Ejemplos con temeridades

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Su misticismo, según Charles-Victor Langlois es erudito, untuoso, ornamentado, florido, un misticismo que nunca incurre en peligrosas temeridades, es el misticismo ortodoxo de un rétorico sutil y prudente.
Sonreían algunas señoras, con el dulce reproche femenil que lamenta y celebra a un mismo tiempo las temeridades del valor, y le amenazaban cariñosamente moviendo una mano con el índice en alto.
Ni pararon aquí las temeridades de Soledad en aquella primera entrevista.
Por las noches, contra la opinión de su amigo Baráibar, que temblaba con las temeridades de Olózaga, este se disfrazaba hábilmente y se salía del sótano de la casa, no precisamente para pasearse por Madrid, sino para correr a misteriosas citas, en que no tenía participación la política.
Vos tan sólo me mirasteis cara a cara y afrontasteis las excelsas temeridades de mi pensamiento sin asustaros.
Los más atrevidos Tenorios, famosos por sus temeridades, bajaban ante ella los ojos, y su hermosura se adoraba en silencio.
Ocurrióseme también la idea de abreviar el suplicio dándome por entendida de la instancia y plantando en seco al exponente, pero ¿podía ser yo tan descortés con un hombre que no me había dado motivos para ello? ¿Y no me exponía también a que él me diera una lección, hasta de prudencia, afirmando que yo me curaba en sana salud, porque jamás había soñado con temeridades como la supuesta por mí? No tuve más remedio que resignarme a oírlo todo, cuando, deteniéndome en una de mis acometidas para marcharme, me dijo, casi lloroso de puro dulzón y suplicante:.
-¡Qué temeridades, Dios mío! ¿Por qué hará una estas cosas! -exclamó entonces la dama sinceramente espantada de su propia labor.
El viento se llevó aquel brillante discurso de nadie oído, y en el cual dijo el autor todas las temeridades de lenguaje y todas las hipérboles de amor que le inspiraron las circunstancias.
temeridades tenía hechos callos en el qué dirán.
facciones fueron temeridades, sin arte y sin consejo, todo arrojos? Y así os temieron más.
exorbitantes las temeridades y desaciertos del que le sucedió, que acreditaron mucho su.
Y si tal vez le decía al medio moro alguna palabra, me daba en los ojos con que qué podía hacer, que bastaban los riesgos que por mis temeridades y locuras había pasado, que no era razón por ellas mismas nos viésemos en otros mayores, que tuviese sufrimiento hasta llegar a Zaragoza, que todo tendría remedio.
Mi calidad ya sabéis que es mucha, mi hacienda no es corta, mi hermosura, la misma que vos buscastes y elegistes, mi amor no le ignoráis, mis finezas pasan a temeridades.

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