Ejemplos con vertiginosamente

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Estos consejos de fábrica se generalizan vertiginosamente por todo Turín constituyéndose en cada una de las fábricas de la ciudad.
Sin la disciplina del Camino de Ascensión, los poderes de los Rogues aumentaron vertiginosamente hasta quedar fuera de control y liberaron horribles y devastadoras tormentas a través de los campos de Aiur.
La escala de medidas en materia informática se ha incrementado vertiginosamente, a raíz de la creciente cantidad de información requerida para diversas operaciones o cálculos, como a raíz de la necesidad de resguardar la información ha sido necesario medir la capacidad de las Unidades de Almacenamiento.
Su salud se deterioró vertiginosamente, después de llegar de un viaje a Cuba, y donde le habían diagnosticado hepatitis C, pero a su regreso a las montañas de Colombia aún se mostraba sano y activo.
Esta serie de permisos eran proporcionados, generalmente, por gobernadores de las diferentes áreas del país, lo cuales vieron subir vertiginosamente sus arcas como consecuencia de los sobornos que los demandantes les ofrecían a cambio de la patente.
Aumenta la flota de barcos, abre otras rutas de comercio marítimo, pone en marcha nuevas explotaciones de perlas en Cubagua, Cabo de la Vela y en Panamá y su emporio comercial sigue ascendiendo vertiginosamente.
En los años que lleva el Festival han venidoo a Puerto Rico numerosos artistas internacionales, originalmente atraídos por el carisma del Maestro Casals y luego por el prestigio y la reputación internacional que el Festival adquirió vertiginosamente.
Futuro y pasado, belleza y espanto, entrecruzándose peligrosamente, vertiginosamente, sin seguridades sobre lo que vendrá.
La obra es de una inventiva y creatividad desbordante donde transcurren, vertiginosamente, una serie de escenas fundamentadas todas ellas en el absurdo, con personajes rayando en la locura.
Si sus técnicas por momentos pueden hacernos pensar en los fortuitos encuentros que propicia el surrealismo, la poética de Zagert lo inscribe en otro registro: trasfondo geológico donde tierra, mundo y paisaje son fragmentarias apariciones que se entrelazan vertiginosamente como vocablos de disímiles discursos.
Desde su fundación, a principios de los años cincuenta, la institución creció vertiginosamente.
El barco era presa de los desquiciados elementos que lo arrastraban vertiginosamente por un océano despiadado.
Y Carmen, desde la imagen benigna de Salvador lanzaba su pensamiento vertiginosamente a la imagen seductora y pérfida de Fernando, y se estremecía con temblamientos angustiosos.
¡Ay! El hombre de las grandes ciudades, que vive vertiginosamente, no sabe quién hizo su casa, quién elaboró su pan, y no ve de la libre Naturaleza otras obras que los pobres árboles que adornan las calles, ignora la tiranía de los muertos.
El mundo se deshacía, se evaporaba, rodaba vertiginosamente a los abismos de la nada.
Con la misma rapidez imaginativa del que va a morir ahogado en el mar y repasa vertiginosamente las escenas de su vida anterior, vió su infame existencia de Nápoles, la expedición en la goleta para avituallar a los submarinos, luego el torpedo que abría una brecha en el ¡Y este hombre era tal vez el que había hecho saltar por el aire a su pobre hijo hecho pedazos!.
De pronto, una línea negra había cortado el mar: algo así como una espina con raspas de espuma, que avanzaba vertiginosamente, formando relieve sobre las aguas Luego, un golpe en el casco del buque, que lo había hecho estremecer de la proa a la popa, sin que ni una plancha ni un tornillo escapasen a la enorme dislocación Después, un estallido de volcán, un haz gigantesco de humo y llamas, una nube amarillenta, de un amarillo de droguería, en la que volaban obscuros objetos: fragmentos de metal y de madera, cuerpos humanos hechos pedazos.
Nada más creíble, por otro lado, pues la señora decaía vertiginosamente.
Creyó así notar que el suelo oscilante se volvía negro y se agitaba vertiginosamente.
El ruido del automóvil hacía correr vertiginosamente sobre sus cuatro patas a extraños roedores que tomaban el sol junto a la ruta.
Dilatábase su boca buscando aire, a pesar de que todas las ventanas estaban abiertas y los ventiladores giraban vertiginosamente.
Surgía del horizonte una barra de sombra que iba rodando vertiginosamente hacia el navío, como una pieza de tela que se desenrolla, obscureciendo al mismo tiempo el cielo y el agua.
Eran mariposas azules y doradas que revoloteaban vertiginosamente con alas de vibrantes puntas, mosquitos verdosos que zumbaban un instante, desvaneciéndose para dejar paso a otros y otros, en interminable enjambre.
Vosotros vais por la inmensidad agarrados a un proyectil que marcha vertiginosamente, y engañados por vuestra pequeñez, creéis vivir inmóviles en una catedral muerta ¡Y estas velocidades no son nada comparadas con otras! El Sol, a cuyo alrededor giramos, cae y cae en el vacío, llevando pegados por la atracción a sus flancos a la Tierra y los otros planetas.
Le arrastraba con sobrehumana ligereza, lo llevaba volando o nadandono lo sabía él con certeza, a través de un elemento ligero y resbaladizo, y así iban los dos vertiginosamente, deslizándose en la sombra, hacia una mancha roja que se marcaba lejos, muy lejos.
En lo alto y a lo largo de la nave corría en complicadas líneas un número incalculable de aceros relucientes, de hierros bruñidos, palancas, vástagos y ruedas unidas por correas, que subían, bajaban, se retorcían cruzándose, y giraban vertiginosamente, como miembros locos de un mecanismo vivo en que nada pudiera detenerse sin que el conjunto se paralizara.
Los dependientes, libres de vigilancia, hacían lo que les daba la gana, el género desaparecía, sin dejar como recuerdo de su paso dinero en el cajón, las criadas robaban arriba, en las mismas narices de doña Teresa, aturdida por tan radicales cambios, pero allí estaba el amo para remediarlo todo, y por mucho que se despilfarrase, los cobros de diferencias a fin de mes eran tan exorbitantes, que empujaban vertiginosamente aquel barco falto de dirección y haciendo agua por todas partes.
A veces se desarrollaban películas con episodios de juego, y, a consecuencia, dramas terribles, desfilando vertiginosamente hombres con armas empuñadas, o esgrimiendo espadas de desafío en algún campo rodeado de centenarios árboles.
Las ruedas amarillas, rojas y verdes giraban vertiginosamente, unas a la derecha y otras a la izquierda.
Aun en el patio mojado las rayas se cruzaban vertiginosamente, apretándose de tal modo al fin, que parecía ya haber hecho explosión la locura.

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