Ejemplos con valiéndonos

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

En cualquiera de ambos supuestos, reconoció doña Luz la necesidad de cambiar de conducta, la conveniencia, valiéndonos de una frase española, algo anticuada, pero gráfica, de.
Á Clarita, valiéndonos de una expresión en extremo vulgar, si bien muy pintoresca, un color se le iba y otro se le venía mientras los versos duraron.
Un hombre lleno de experiencia es un árbol muerto, metafóricamente hablando, contra el cual zumba desapiadadamente el , valiéndonos de otra metáfora.
Una de estas lavanderas, que era, valiéndonos de cierta expresión a la moda, una pollita muy simpática, volvía un día, al anochecer, de lavar en el río los lacrimosos pañuelos de la princesa.
Hecha nuestra oración matutina, que no se diferenció mucho de la precedente, cogimos nuestros historiadores, geógrafos y poetas relativos a la Alpujarra, abrimos de par en par los balcones, que por cierto daban a la mismísima rambla, nos instalamos en ellos por lo pronto, y, ora valiéndonos de la lectura, ora de nuestras propias observaciones, emprendimos un doble estudio de la bienhadada villa de Albuñol.
Este habría desaparecido mirando el objeto desde puntos diferentes o valiéndonos del tacto.
Y en cada ciudad compraremos o nos procuraremos, por medio del matrimonio aparente, la que nos haya conmovido más con su belleza, después, claro está, de haber comprobado su virginidad valiéndonos del espejo.
En verano pescábamos valiéndonos de una especie de línea, las ropas de los que dormían con la ventana abierta, y luego quemábamos o enterrábamos aquellos despojos, para no dejar rastros de nuestra diablura, realizada sin idea de robar, por el gusto de hacer daño y reírnos de la gente.
formada, y en particular de acrecer su popularidad en los países americanos, donde se habla la hermosa lengua de Cervantes, y en los que son leidas con avidez la mayor parte de las obras que citamos, hemos aprovechado nuestra residencia en la capital de Francia para coleccionar en una pequeña obra, aunque en un corto período, las biografías y trabajos de los mas celebrados escritores españoles de este siglo, valiéndonos de los apuntes que algunos de ellos nos han facilitado y de las noticias publicadas en obras de tanto crédito como las de los Sres.
A la única persona que recordaba a cada momento, con verdadera efusión de gratitud y cariño, era al cura Fernández, que murió en Málaga querido de todos, pobre porque daba de limosna cuanto tenía, y digno de ser canonizado, si hubiera sabido guardar mejor las que, valiéndonos de un galicismo, se llaman hoy conveniencias, pero como contaba chascarrillos poco decentes a veces, y había hecho la guerra, y había dado bromas como la que dio al obispo, y hasta más pesadas, era harto difícil la canonización.
Eran las que gastaban más fantasía, valiéndonos de los términos mismos de lugar.
De este modo hubiera continuado quizás, aunque hubiese vivido más años que Matusalén, si no acontece lo que vamos a referir ahora, valiéndonos de una carta de Respetilla a su amo, que trasladamos aquí con fidelidad y exactitud.

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