Ejemplos con tiradores

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Francia envió tropas malgaches, seguifas de un destacamento de tiradores senegaleses, y al mismo tiempo le pidió a su administración que buscase el apoyo de los notables locales para reestablecer la paz.
Los cambios fueron un interior inspirado en el Lancia Delta de la época ,nuevos frontal y parte trasera junto a unos tiradores de las puertas distintos y una definición de gama y acabados nueva.
En esta última batalla, los tiradores bóers dirigidos por el general Petrus Jacobus Joubert, asaltaron el otero donde se habían atrincherado el general George Pomery-Collery y sus tropas, dando como resultado la muerte del primero y la derrota estrepitosa y desordenada huida de las últimas.
Los tirantes o tiradores son correas elásticas de tela, que giran sobre los hombros para sostener el pantalón.
Como reservas a la retaguardia y al centro, las Milicias de Maldonado, las de San José de Mayo y los Tiradores de la Patria.
De esto se dieron cuenta los franceses que dieron orden de colocar tiradores para abatir a nuestros capitanes y al poco tiempo consiguieron sus propósitos: matando al General Gregorio Quirós, que iba sobre un caballo blanco, muriendo de dos balazos, el Comandante General de la división, Acebedo, y el General Cayetano Valdés caían gravemente heridos, y los sobresalientes oficiales Joquín Escario y José Peón también eran heridos.
Se adelantaba el general para envalentonar a sus huestes, cuando el capitán Manuel Solalinde ordenó a uno de sus mejores tiradores, el cabo Gervasio León, que lo abatiera.
Y revueltos con ellos, en el desorden de la carga, tiradores africanos con ojos de diablo y bocas espumeantes, zuavos de amplios calzones, cazadores de uniforme azul.
Allí estaban los tiradores africanos, más acá, los cazadores.
Además, en esta masa de combatientes había tiradores marroquíes, negros y asiáticos, que parecían crecerse lejos de las ciudades, adquiriendo a campo raso una superioridad que los convertía en maestros de los civilizados.
El vecindario vió escuadrones de , de teatrales uniformes, montados en sus caballitos nerviosos y ligeros, tiradores marroquíes con turbantes amarillos, tiradores senegaleses de cara negra y gorro rojo, artilleros coloniales, cazadores de África.
El número de tiradores había aumentado.
Eran combatientes de todas armas y de diversas razas: infantes, jinetes, artilleros, soldados de la metrópoli y de las colonias, campesinos franceses y tiradores africanos, cabezas rubias, rostros de palidez mahometana y caras negras de senegaleses, con ojos de fuego y belfos azulados, unos mostrando el aire bonachón y la sedentaria obesidad del burgués convertido repentinamente en guerrero, otros, enjutos, nerviosos, de perfil agresivo, como hombres nacidos para la pelea y ejercitados en campañas exóticas.
En la proa y la popa estaban alojadas cuatro compañías de tiradores asiáticos, pequeños, amarillentos, con ojos oblicuos y una voz semejante al maullar de los gatos.
Muchos eran hombres de color, tiradores indígenas con amplios calzones grises y un gorro rojo sobre el rostro negro o bronceado.
Pero el único milagro era que no se matasen los tiradores unos a otros con este fuego precipitado é infructuoso.
Ferragut, siempre corriendo, quedó detrás de los tiradores negros, de los cargadores, de los guardianes del puerto, de los marineros que acudían de todos lados, introduciéndose por los callejones de fardos y cajas Eran como los lebreles que baten las sinuosidades de la selva, haciendo salir el ciervo a campo llano, como los hurones que se deslizan por las galerías subterráneas, obligando a la liebre a volver a la luz.
Los mismos tipos del ejército de Oriente circulaban por sus aceras: ingleses vestidos de kaki, canadienses y australianos con sombreros de ala levantada, indostánicos enormes y esbeltos, de tez cobriza y espesa barba en forma de abanico, tiradores senegaleses, de un negro charolado, tiradores anamitas, de cara redonda y amarillenta, con ojos en triángulo.
Los oficiales del batallón de tiradores habían ido a la proa y la popa para mantener la disciplina de su gente.
Eran musulmanes, tiradores de Argelia y de Marruecos.
Los tiradores negros del centro de África enseñaban sus dientes de marfileña sonrisa a los gigantes bronceados, con grueso turbante blanco, procedentes de la India.
Las orillas eran barridas ahora por mujeres, y las descargas las efectuaban destacamentos de tiradores senegaleses.
En la sala, las impresiones bélicas subyugaban de tal modo a los tiradores, que guardaban solemne silencio.
Don Mateo fué al comedor y comenzó a escudriñar los tiradores.
Las descripciones de los asaltos de armas entre los célebres tiradores de la capital de Francia, excitaban también grandemente su curiosidad.
Él no era de los tiradores que marran.
¡No nos escribas más cartas acerca de los valles y montañas de Santander!—¿Qué pueden interesar ya a los suscritores de las delicias del campo, ni los baños de Ontaneda, ni los de mar, ni los saltos de los pasiegos, ni las apuestas de los barreneros de esas minas, ni las proezas de los tiradores de , ni los triunfos de los jugadores de , si el verano puede darse por concluido, si pasado mañana principia el otoño, si nadie piensa ya en los placeres de la naturaleza, si todos suspiran ya por los placeres del arte, si no hay quien desee salir de Madrid, si, por el contrario, los que salieron están preparándose a volver, y si tú mismo comienzas a aburrirte y a echar de menos la vida de la sociedad?.
Odiaba de tal modo las tiendas de tiradores de oro, que cuando pasaba por alguna, parecía que le entraba la jaqueca.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba