Ejemplos con timorato

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

La medida le implicó al grupo un aislamiento dentro de un partido que timorato se encolumnó detrás de esas medidas polémicas, que muchos criticaban por lo bajo pero apoyaban en público y en el Congreso.
Las autoridades Rusas no querían que el príncipe estuviera tan cerca de Polonia, y el timorato rey Estanislao II pidió que su sobrino se alejase más.
Así es que, aprovechando la estancia en León, y los conocimientos y acierto singular de Vélez de Rada, dedicose a reparar las brechas de su desmantelado organismo, y la vida metódica y la formalidad creciente de sus maneras y aspecto, que en la corte la perjudicaban revelando que empezaba a ser trasto arrumbado y sin uso, sirviéronle en el timorato pueblo leonés de pasaporte, ganándole simpatías y fama de persona respetable y de responsabilidad y crédito.
El primero: un pavo vanidoso, engreído con su fama, pagado de su saber, de su crédito y de su dinero, atascado en el pantano de su prosopopeya jurídica, el segundo: larguirucho, cetrino, amojamado, con aspecto de sacristán, célibe por egoismo, alardeando a todas horas de timorato y concienzudo, discreto y medido, paciente y culto.
Nunca el timorato capellán sintió tantas ganas de mentir.
Un tonto, un timorato del qué dirán, no lo serán jamás.
Este calavera es detestable, porque el cura liberal y despreocupado debe ser el más timorato de Dios, y el mejor morigerado.
»¿Y qué diré del sutil arbitrio que discurrimos para formar las fábulas de nuestros poemitas? Arbitrio que pareció tan cómodo, que todo poeta de bien y timorato le ha escogido para sí y trazas llevan de no soltarle hasta la consumación de los siglos.
Don Jacinto, con todo, parecía más mundano y menos timorato que de soltero.
Aun sin pecar de timorato había motivo sobrado para escandalizarse con aquella conversación de última hora.
Y timorato, aprensivo, sin embargo, cobarde, con una cobardía austera de avaro, no quiso dejarse estar.
Un comerciante, liberal y nada timorato, tenía depositados en la puerta de aquel centro de recreo un par de zapatos viejos.
Sin embargo, el Rector del Seminario, hombre excesivamente timorato, según frase de la marquesa de Vegallana, no pasaba por aquellas mescolanzas de curas y mujeres paseando todos revueltos, en un recinto que no tenía un tiro de piedra de largo, y que tendría cinco varas escasas de ancho.
Un hombre timorato cualquiera da a cada uno lo que legítimamente le pertenece, y cuando las circunstancias le hacen dueño de un objeto al cual pueda parecer dudoso su dominio, no descansa hasta aclararlo, porque prefiere la tranquilidad de su conciencia a cuantos tesoros encierran las entrañas de la Tierra.
-¡Válgame el cielo! ¡Qué misterioso y timorato os habéis tornado! ¿Acabaréis de una vez?.
Nadie me verá timorato.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba