Ejemplos con trivialidades

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

La emisión se titulaba Spice Girls - Wild! Concierto en trivialidades y que figuran antes y después de los anuncios y escenas tras bambalinas, además de establecer la lista.
El tráfico cifrado con Enigma incluyó de todo, desde mensajes de alto nivel sobre las tácticas y planes, a trivialidades como informes del tiempo e incluso las felicitaciones de cumpleaños.
Aquélla es sin embargo una pobre trama salpicada de trivialidades y lugares comunes, y ésta es un destello de pasión y sentimiento.
Si refundir es hacer bajar y subir los telones en otros pasajes de la acción diversos de aquellos en que Moreto creyó subdividir su intriga, si consiste en añadir algunas trivialidades a las que desgraciadamente puede encerrar el original, haciendo desaparecer de paso algunas de sus bellezas, si consiste en decir cinco actos, en vez de tres jornadas, si estriba en estropear la versificación haciendo consonar trato con cinco y cuarto, entonces esta refundición es de las más completas que en estos teatros hemos visto: y en ese caso confesaremos que Moreto no tiene más defecto que no haber alcanzado a conocer a su refundidor por la desgraciada casualidad de haber nacido algunos centenares de años antes que él, casualidad en que anduvo algo torpe el señor Moreto, porque a haber adivinado nuestros antiguos maestros la existencia de sus refundidores, o hubieran dejado el nacer para más tarde o el escribir para los comedidos enmienda planas que el ilustrado siglo XIX les va entre drama y drama deparando.
Reflexionando yo muchas veces sobre lo que más me llamaba la atención en ella, que no eran seguramente éstas y otras pintorescas trivialidades de determinados concurrentes, sino aquella familiaridad cariñosa, aquella rara, profunda, íntima trabazón afectiva entre todos ellos y mi tío, recordaba la comparación que de este caso original me había hecho Neluco en la primera conversación que con él tuve, y no me parecía rigurosamente exacta: más que un organismo de miembros subordinados al imperio de la cabeza, me parecía una familia con todas las comunes variedades de aptitudes y temperamentos, unida por el amor desinteresado, tan propio y natural entre todos sus miembros, y gobernada por la experiencia, la abnegación y la sabiduría del padre.
Es más difícil de lo que parece mostrar ingenio, discreción, tino y, sobre todo, arte en las trivialidades y pequeñeces que son el tema obligado a los comienzos de esas visitas «de cumplido» que todos hacemos, que hace todo el mundo.
no recuerdo de qué trivialidades, fuese al cabo de un corto rato, y quedéme otra vez solo, pero ¡cosa extraña! sin inquietudes ni tristezas.
Pero, en cambio, era curioso y antojadizo, y nunca satisfizo un capricho de los muchos que le provocaban el aspecto y baratura de las mil trivialidades que veía en los escaparates de las tiendas, sin que al tomar el cambio de una moneda no recibiera un par de ellas falsas, monedas que, al entregarlas más tarde en otros establecimientos, le costaban serios disgustos.
La misma mujer que, considerada lejos de él, le inspiraba tan serios cuidados, ¡le parecía de cerca tan incapaz de faltar a sus deberes! ¡Mostrábase siempre tan serena, tan digna, tan en posesión de sí misma! ¡Inspirábale tal confianza cuando la comparaba con la marquesa, su vecina e inseparable amiga, cuando observaba el efecto de burla y aun de lástima, que en ella causaban las trivialidades y flaquezas de la fatua cortesana!.
Baraja, ruleta, trivialidades que encierran el enigma devorador, y ante las cuales el hombre se anula más eficazmente que muriendo, porque la muerte no es azar sino a medias.
Tiemblo levemente ante el peligro que representa el haberme dado cuenta que muchas veces estoy muy cerca de aceptar trivialidades, como las noticias de la calle - y no dejará de asombrarme lo dispuestos que están los hombres a llenarse la cabeza con esa basura y a permitir que rumores ociosos y cosas insignificantes entren a un terreno que debería ser sagrado para el pensamiento -.
Y, sin mucho cavilar, comprendiendo instintivamente que en el presunto enemigo podía ver un secreto aliado, comencé por donde primero se me ocurrió, es decir, por la más tonta de las trivialidades.
Sólo sabe ocultar las trivialidades.
Piense que yo no lo habría llamado para ocuparme de trivialidades ni para oírlas.
He empezado demasiado tarde la obra para derrochar tiempo en trivialidades.

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