Ejemplos con vehementes

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

En la canción, el coro, integrado por voces femeninas con un rango vocal cercano al gospel, participan en la temática de la canción comentando con frases cortas y vehementes algún verso.
Así es que, tomando un nuevo espíritu, trató de la reposición del legítimo gobierno con tal tenacidad y empeño que no dejó medio alguno para conseguirlo, pero, por desgracia, sin aquel fruto que deseaba: Es verdad que esto, quien lo promovió primero, fue el Marqués de Selva Alegre, pues según se acuerda, a pocos días de la revolución lo llamó primero que a nadie y llevándolo a un cuarto que estaba en el traspatio de su casa, le habló con expresiones las más vehementes, encargándole mucho el secreto sobre la reposición del señor Presidente.
No podré deciros que el proyecto que os presento sea una obra perfecta, ya que ninguna que sea hija de la inteligencia humana puede aspirar a tanto, pero creedme señores diputados que las reformas que proponga son hijas de una convicción sincera, son el fruto de mi personal experiencia y la expresión de mis deseos hondos y vehementes por el que pueblo mexicano, alcance el goce de todas las libertades, la ilustración y progreso que le den lustre y respeto en el extranjero y paz y bienestar en todos los asuntos domésticos.
Este último grupo, las pasiones, son definidas como sentimientos intensos, vehementes, tendenciales, con un influjo poderoso sobre el individuo.
haremos completa abstracción de nuestras personales inclinaciones y hasta de nuestros resentimientos, por vehementes y legítimos que sean.
Se hizo conocido por su inflexible defensa de los derechos de propiedad y su postura protectora de los intereses comerciales, los cuales defendió en vehementes escritos y discursos imponentes.
Las , con una solidaridad de sexo, envolvían a Margalida en vehementes manoteos, la empujaban, pidiéndola que cantase para contestar a lo que había dicho el cantor sobre la falsedad de las mujeres.
El bondadoso Pep fingía enfadarse por los extremos de desesperación, cada vez más vehementes, de los enlutados ¡Ya había bastante! Cada uno a su casa, a vivir muchos años, para encomendar el muerto al Señor.
¡Qué deseos tan vehementes tenía de aporrear a este compañero de juegos infantiles!.
En fuerza de imaginar luctuosas peripecias, el pecho se le colmaba de impulsos vehementes, a manera de necesidad perentoria de acción, y acción cruel.
¿Vendrá? ¿No vendrá hoy? Las mujeres parecían las más vehementes.
Y sentado junto a ella estaba Maltrana, el heroico Maltrana, expresándose con vehementes gesticulaciones, echando el busto hacia adelante, cual si la muchacha tirase de él con magnética fuerza.
¿Eran o no eran calabazas? Apresuróse a contestar, pidiendo perdón de su atrevimiento, y confirmando su declaración anterior con nuevas y vehementes frases.
Algunos días Piscis entraba en la sala de costura, y sin decir nada aguardaba sentado un rato, no muy largo casi nunca, porque abrigaba vehementes sospechas de que las costureras se reían de él, y esto le tenía sobresaltado y en brasas.
Maza tenía vehementes deseos de decir a don Rosendo que lo del periódico era una mamarrachada.
Sois unos animales más vehementes, más complicados é interesantes que los de aquí.
Vivía en un hotelito de estudiantes, cerca de la Escuela de Medicina, y sus discusiones vehementes por la noche, entre el humo de las pipas, con los compañeros de hospedaje, le instruían tanto como los libros de la odiada ciencia.
Recordaba la poesía árabe cantando a la mujer junto a la fuente con el cántaro a sus pies, uniendo en un solo cuadro las dos pasiones más vehementes del oriental: la belleza y el agua.
Rióse ella misma de sí misma al notar la febril impaciencia con que esperaba la hora de ir a Palacio, porque ni la señora de López Moreno había sentido mayores ansias ni más vehementes deseos el día de su famosa presentación en el hotel Basilewsky.
Andrés, que abrigaba vehementes sospechas, muy próximas a la certeza, de lo que su tío quería decirle, trataba, por cuantos medios hallaba, de divertirle de su propósito.
Lo que doña Manuela callaba eran las sospechas vehementes de que su amiga explotaba sus apuros, guardándose los picos de las cantidades facilitadas por los prestamistas.
Andresito y el bebé quedábanse rezagados, andaban lentamente y se detenían para recalcar sus palabras con gestos vehementes.
Acudieron de golpe a su imaginación las impresiones de los seis meses de vida campestre, sintió algo parecido a la nostalgia, deseos vehementes de renovar los sencillos placeres que había disfrutado y anhelo de ver a Rosa.
No pudiendo contenerse, Guillermina se levantó y fue hacia la chapa agujereada, y por allí echó estas vehementes expresiones: ¡Hijo mío, esa loca que no viene! tienes razón ¡bribona! Aguárdate un poquitín, un poquitín.
Te conviene una tranquilidad absoluta, renunciar a los deseos vehementes, a las cavilaciones que la no satisfacción de ellos te produce, viajar menos, ahogar todo apetito loco de los sentidos, renunciar a todos los excitantes malsanos, no me refiero solamente al café y al té, sino más principalmente a los excitantes imaginativos e ideales, huir de las emociones, y cortarte la coleta de banderillero, con intención de no dejártela crecer más, trazar una raya en tu vida y decir: ni Cristo pasó de la Cruz, ni yo paso de aquí.
Otras mujeres, las de complexión viciosa, son en sus pasiones tan vehementes como inconstantes.
Cortaron el soliloquio ladridos vehementes: era la jauría del marqués, que salía a recibir al montero mayor, haciendo locas demostraciones de regocijo, zarandeando los rabos mutilados y abriendo de una cuarta las fresquísimas bocas.
¿Pues no decía ustedgritó un día el Gobernador con vehementes impulsos de mandar al infierno al gran secretarioque la elección no sería muy costosa, que los adversarios no podían gastar nada, que la Junta carlista de Orense no soltaba un céntimo, que la casa de los Pazos no soltaba un céntimo tampoco, porque a pesar de sus buenas rentas está siempre a la quinta pregunta?.
Sólo habia sido fácil notar que, cuando oyó al huérfano declarar su cariño en términos tan vehementes y decir lo de la conformidad de la madre y del Cura, bajó los párpados y se mordió los labios, como para ocultar y reprimir sus emociones.
Sí, Lucía: quizás en este pecho mío, en apariencia tranquilo, bajo la inocencia y superficial sencillez de mis pocos años, van adquiriendo ya ser y vida vehementes y malas pasiones, como nido de víboras bajo apiñadas rosas.

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