Ejemplos con vendréis
Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.
¿Significará que vendréis otra vez los austriacos a jeringarnos?.
Mara, ¿vendréis a verme, desde un bote, mientras dure la cuarentena?.
Cuento con que, recibidas las bendiciones, os vendréis a pasar el verano en Atienza, que es tierra de mucha frescura.
Pero, decidme, ¿vendréis?.
-¿No vendréis esta noche a tomar té conmigo? Os mostraré una curiosidad que os interesará extraordinariamente.
Cuando tengáis la flor de los tres pétalos, vendréis con ella, me entregaréis vuestras pupilas, me daréis la copa de sangre y la flor del durazno, y moriréis en seguida, pero vuestro hijo habrá nacido ya.
Paréceme imposible que no venga cuanto antes algún escuadrón de Segovia a socorrer los sitiados, por lo cual apresúrense los flecheros a figurar un asalto en la parte opuesta del alcázar, mientras vosotros, oh valientes veteranos, vendréis conmigo al verdadero ataque.
Repasad ahora en vuestra mente la analogía que pueden tener tales indicaciones con los lances y particularidades de vuestra vida, y vendréis a conocer, al efecto de calmaros y alejarlo, el fin próspero o desastrado que os aguarda.
Andad con nosotros en la inteligencia de que si no queréis hacerlo por vuestro pie, vendréis arrastrando.
— Mañana, después de la misa —dijo—, vendréis a hablar conmigo en mi cámara.
-Idos a enfadar a otra parte, que luego vendréis.
-¿Juráis a Dios y a la cruz, emblema de redención, que procuraréis sin descanso la utilidad y bien de la orden, que jamás iréis ni vendréis contra ella y que defenderéis en todo campo que la Virgen María, Madre de Dios y Señora nuestra, fue concebida sin mancha de pecado original en el primer instante de su ser natural? «Sí juro» -contestaba el aspirante-.
»Cuento con que, recibidas las bendiciones, os vendréis a pasar el verano en Atienza, que es tierra de mucha frescura.
- Vendréis todas las tardes -dijo Marius-, y Cosette os aguardará.
Vendréis a instalaros aquí y desde hoy o Cosette se enfadará.
A las once y media vendréis con vuestra barra de hierro, y todo se hará en el mayor secreto.
Pues ahora os aseguro, y de ello no dudéis, que si luego no emprendéis la expedición, os va a suceder en castigo que tan en breve como habéis llegado a ser un grande y poderoso soberano, vendréis a parar en hombre humilde y despreciable.
-¡Pues bien!, ya está todo arreglado, pero vos vendréis a ver a mi madre entre hoy y mañana.
-Pero no me abandonaréis, no me dejaréis solo, ¿verdad? Os vendréis a reunir conmigo o consentiréis en que vaya a reunirme con vos.
