Ejemplos con vierais

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

¡Allí vierais a Fidel echarse al agua y nadar como un pez mientras este otro animalito, la Dora, a quien tenía sujeta por el cuello, aullaba y se estremecía de afán por seguirle!.
Si vierais lo ridículos que estáis con ese caparazón de barro, negro como el de un cangrejo, no os pondríais a reñir.
Vierais en Pepa una mozuela linda y desfachatada, bailarina más terrestre que aérea, tiple ligera, ligerísima.
Si me vierais, hijos del aire -les dije-, no seríais lo que sois.
A la tarde siguiente, vierais al caballero de San Juan peripuesto de levita y chistera, guantes, botita de charol y un bastón muy majo con puño de marfil, penetrar en el Congreso por la puerta de Floridablanca, harto pequeña para ingreso de casa tan concurrida.
A Francia, pues, y fíese usted de palabras de Nosotros confiábamos ingenuamente en el cumplimiento de lo pactado, cuando vierais aquí que esta mañana se presenta en la santa casa un oficialejo, el cual con voces torpes y destempladas, dijo que nos preparásemos para salir mañana mismo para Francia, porque S.
Después dio la vuelta para allá y volvió a pasar entre vosotras sin que la vierais, hasta llegar a aquel árbol Allí vi muchos angelitos que subían y bajaban corre que corre del tronco a las ramas y.
En otro caso vierais allí, además de las murallas, y la catedral, y los conventos, y los palacios, los celebérrimos jardines y alamedas que forman un paseo público a la orilla del noble .
ª María, y vierais entrar en el salón por la puerta principal, precedidos de cuatro maceros, los oficiales comisionados para representar al batallón en acto tan solemne.
Vierais allí, cual encrespadas olas de un mar borrascoso, chocar unos con otros, pueblo y tropa, democracia y tiranía, patriotismo y servilismo.
Al punto comenzamos a levantar el arco con ramajes y palitroques a la entrada de dicho pueblo, y vierais allí que un dómine del país apareció trayendo unos al modo de tarjetones de lienzo con sendos letreros y versos que él mismo había sacado de su cabeza, y en las cuales piezas poéticas se encomiaban hasta más allá de los cuernos de la luna las virtudes del moderno Fabio, o sea el Sr.
A cada instante era el poeta interrumpido por los aplausos, las felicitaciones, las alabanzas, y vierais allí cómo por arte mágico habíanse confundido todas las opiniones en el unánime sentimiento de desprecio y burla hacia nuestro rey pegadizo.
Las doce serían, cuando una gran turba de chicos desembocando por las calles de Pedro Conde y de la Manzana, anunció que algo muy extraordinario y divertido se aproximaba, y con efecto, tras el infantil escuadrón, que de mil diversos modos y con variedad de chillidos manifestaba su regocijo, vierais allí aparecer una falange de cien a caballo vestidos todos con el mismo traje amarillo y rojo que yo había visto en las secas carnes del gran D.
Pero hijas, ¿no sabéis que a Pluma le han puesto preso? ¡Si vierais cuántas novedades me cuenta! Y de Susanita, ¿no sabéis nada? Pues hijas, se ha enamoricado de un hombre, ¡santo Dios!, del mismo Enemigo.
Por esto, cuando las de Emperador eran convidadas, vierais al señor capellán y maestro salir de su cuarto muy almidonado, muy peinado y oloroso, en correcto y limpio traje de paisano.
Vierais entonces un cuadro tan sublime como espantoso.
desde que al monstruo de la guerra vierais.
por lo mismo quisiera demandaros una gracia: si por casualidad vierais pasear por esos alrededores un paladín aventurero contemplando el castillo, decidle, amada Leonor, que por quererle bien me encerraron en un claustro, y que nunca olvidará la pobre Blanca el generoso aliento con que supo defenderla.
¡Si la vierais!.
— ¿Qué haríais si vierais aparecer delante de vos una mujer de cincuenta años, fea hasta dar un susto?.
Cuando el infeliz se encerró de nuevo, vierais a Poleró entrar en el cuarto tapándose la boca para contener la risa.
¡Si vierais cómo me miró cuando supo mi resolución, cuántas quejas había en aquella mirada, y cuánta desesperación en aquellas.
El caudal de la familia engrosaba lentamente, y vierais por fin cómo se dulcificaba la hasta entonces amarga vida de aquella buena gente, cómo podía gozar doña Claudia de comodidades que hasta entonces no conociera, y Marcelina Polo decorar su persona con severa compostura.
Vierais allí la sopa de arroz calduda, que bastaba por sí sola a dejar ahíto al más hambriento, y después los pollos con tomate, precediendo a las magras también entomatadas, para hacer lugar a los finísimos pescados cantábricos en picantes escabeches, o nadando en salsas ricas.
Juan de Lantigua hizo, no sin burlarse de su hija, algunas observaciones sobre la profunda filosofía y estudio de la divinidad y del hombre que en tales obras se encierra, y vierais aquí a la pícara Gloria sosteniendo que la sociedad modelo, según las ideas de su padre, había alambicado y desvirtuado un poco la idea religiosa, dejándose seducir demasiado por los símbolos que la misma idea religiosa emplea como órganos eficaces y al mismo tiempo como culto tributado por la verdad a la belleza eterna.
Pero hijas, ¿no sabéis que a Pluma le han puesto preso? ¡Si vierais cuántas novedades me cuenta! Y de Susanita, ¿no sabéis nada? Pues hijas, se ha enamoricado de un hombre, ¡santo Dios!, del mismo Enemigo.
Soy un jornalero de una terrible mina que vosotros no conocéis, que tomaríais por el infierno si la vierais, y que, sin embargo, es acaso el único cielo que existe.
Vierais allí también héroes con báculo, sacerdotes con espada, monjas con cítara, y en fin, cuanto de incongruente pudierais imaginar.
-Por Dios, Diego, deja esa diversión, porque si vosotros los hombres vierais la herida que, hace en nuestro corazón lo que apenas hace impresión en el vuestro, tendríais profunda lástima de nosotras.
Ahora, pues, cuando Esciles iba hecho un perfecto camarada de Baco, uno de los Boristenitas dio casualmente con los escitas y les dijo: —«Muy bien, sabios escitas, vosotros os mofáis de los griegos porque hacemos locuras cuando se apodera de nosotros el dios Baco, ¿y qué diríais ahora si vierais a vuestro rey, a quien no sé qué espíritu bueno o malo arrebata danzando por esas calles, loco y lleno de Baco a no poder más? Y si no queréis creerme sobre mi palabra, seguidme, amigos, que mostrároslo he con el dedo.

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