Ejemplos con ved

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Venid, ved el lugar donde estaba.
La versión más difundida y simplista sobre su nombre es: Una vez unos marinos, que habían perdido el rumbo, recalaron a la costa contigua a este lugar y al varar su pequeña embarcación, desembarcaron para practicar un reconocimiento al desconocido pasaje y se dice que uno de los desorientados marineros dijo: Vara y ved , y de tal expresión vino el nombre.
Ved el cuerpo del Cristo y sus venas azules.
El término sánscrito s tra significa hilo , y los Brahma s tras literalmente entretejen las enseñanzas ved nta hasta completar un todo coherente.
Y, si no lo creéis, mirad, y ved que no está ya en el lugar en que se lo puso.
Korshage ved indløbet til Isefjord.
En pollenanalytisk Tidsfæstelse af Ferskvandlagene ved Nørre Lyngby.
Et Littorina profil ved Dybvad i Vendsyssel.
/ Ved si arto que admirar tengo.
El hinduismo popular es totalmente politeísta, opuesto al brahmanismo y ved nta, que enfatizan el monoteísmo.
Pero si me preguntáis por el Dios personal inventado por las religiones a semejanza del hombre, que saca el mundo de la nada, dirige nuestras acciones, guarda las almas clasificándolas por sus méritos y comisiona hijos para que bajen a la tierra y la rediman, buscadlo en esa inmensidad, ved dónde oculta su pequeñez.
¡Franceses! ¡ved ahí un que ha estrangulado a su suegro!.
Ved, pues, lo que les digo con esta fecha.
¡Oh caridad sin ejemplo! ¡Ved la hiel y el vinagre!.
Ved aquí el más grande triunfo del espíritu sobre la materia, del alma sobre el cuerpo.
¡Ved! Los mismos carpinteros que ayer improvisaban un tablado sobre las butacas de los Teatros para disponer aquellas mascaradas frenéticas de toda una noche, que terminaban siempre con la consabida , arreglan hoy en las Iglesias los Monumentos del Jueves-Santo: las mismas damas que diableaban hace un mes en el Teatro Real bajo un antifaz de seda, o mejor dicho, sin el antifaz que usan todo el año, se preparan hoy a pedir limosna para los niños de la Inclusa en las puertas de los templos: los tertulios de sus salones y de sus palcos, o los ginetes que en el Prado suelen acercarse a la portezuela de sus coches, son invitados, no a una , ni a una conferencia matinal en el tocador, ni a un día de campo en Aranjuez, sino a San Luis, a San Antonio de los Portugueses o a Santo Tomás, a que contribuyan con un pedacito de oro a dejar bien puesto el pabellón de las bellas postulantes: los más empedernidos Lovelaces obedecerán el Jueves a tan piadosa intimación, después de lo cual se plantarán en frente de las iglesias a ver entrar y salir a las mujeres, lo mismo a las casadas que a las solteras y a las viudas, pareciéndose en esto a aquel de quien se dijo:.
Ved por dónde aquella señora se convirtió en sibila, intérprete de toda la ciencia humana, pues le descifraba al niño los puntos oscuros que en los libros había, y aclaraba todas sus dudas, allá como Dios le daba a entender.
Ved aquí fijados los puntos capitalesbalbucía él, escribiendo.
¿Y qué? ¡Cuánto mejor no era sembrar la nueva doctrina en entendimientos sencillos y absolutamente incultivados! Pues el mismo Jesucristo ¿no escogió por discípulos a unos infelices pescadores, hombres rudos que no conocían ninguna letra, y a mujeres de mala vida? Ved aquí por dónde doña Nieves y las placeras sus amigas, Feliciana y la parroquiana de San Juan de Dios, el camarero, el pianista fueron escogidos para que Juan Pablo sembrara en ellos la primera simiente de aquel Evangelio al natural.
Ved, pues, por qué pienso que se han de reír los que lean aquí ahora que Sor Marcela tenía miedo a los ratones, y no valdrá seguramente añadir que el miedo de la cojita era grande, espantoso, ocasionado a desagradables incidentes y aun a derivaciones trágicas.
Lo dicho, dicho: soy infinitamente misericordioso contigo, dándote un bien que no mereces, deparándote un marido honrado y que te adora, y todavía refunfuñas y pides más, más, más Ved aquí por qué se cansa Uno de decir que sí a todo No calculan, no se hacen cargo estas desgraciadas.
Ved estas manos justicieras, vedlas y besadlas’.
¡Pero qué huecas le parecieron a Jacinta, que en las dialécticas del corazón era más maestra que él por saber amar de veras! Y a ella le tocó reír después y desmenuzar tan livianos argumentos El sueño, un sueño dulce y mutuo les cogió, y se durmieron felices Y ved lo que son las cosas, Juan se enmendó, o al menos pareció enmendarse.
Ved ahora cómo una rama de los Morenos se mete entre el follaje de los Gravelinas, donde ya se engancha también el ramojo de los Trujillos, el cual venía ya trabado con los Arnaiz de Madrid y con los Bonillas de Cádiz, formando una maraña cuyos hilos no es posible seguir con la vista.
Y ved aquí el secreto de lo poco que dio de sí el establecimiento, y la justificación de los vaticinios de D.
Y lo mismo que la religión y el paganismo se la disputan, ved cómo luchan después todos los invasores de España por engrandecerla.
—Recebid, señor hermano, a vuestro sobrino y mi hijo, y ved si quereis darme licencia que me case con esta labradora, que es la primera a quien he dado palabra de casamiento.
Alabo el asumpto de vuestros entretenimientos, y el de vuestros ofrecimientos agradezco, y, si os puedo servir, con seguridad de ser obedecidas me lo podéis mandar, porque no es ésta la profesión mía, sino de mostrarme agradecido y bienhechor con todo género de gente, en especial con la principal que vuestras personas representa, y, si como estas redes, que deben de ocupar algún pequeño espacio, ocuparan toda la redondez de la tierra, buscara yo nuevos mundos por do pasar sin romperlas, y porque deis algún crédito a esta mi exageración, ved que os lo promete, por lo menos, don Quijote de la Mancha, si es que ha llegado a vuestros oídos este nombre.
Por mí no quedará respondió don Quijote: ved, señora, qué es lo que tengo de hacer, que el ánimo está muy pronto para serviros.
Salió el deseo de compás, y el paso de la imprudente virgen solicita por su gusto su muerte, ved qué historia: que a entrambos en un punto, ¡oh estraño caso!, los mata, los encubre y resucita una espada, un sepulcro, una memoria.

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