Ejemplos con tejado

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

El gobierno provincial subencionó parte de la obra y tanto el tejado como los bancos del templo fueron donados por la Cristalería Rigolleau.
El hastial tiene remate triangular, siguiendo las vertientes del tejado.
Al interior, la sencilla cubierta de madera descansa por tres lados sobre solera con decoración de cordón y el almizate está decorado con sencillos motivos geométricos, cuatro tirantes simples de madera contrarrestan el empuje que ejerce el tejado sobre los muros y dos pequeños tirantes en las esquinas de la cabecera del templo.
Cuenta con , incluyendo los barrios El Tejado, La Laura, El Sosiego, Los Zorzales, Castagnino,.
Siguiendo la tradición de la familia, los criados llevan a Meishan a una habitación solitaria en el tejado y la ahorcan.
Cuenta con cine propio y una pista de tenis en el tejado.
Aparece estructurado por un arco de medio punto flanqueado por dos pilastras lisas con capiteles jónicos, de volutas con un pequeño follaje de hojas de acanto que soportan un entablamento rematado por el alero correspondiente al tejado.
Durante su sueño el vecindario había tapiado todos los huecos y salidas, y el tuvo que salvarse por el tejado, entre las risotadas de la gente, que celebraba su obra.
Cerca de San José vio la bandera española flotando sobre el tejado de la alcaldía, y llegaron a sus oídos los golpes secos del parche del tamboril, el bucólico gorjeo de la flauta y el repiqueteo de las castañolas.
Un gato avanzaba lentamente por el ruinoso tejado, con estiramientos de tigre, pretendiendo atrapar a los inquietos gorriones.
A la tarde, el canario se vino al tejado de la casa grande, y allí se quedó largo tiempo, latiendo en el suave sol que declinaba.
En la presa bogaban con pachorra hasta media docena de patos, e infinitos gorriones revolaban en el alero irregular del tejado, mientras en el obscuro agujero de una de las desiguales ventanas florecía un tiesto de petunias.
A continuación, un tejado del pueblo se abrió como un cráter, volando de él maderos, fragmentos de pared, muebles rotos.
Cuando un estallido las quebrantaba demasiado, los trogloditas salían de noche, como hormigas desveladas, recomponiendo ágilmente el tejado de su vivienda.
La casa podía existir sin que él la visitase diariamente desde las cuevas al tejado, revisando hasta el último grifo.
La pelota estaba en el tejado y no tardó en caer.
Por encima del tejado del claustro veíanse las ventanas de la segunda fila de habitaciones, pues casi todas las casas de las Claverías tenían dos pisos.
Más allá, sobre el revoltijo de toldos, el tejado de cinc del mercadillo de las flores, a la derecha, las dos entradas de los pórticos del Mercado Nuevo, con las chatas columnas pintadas de amarillo rabioso, en el lado opuesto, la calle de las Mantas, como un portalón de galera antigua, empavesada con telas ondeantes y multicolores que las tiendas de ropas cuelgan como muestra de los altos balcones, en torno de la plaza, cortados por las bocacalles, grupos de estrechas fachadas, balcones aglomerados, paredes con rótulos, y en todos los pisos bajos, tiendas de comestibles, ropas, drogas y bebidas, luciendo en las puertas, como título del establecimiento, cuantos santos tiene la corte celestial y cuantos animales vulgares guarda la escala zoológica.
Y arriba, sobre la doble galería, clavadas en la crestería del tejado, colgaban lacias e inertes las banderítas rojas y amarillas, palpitando perezosamente cuando un suspiro fresco, enviado por el mar al través de la vega, arrastrábase sobre aquellas gentes aplastadas por la insolación, haciéndoles dilatar fatigosamente los pulmones.
De pronto levantaron el vuelo y se plantaron en el tejado.
Echando una mirada a lo alto del tejado, vio la Delfina que por encima de este asomaba un tenderete en que había muchos cueros, tripas u otros despojos, puestos a secar.
Me he caído del Cielo sobre un tejado.
Si le cojo, del primer borleo va a parar al tejado.
Doña Lupe furiosa, el pobre Rubín ido, y esta paloma volando al tejado del vecino.
El tejado del claustro era un puro calado, veíanse, al través de las tejas y las vigas, innumerables retales de terciopelo azul celeste, la cría de las golondrinas piaba dulcemente en sus nidos, cobijados en el sitio más favorable, tras el blasón de los Limiosos, repetido en el capitel de cada pilar en tosca esculturatres peces bogando en un lago, un león sosteniendo una cruz.
Rugía con creciente ira el viento, y la tronada se había situado sobre los Pazos, oyéndose su estruendo lo mismo que si corriese por el tejado un escuadrón de caballos a galope o si un gigante se entretuviese en arrastrar un peñasco y llevarlo a tumbos por encima de las tejas.
La cencerrada proseguía, implacable, frenética, azotando y arañando el aire como una multitud de gatos en celo el tejado donde pelean, súbitamente, de entre el alboroto grotesco se destacó un clamor que en España siempre tiene mucho de trágico: un.
No era diablo replicó la sobrina, sino un encantador que vino sobre una nube una noche, después del día que vuestra merced de aquí se partió, y, apeándose de una sierpe en que venía caballero, entró en el aposento, y no sé lo que se hizo dentro, que a cabo de poca pieza salió volando por el tejado, y dejó la casa llena de humo, y, cuando acordamos a mirar lo que dejaba hecho, no vimos libro ni aposento alguno, sólo se nos acuerda muy bien a mí y al ama que, al tiempo del partirse aquel mal viejo, dijo en altas voces que, por enemistad secreta que tenía al dueño de aquellos libros y aposento, dejaba hecho el daño en aquella casa que después se vería.

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