Ejemplos con vacíos

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Es una obra de composición simple, con grandes espacios vacíos.
La composición está descentrada, dejando amplios espacios vacíos.
Cada vez que le sacudían de sus divagaciones y le sacaban del ensimismamiento oratorio, exigiéndole atención hacia el mundo exterior, se le hacía más violencia que si le metiesen las manos en los bolsillos y se los dejasen vacíos y vueltos del revés.
El gato de barca cargaba con varios cestos vacíos.
Los coches vacíos volvieron a ocupar su lugar en la fila y los rivales a muerte reanudaron su plácida y risueña conversación.
Los pedazos de palo, los botes vacíos de conservas que brillaban bajo el sol, los manojos de algas, una gaviota con las alas recogidas dejándose mecer por la ola, hacían pensar en el periscopio del submarino asomando a flor de agua.
Los almacenes, vacíos y sonoros como naves de catedral, exhalaban aún los fuertes olores de los géneros que habían guardado en tiempo de paz: vainilla, canela, rollos de cuero, nitratos y fosfatos para abonos químicos.
Recordaba también a su padre, imponente personaje triunfador en el Parlamento durante veinte años por la corrección con que sabía llevar la levita así como por sus discursos solemnes, que duraban tardes enteras ante los escaños vacíos.
Los teatros funcionaban con los palcos vacíos, sin que a ellos asomara una mujer: las fiestas del verano eran el único esparcimiento anual para todas ellas.
Algunos palos rompiéronse en pedazos, sonaban las espaldas al recibir los golpes con un ruido de cofres vacíos, caían muchos con la cara cubierta de sangre, tropezando en sus cuerpos los que huían, y comenzaron a sonar por todos lados, como chasquidos de tralla, los tiros de los revólvers.
¡Insufrible tormento! Marchando junto a sus carros cargados de estiércol o montados en sus borricos sobre los serones vacíos, encontró en el hondo camino de Alboraya a muchos de los que habían presenciado el juicio.
De aquí también que la sangre que mancha la conciencia lave el honor hasta dejarlo limpio, y sean llamados a resolver casos de honra hombres que jamás conocieron la vergüenza: Eacos, Minos y Radamante, vacíos de mollera o cargados de picardías, que sólo por deficiencias del Código no llevan otra cadena que la que les sujeta el reloj en el chaleco.
Abajo estaban los bravos, que por un chichón más o menos no querían mostrar miedo e insultaban a los de las cuando se agotaban los proyectiles, hasta que aquéllos les arrojaban a la cabeza los cestones vacíos.
Yo tendré cuidado de enviarle algunos regalos que coma, y cómalos en todo caso, que le hago saber que imagino, como quien ha pasado por ello, que todas nuestras locuras proceden de tener los estómagos vacíos y los celebros llenos de aire.

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