoles verdaderos protagonistas de una acción trágica, que llega y toca a lo más alto de la pasión humana, acentuada aquí en vigoroso contraste con una naturaleza bravía y rebelde.
¡Qué plenitud de sangre española en todos ellos! ¡Y qué cuadros los que llevan los títulos de ! Este último es un cuadro de Teniers, con toque más vigoroso y más caliente entonación.
El otro tutor de su infancia, el vigoroso , permanecía insensible al paso de los años.
Aquel capitán vigoroso y de aire insolente, que podía fusilarle, era el mismo pequeñín que había visto corretear en la estancia, el imberbe del que reía su hija.
El hombre, vigoroso y de aspecto marcial, prestaba servicio de inspector en un gran almacén.
Su instinto la hizo fijarse en la matrona blanca, de rostro grave, que avanzaba su busto vigoroso sobre la cabeza del presidente.
Ya no le produjo asombro que a este mocetón le hubiesen recogido en Dixmude cubierto de heridas y se mostrase ahora sano y vigoroso A bordo del era artillero: él y dos camaradas estaban encargados del cañón.
Intentó ayudarla a incorporarse, separando su boca de la cerradura, pero Freya repelió con facilidad al vigoroso marino.
A su vez, el vigoroso marino tembló como una mujer, sintiendo que sus ojos se nublaban.
El vigoroso Ferragut, temblando de emoción y de deseo, sólo disponía de la mitad de sus fuerzas.
Violentamente se había enroscado a él y le apretaba el talle con toda su fuerza, como si pretendiese partir en dos su cuerpo vigoroso.
El era aún vigoroso, pero los años no pasan sin dejar huella.
Con soberana indiferencia y fuerza hercúlea cargó en sus hombros el bello bulto inanimado, y separando al marido de un vigoroso empujón, tomó escalera arriba, no parando hasta depositar la preciosa carga en un sofá de la estancia mortuoria.
Y al empuje vigoroso del joven, el columpio volaba, y la niña cerraba los ojos dilatando la nariz con un sentimiento de intenso placer.
Además, ¿por qué conceder las ventajas de la libertad a los que habían empleado antaño su inmenso poderío combatiéndola, arrumbando escombros sobre su tallo naciente y ahora, al verla vigoroso árbol, querían ser los primeros en gozar de su sombra? No: él no reconocía derecho para existir a unas creencias que eran la negación de la vida, no podía conceder la libertad a los tradicionales enemigos de esa misma libertad.
Nadie en Madrid pidió cuentas a Currita de la sangre de Velarde, derramada a la vista de todos por culpa suya, y ahora le arrojaban al rostro la de Sabadell, de la cual se hallaba inocente y hubiera ella rescatado con gusto a costa de cualquier sacrificio Porque el dolor de la dama fue en realidad grande, aunque no expansivo ni alborotado, uno de esos dolores, por decirlo así, secos, propios de las almas enérgicas, que se repliegan sobre sí mismos en el fondo del corazón como para no perder su energía, a la manera que el gladiador herido encuentra fuerzas en su misma agonía para encoger el cuerpo y doblar los músculos, e intentar un último y más formidable avance Aquella débil mujercilla encerraba en su endeble cuerpo una de esas almas enérgicas que se crecen a la vista del peligro y lo desafían, y no necesitan en el dolor apoyo ni cómplices en el crimen, bastábase ella misma a sí misma, y sacudiendo los terrores que la habían invadido la víspera, con el vigoroso empuje del toro que arroja lejos de sí los rejones que le lastiman y embarazan, aprestóse a la defensa, decidida a arrostrar a pie quieto y con firmeza todas las consecuencias de aquella horrible noche.
Sentado a su lado, en el pescante, iba el marqués de Sabadell, afable y cariñoso, defendiendo de los rayos del sol el rostro de la dama con una gran sombrilla de grueso tafetán encarnado, y atento siempre a remediar con su vigoroso puño cualquier descuido que en su ardua tarea de guiar el coche pudiera tener el aristocrático cochero.
Me sentí fuerte y vigoroso para luchar contra todo, para salir vencedor de las mil contrariedades de la vida.
A su edad nadie alardea de vigoroso y fuerte, y Andrés dejaba atónitos a los mozos más fornidos en eso de echarse a cuestas un fardo y levantar y poner en el mostrador un barril de aguardiente.
Seguíale, a guisa de caballerango, un muchacho trigueño, guapo y bien dispuesto, de pantalón ceñido y jarano galoneado, que, por lo arrestado y vigoroso, contrastaba singularmente con el aspecto manso y bondadoso del clérigo.
Subió al trote la escalera de su casa, dando un vigoroso tirón a la campanilla.
Era la banda de un pueblo de las cercanías, rústicos gañanes que, enfundados en un uniforme mal cortado, faja de general y ros vistoso con pompón de rabo de gallo, andaban con cierta dificultadcomo si los pies, acostumbrados a alpargatas en el resto de la semana, protestasen al verse oprimidos en botitos de gomas, mientras el sudor de su cuerpo sano y vigoroso rezumaba por todas las costuras de la guerrera.
No esperó Santa Cruz a oír más, ni su amor propio le permitía dar explicaciones, y con un movimiento vigoroso de su brazo derecho rechazó a su antagonista.
Mientras la madre atesoraba, don Gabriel educaba al sobrino a su imagen y semejanza, llevándolo consigo a ferias, cazatas, francachelas rústicas, y acaso distracciones menos inocentes, y enseñándole, como decían allí, a cazar la perdiz blanca, y el chico adoraba en aquel tío jovial, vigoroso y resuelto, diestro en los ejercicios corporales, groseramente chistoso, como todos los de la Lage, en las sobremesas: especie de señor feudal acatado en el país, que enseñaba prácticamente al heredero de los Ulloas el desprecio de la humanidad y el abuso de la fuerza.
Es la patria en su aspecto juvenil y vigoroso.

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