Ejemplos con vagabunda

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Viven una vida vagabunda y no acumulan documentos ni archivos.
: Gata vagabunda que merodea el Colegio Lillian.
No, ellos no son cobardes, no, ellos no son malos soldados, no, ellos no son gavillas desordenadas de gente vagabunda: son el pueblo de Carlos Quinto, rey de España, emperador de Alemania, dueño de Italia y señor del Nuevo Mundo.
Un ambiente de exotismo, de existencia irregular, de protesta contra las leyes que rigen a los humanos, parecía envolver a esta familia vagabunda.
Había vivido en la perpetua manía ambulatoria de algunos rotos chilenos, que llevan de la infancia a la muerte una existencia vagabunda.
Se modelaba aquella noche el boceto de lo que iba a ser esta sociedad lejos del resto de la tierra, vagabunda sobre una cáscara de acero en el desierto de los mares.
Preferían la miseria en la patria a la vida vagabunda del peón en el Nuevo Mundo, y al volver a su país besaban el suelo con transportes de entusiasmo, jurando morir en él.
Los tiempos horribles habían sido al compartir su pobreza vagabunda con Lucy, la compañera dulce y melancólica.
Era la antigua persecución de los bohemios en la Edad Media, el acosamiento de las gentes independientes, de vida vagabunda, que resucitaba en plena civilización.
Tenía Maximiliano momentos en que se llegaba a convencer de que era otro, esto siempre de noche y en la soledad vagabunda de sus paseos.
Acercose a la ventana, mirando a la calle por entre los cristales, y allí estuvo un largo rato con la atención vagabunda y el pensamiento adormilado, cuando un rumor en el pasillo la sacó de su abstracción.
Aquí un chirrido áspero, allí un chasquido semejante al que hacemos con la lengua, allá lastimeros murmullos, más lejos un son vibrante, parecido al de la esquila suspendida al cuello de la res vagabunda.
Quien no sentía el lazo de ningún afecto, quien era rechazado por todos y no conocía los goces del hogar, no podía menos de sentir inclinación a la vida vagabunda.
-También nos acusa usted de haber abandonado a su hermanito, cuando él se huyó de nuestra casa, arrastrado por su afición a la vida vagabunda.
¿Qué hacía, pues, una niña tan linda, azotando las calles día y noche, como perro hambriento y sin dueño? ¿No había quien por ella hiciera ni rigiera su índole vagabunda?.
Decidido a presentarme al famoso Antonelli, pues algún término había de tener mi vagabunda interinidad, vi aplazada de un día para otro la audiencia que solicité.
Quien no sentía el lazo de ningún afecto, quien era rechazado por todos y no conocía los goces del hogar, no podía menos de sentir inclinación a la vida vagabunda.
Y si al principio podía dominarle, valiéndose del amor, más tarde el amor de Mariano se enfrió, con el cariño huyó el respeto, y ya no fue posible contener la impetuosa inclinación del muchacho a la vida vagabunda y aborrecimiento del estudio.
Las ingenuas declaraciones de Casianilla, infeliz pájara vagabunda y analfabeta, me interesaban más a cada instante, y su afán de aprender a leer y escribir despertó en mí los más puros sentimientos de tierna simpatía.
De veras te digo que me cambiaría por ella, comprometiéndome a estar descalza toda la vida, mal cubierta de guiñapos indecentes, vagabunda, sin casa ni hogar.
Juan hizo vida vagabunda y se conchabó por temporadas donde quisieran tomarlo, mientras la mujer se encanallaba en el pueblo.
¡Vaya con la pretensión y petulancia de esa vagabunda bebedora de aire!.
Mientras la vagabunda del arroyo, perdida en ia inmensidad, adormecíase sobre las ondas, una sombra interceptó el sol.
Carlos con todo el matalotaje de su corte vagabunda.
De alguna vagabunda que andaba por la vía.
Y la vieja vagabunda contestó: ¡Con mucha amistad y con mucho respeto! Después se sentó a su lado en la estera, y le refirió esta Historia del aficionado al haschisch:.
No hay mayor martirio que sentir el silencio del desierto dentro del alma vagabunda, que ansiar por el hallazgo en la tierra de la realidad del ser soñado.
Como se había propuesto no dejar en paz a nadie en la casa, hasta se metía con la pobre loca, una gata vagabunda que ejercía la rapiña en todas las habitaciones, pero cuyas correrías toleraban los vecinos porque con ella no quedaba rata viva.
Ni más ni menos fue su sacudida nerviosa que la de una fiera encerrada en la jaula al sentir la nota de un ave vagabunda, el graznido de un pájaro de las soledades que le renovase las sensaciones del desierto a modo de himno de vida y de libertad salvaje.

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