Ejemplos con travieso

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Así es la familia Peluche: Ludovico, un padre tonto, Federica, una madre histérica, Bibi, una niña rara, Junior, un niño adoptado, Ludoviquito, un niño travieso y Exelsa, una sirvienta argentina.
El título del episodio parodia a la serie infantil de televisión Dennis the Menace conocida en España como Daniel el travieso.
La tira tiene como protagonista a un niño travieso, de nombre Matías, además de otros personajes, como su madre, el psicoanalista, la tortuga, Lazlo, Tatiana, Juan y el padre que solo aparece en los días del padre.
El travieso quedó frente a su pareja, moza arrogante y fea, de rudas manos, pelo aceitoso y cara negra, que le llevaba de estatura casi toda la cabeza.
Cuando hubo salido el Aligator, el estudiantillo travieso declaró en voz alta lo que todos pensaban para sí:
Sólo admitía ayuda de su travieso peoncito.
Los personajes amigos de los Hartrott hacían manifestaciones de amor a Francia: el amor piadoso que inspira un niño travieso y débil necesitado de protección.
Tíodijo una tarde el travieso perrero, usted que cree conocer bien la catedral, ¿a que no ha visto las cosas alegres que tiene?.
Su Eminencia, cerrando los ojos, se creía aún el monago travieso de medio siglo antes.
Comprábale un tricornio flamante, y no acababa el día sin que el travieso muchacho le recortase los bordes caprichosamente hasta darle el aspecto de una fantástica cresta.
Nadie la quería ¡era tan fea! Y el travieso bebé experimentaba satisfacción al oírse llamar hermosa por aquella boca de ochenta años.
Y el travieso bebé decía esto con tonillo irritado, levantando el puño.
Lo más particular era que la misma Fortunata, al correr el cerrojo con tanto cuidado, había sentido, allá en el más apartado escondrijo de su alma, un travieso anhelo de volverlo a descorrer.
El mismísimo enemigo malo, ¡Dios me perdone! No le tenga lástima, señorita, es un diablillo, más travieso que un mico.
El travieso y maleante clérigo gozaba lo indecible viendo al arcipreste sofocado, abotargado, con la mano en la oreja a guisa de embudo, o introduciendo rabiosamente el en las narices.
Y el cuento que quiero decir es éste: Convidó un hidalgo de mi pueblo, muy rico y principal, porque venía de los Álamos de Medina del Campo, que casó con doña Mencía de Quiñones, que fue hija de don Alonso de Marañón, caballero del hábito de Santiago, que se ahogó en la Herradura, por quien hubo aquella pendencia años ha en nuestro lugar, que, a lo que entiendo, mi señor don Quijote se halló en ella, de donde salió herido Tomasillo el Travieso, el hijo de Balbastro el herrero.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba