Ejemplos con tiros

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Pues qué, ¿tanto abunda el verdadero patriotismo que sea necesario conquistar a tiros la y el de abandonar la propia casa y la familia y los negocios, por ir a cuidar de los ajenos?.
Ocurriósele de pronto una hipótesis: acaso la viajera fuese una inglesa o norteamericana, provista de rodrigón y paje con llevar en el bolsillo un revólver de acero de seis tiros.
Aquéllos eran los buenos tiempos, y por que volviesen fuimos muchos a tiros en las montañas.
Los tiros desde las ventanas no lograban detenerles.
¿Cómo había de ir por los montes disparando tiros, si para él transcurrían los años sin pisar otro suelo profano que el pedazo de calle entre la escalera de las Claverías y la puerta del Mollete?.
Era tan fiera su actitud destacándose erguido en medio de la acequia, se adivinaba en este fantasma negro tal resolución de recibir a tiros al que se presentase, que nadie salió de los inmediatos cañares, y bebieron sus campos durante una hora sin protesta alguna.
La madre, con su fino oído de mujer inquieta y alarmada por la tardanza del marido, había oído lejos, muy lejos, los cuatro tiros, y el corazón le dió un vuelco, como ella decía.
Tiros de noche podían ser una señal de incendio, de ladrones, ¡quién sabe de qué! seguramente de nada bueno, y los hombres salían de sus casas dispuestos a todo, con la abnegación y la solidaridad de los que viven en pleno campo.
Se lanzó por entre las cañas, bajó casi rodando la pendiente de una de las orillas de la acequia, y se vio metido en el agua hasta la cintura, los pies en el barro y los brazos altos, muy altos, para impedir que se le mojase la escopeta, guardando avaramente los dos tiros hasta el momento de dispararlos con toda seguridad.
Dos tiros el enemigo estaba desarmado.
Las ranas cantaban a miles, como si saludasen a las primeras estrellas, contentas de no oir ya los tiros que interrumpían su croqueo y las obligaba a arrojarse medrosamente de cabeza, rompiendo el terso cristal de los estanques putrefactos.
Quería demostrar a toda aquella gente que no la temía, y así como le había abierto la cabeza a , era capaz de andar a tiros con toda la huerta.
Hasta se echó varias veces la escopeta a la cara, queriendo disparar los dos tiros contra las ventanillas de la , deteniéndole únicamente el miedo a quedar desarmado.
Hasta viejas achacosas que jamás salían de sus barracas declararon que aquel día, a la misma hora en que sonaron los dos tiros, estaba en una taberna de Alboraya de francachela con sus amigos.
Los cuatro tiros en medio de la noche habían puesto en conmoción a todo el contorno.
Doña Luz, acompañada de su benigna amiga, estaba en una ventana baja, aguardando la aparición de la pompa y del triunfo, que se anunciaba ya por el resonar de los tiros y de los vivas.
A las puertas del lugar salieron los muchachos y los hombres de a pie a recibir la lucida cabalgata, y todos entraron por aquellas calles al son de las campanas que se habían echado a vuelo, entre vivas y aclamaciones, y atronando el aire a tiros de cuantas escopetas estaban servibles en Villafría.
La seguía ardiendo, con sus estallidos de leña vieja, que sonaban como tiros.
El rojizo humo envolvía al corro, y arriba, en el espacio azul, puro, ideal, deshonrado por un crimen, veíase caer al palomo inerte, apelotonado, atravesado por veinte tiros, como un miserable puñado de plumas.
¿Prefieres el arma de fuego? Pueden fallar los tiros, y entonces el alma se impacienta, suele suceder que la bala no toma la dirección conveniente y queda la bestia a medio matar con medio cuerpo muerto y medio cuerpo vivo.
Salió escapado de la casa, y al poco rato los del herrero del bajo vinieron diciendo que le habían visto en la Ronda, pegando tiros contra la tapia de la fábrica del Gas, como para ejercitarse ¡Ay!, estaba aterrada.
La razón es su tema pero no hay que fiar Lo que es los tiros, crea usted que no se le escapan.
Si hubieras tenido un adarme de sangre de hombre, cuando viste a ese y a esa, les habrías pegado seis tiros, dejándoles secos a los dos.
Yo, que no tenía otro móvil que la justicia, cuando les vi, cuando me persuadí de que pecaban, creo que si tengo un revólver, les suelto los seis tiros por la espalda.
Estaba el hombre que no sabía lo que le pasaba, creía soñar se daba pellizcos a ver si estaba despierto, anduvo algún tiempo por la calle como un insensato se reía solo le dieron ganas de comprar un revólver para ponerse a disparar tiros al aire ¡Ah!, lo que debía hacer era meterle un par de balas en el cuerpo a doña Lupe sí, por mala, por tacaña Pero no, no, perdonar a todo el mundo La vida es hermosa, y gobernar un pedazo de país es el mayor de los deleites.
Dos tiros al aire, y lo mismo que se desbandan los pájaros posados en un árbol cuando dais debajo de él dos palmadas, así se desbandó la asamblea de la República.
Me corrí a la partida de Callosa de Ensarriá y tiré montón de tiros a la Guardia Cevil.
No habría tiros, ni jarana no sería preciso hacer provisiones ¡Ah! Barbarita soñaba ya con hacer provisiones.
Digo, pues, que cada vez que pasaba con su barca daba fondo en una caleta que estaba no dos tiros de ballesta del jardín donde Zoraida esperaba, y allí, muy de propósito, se ponía el renegado con los morillos que bogaban el remo, o ya a hacer la zalá, o a como por ensayarse de burlas a lo que pensaba hacer de veras, y así, se iba al jardín de Zoraida y le pedía fruta, y su padre se la daba sin conocelle, y, aunque él quisiera hablar a Zoraida, como él después me dijo, y decille que él era el que por orden mía le había de llevar a tierra de cristianos, que estuviese contenta y segura, nunca le fue posible, porque las moras no se dejan ver de ningún moro ni turco, si no es que su marido o su padre se lo manden.
Bien habríamos navegado treinta millas, cuando nos amaneció, como tres tiros de arcabuz desviados de tierra, toda la cual vimos desierta y sin nadie que nos descubriese, pero, con todo eso, nos fuimos a fuerza de brazos entrando un poco en la mar, que ya estaba algo más sosegada, y, habiendo entrado casi dos leguas, diose orden que se bogase a cuarteles en tanto que comíamos algo, que iba bien proveída la barca, puesto que los que bogaban dijeron que no era aquél tiempo de tomar reposo alguno, que les diesen de comer los que no bogaban, que ellos no querían soltar los remos de las manos en manera alguna.

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