Ejemplos con tendí

Entonces le tendí su mano en el suelo, lo acaricié de nuevo con ternura, y mandé venir a su médico.

Desalentado, en un momento de cansancio y de debilidad, me tendí al sol y quedé dormitando.

Llevé mis baúles a la barca, me tendí, apoyado en un rollo de cuerdas, y esperé impaciente la salida.

Defendiéndome del frío con mi gabán y la manta de viaje me tendí en un sofá de Vitoria, no sin requerir mi cachava, cuyo auxilio me pareció necesario en expectación de lo que ocurrir pudiera.

Tendí mis ojos sobre el apretado concurso.

Con más fatiga corporal que sueño me tendí vestido, y en el estupor letárgico que embriagó mis sentidos, algo como borrachera o vaporización de pensamientos, incurrí en el más extraño desbarajuste de las cosas reales.

Desalentado, rendido de cansancio, me tendí en el lecho.

Cuando yo le tendí la mano estaba trémula y sofocada por la exitación.

Corrí a mi casa, me encerré en mi cuarto, y me tendí en la cama.

Al ponerse el sol tendí la ancla grande, por haberse puesto el horizonte de mal semblante.

A las dos de la tarde salio la embarcacion, y me hice a la vela, y volví inmediatamente a varar: tendí dos espias para salir, y habiéndola puesto a las tres en flote, me hice a la vela y volví a varar a las tres y media, a cuyo tiempo volví a la faena de sacarla.

::¡He aquí a mi amado! ¡Como alfombra tendí por su camino las flores de mis mejillas!, ¡oh dicha mía! ¡Y el polvo de sus suelas fue un bálsamo bienhechor para mis ojos!.

Encendí luz, y tendí en torno una dolorosa mirada.

Y después me tendí junto a mi nueva amiga, y la poseí hasta por la mañana.

Hice un esfuerzo, tendí la mano izquierda y cogí la copa.

Y al llegar, me tendí extenuado en el lecho.

Saludé y tendí la mano, declarando mi nombre y profesión: Félix Llaguno, magistrado.

Y seguro de que al mirar de Tilde no le añadirían sentido alguno las palabras en un diccionario entero, me incliné y le tendí al mismo tiempo mis brazos y collar, abrochándolo tiránicamente a su garganta, tembloroso de enredarme los dedos en la regia mata de pelo y caoba, viva y eléctrica.

Y el demonio me prestó, sin duda, el poder sobrenatural y los medios de seducción casi irresistibles, con los cuales tendí a usía mis infernales redes, donde por vez primera logré que usía cayese para insultarle y maltratarle luego con infamia.

Y entonces me quité el manto y lo tendí en el suelo, para que lo pisase el asna en que iba montado el Rabí.

Tendí una última ojeada sobre el vasto cementerio.

Al ponerse el sol tendí la ancla grande, por haberse puesto el horizonte de mal semblante.

En seguida tendí la vista a mi alrededor.

Hicimos alto, mandé mudar caballos, y sediento de reposo, me tendí sobre las blandas pajas, haciendo de mis brazos cruzados cómoda almohada.

¡Era el negro del acordeón! Al mismo tiempo que volteaba la pierna derecha, le pegué con la izquierda en el pecho un fuerte puntapié, le di contra el suelo y me tendí al galope.

Me tendí cansado, como si hubiera subido con un quintal en las espaldas a la cumbre del Vesubio.

Al sentarse Camilo le oí decir: ¡Buen día, amigo! Y como la salutación despertara en mí la curiosidad de saber a quién se dirigía, tendí la vista alrededor del fogón y vi un indio rotoso, sin sombrero, tiritando de frío, acurrucado como un mono al lado de la bolsa en que Carmen tenía el azúcar, chupándose los dedos de la mano derecha y metiendo la izquierda con disimulo en aquélla.

tendí a esa fuente abierta en tu quebranto.

cierto es que yo debía matar a una, y maquinalmente, no queriendo, no esperando cogerla, tendí la mano al pasar por la centésima vez junto a mi rostro, y la cogí y la maté.

le tendí una de mis tarjetas de visita.