Ejemplos con tenderos

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Uno de los tenderos se quejó a la madre de Thompson de que Benjamín perdía más tiempo bajo el mostrador fabricando maquinitas, y leyendo libros de ciencia, del que dedicaba a atender a los clientes.
Por eso se celebró el acontecimiento como uno de los de más transcendencia, por aquellos sencillos habitantes, y fueron los tenderos, durante algunos días, el objeto de la admiración de todos sus convecinos, admiración que recibieron los admirados con toda la dignidad del caso: Simón, con los brazos remangados hasta el codo, de pie, y con el índice y el pulgar de cada mano apoyados sobre el mostrador, Juana, sentada detrás de éste, con el hocico plegado y los párpados muy caídos.
El consejero presidía con toda su grandeza estas diabluras de los amigos, sesudos negociantes de los puertos anseáticos que gozaban de grandes créditos en el o tenderos instalados en las repúblicas del Plata con una familia innumerable.
La cabeza, de pelo duro e intensamente negro rayado de canas prematuras, ocultábase en parte bajo un casquete redondo de seda, igual al que usan los tenderos.
En la plataforma del castillo de popa, entre botes, maromas y salvavidas, pululaban los pasajeros de tercera clase que gozaban de preferencia: tenderos ambulantes, rusas y alemanas con grandes sombreros de paja, que, agarradas del talle, hablaban de sus diplomas académicos y de la posibilidad de entrar en el seno de una familia del Nuevo Mundo para enseñar idiomas a los niños, jóvenes melenudos con trajes de buen corte, pero de raída tela, siempre con un libro en la mano.
Los tenderos salían a la puerta a escucharle, pero sonriendo, sin sorpresa alguna, como acostumbrados de antiguo a este espectáculo.
Los tenderos, los pocos transeuntes que cruzaban por la calle y alguna señora que se asomaba al balcón con el ruido, soltaban a reir alegremente.
Los tenderos, los sastres y las modistas exhiben sus géneros primaverales.
Santa Cruz, Bringas y Arnaiz el gordo, monopolizaban toda la pañería de Madrid y surtían a los tenderos de la calle de Atocha, de la Cruz y Toledo.
Solía decir que aquí los tenderos no saben envolver en un papel una libra de cualquier cosa.
Pues entoncesreplicó Juanito revolviéndose entre las sábanas, yo quiero que me digan para qué sirven mamá y Estupiñá, que se pasan la vida mareando a los tenderos y se saben de memoria los puestos de Santa Cruz A ver, que me expliquen esto.
Un vendedor ambulante de turrón había discurrido un rótulo peregrino para anonadar a sus competidores los orgullosos tenderos de establecimiento.
El sentimiento pintoresco de aquellos tenderos se revela en todo.
Están los negocios muy parados dicen los tenderos, y otro resuella también por la herida diciendo: No se protege al comercio ni a la industria.
Los tenderos de aquí apenas tienen el arte del , y en cuanto al arte de vender, pocos lo poseen.
Los curiosos se paraban ante la , salían los tenderos a las puertas, el barbero Calleja, que se hacía llamar , estaba también en su puerta pasando una navaja, y contemplando el club y a sus parroquianos con una mirada presuntuosa, que quería decir: si yo fuera allá.

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