Ejemplos con trata

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Se trata de hacer una obra que beneficie los terrenos que hoy cruza el río, y se propone que la paguemos, en su mayor parte, los que tratamos en artículos de beber y arder, precisamente los que no tenemos media libra de tierra en la campiña.
Primera, que don Amaranto ahora me trata de tú.
Y aun añadiré que los huye, o los trata con frialdad y despego.
Que Pereda emplea procedimientos naturalistas, es innegable, que se va siempre tras de lo individual y concreto, también es exacto, que enamorado de los detalles, los persigue siempre, y los trata como lo principal de su arte, a la vista está de cualquiera que abra sus libros, que en la descripción y en el diálogo se aventaja más que en la invención y en la composición, es consecuencia forzosa de su temperamento artístico, que no rehuye la pintura de nada verdadero y humano, y, finalmente, que ha vigorizado su lengua con la lengua del pueblo, también es verdad y para honra suya debe decirse.
¡Si cabalmente se trata aquí de que haga usted sin desembolsar un cuarto, o poco más!.
Pero, felizmente, no se trata ahora de eso, sino de todo lo contrario.
De la ciudad, por ejemplo, se le pedían franquicias más o menos latas para el comercio o la navegación, a título de no sé qué méritos contraídos por la en determinadas crisis políticas o meteorológicas, pues cuando se trata de pedir, toda razón se alega por motivo justo: del distrito le carreteras o canales, y tal cual elector, porque había perdido la cosecha, por obra de no sé qué plaga, pretendía que se le perdonara la contribución de aquel año, amén de dársele grano para la nueva siembra, y de declarar desde luego exento del servicio militar a un su hijo que debía entrar en el sorteo próximo.
Se trata de que yo sea diputado por esta provincia.
Si no se trata de salir a la calle, sino simplemente de almorzar o de comer, usa el mismo ceremonial, pero sin quitarse la bata ni el gorro, y cuando una doncella avisa que está la sopa sobre la mesa, pasa la familia al elegante comedor, y allí se hace servir una bien sazonada comida, después de la cual, don Simón una hora de siesta sobre la cama, el sueño su señora en una butaca, y medita, o lee, o mira por los cristales a la calle la repolluda muchacha.
Se trata de un drama, pero la compañía puede representarlo lo mismo.
Por todo este conjunto desentonado y angustioso, habían trocado Simón y Juana su pintada casita de aldea, sus hermosos horizontes y sus floridos linderos, cuatro años antes del momento en que el lector y yo entramos en la villa de que se trata.
Regía allí la ley de razas, si no por colores, por posiciones o categorías, y se guardaban las distancias hasta en la casa de Dios, único punto de la tierra en que es un hecho la decantada igualdad social, menos cuando se trata de esos ridículos términos medios entre la confusión de las grandes poblaciones y la tranquila sencillez de la vida campestre.
No se trata de eso, sino del temor que yo tengo de que cambiemos, como el topo, y usted perdone la comparanza, los ojos por el rabo.
Por esta razón, la casa de Simón Cerojo era la única que en el pueblo de que se trata ofrecía un aspecto bastante risueño, si bien se nublaba un tantico los días festivos, por reunirse en ella más gente de la que dentro cabía, a jugar a las cartas y a beber algo que no se parecía al agua sino en el color.
¿Qué quiere de mí, señor? ¿No me trata de engañar? Siempre le tuve por bueno.
Además, no se trata de morirse, por lo que yo pude entender.
No se trata de insectos, sino de cristianos.
No se trata de una alusión personal, sino de una apreciación de orden general.
Se trata de que tú seas rico y lo seamos nosotros, queremos salir de esta miseria.
El alcalde perpetuo, don Basilio, dice, cuando de esto se trata: que en esa falta de aspiraciones está la dicha de Villaverde y la felicidad de sus gobernados.
No, Gabriela,le dije, trémulo y sonrojado,estimo la confianza de usted, agradezco infinito la bondad con que usted me trata, la amabilidad con que me distingue pero ¿qué decir de Linilla? ¿Que la amo con fraternal afecto?.
¡Qué dirá el señor Fernández si llega a saberlos! Es persona de buen juicio y de mucha experiencia, pero se trata de su hija, y no le será grato saber que Gabriela y yo somos a estas fechas sabrosísimo plato para los villaverdinos maldicientes.
Esta familia me trata muy bien.
Ya usted ha visto cómo me trata.
No se trata aquí de modales, sino de que me le coman esas bribonas.

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