Ejemplos con taburete

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

en el sector de mobiliario industria,existe un tipo de taburete con ruedas retráctiles y aro de caucho estabilizado,denominado como Taburete-escalera o Taco,.
El otro apóstol tiene una postura aún más curiosa si cabe: está sentado en un asiento con una pierna flexionada, el muslo pegado al cuerpo y el pie pisa el taburete, las manos se apoyan en la rodilla.
A la derecha del pintor hay una mujer desnuda, su modelo, que observa al pintor trabajar, está de perfil y está peinada con un moño chignon, con las dos manos agarra un gran paño que arrastra sobre el suelo, sus ropas están descuidadamente lanzadas sobre un taburete.
Champfleury, el amigo del pintor, se encuentra sobre un taburete y representa la prosa, su diminio artístico.
Berthe Morisot, a la izquierda, con un vestido blanco de gasa y sentada sobre un taburete negro, hace la figura de heroína romántica e inaccesible.
Es típicamente un taburete corto, ancho, de cuatro patas con una tapa tapizada en tela, cuero o lana y acolchada.
Un artista intérprete o ejecutante normalmente se sienta en un taburete o asiento en el instrumento.
Es un género de humor conocido como stand-up comedy, ya que los cómicos están de pie en el escenario ante el público, en este caso con un micrófono y un taburete.
El asiento era un taburete rotatorio en los echadores para la flexibilidad máxima.
A la derecha se puede observar un taburete con un cojín sobre el que se coloca el sombrero.
Carmencita, en este momento mecía a su muñeca regaladamente, sentada en un taburete en el hueco profundo de una ventana.
Fernando buscó un taburete para sentarse a los pies de la niña, y como si cediera a un impulso contenido y frenético, con una embriaguez de palabras ardorosas, la habló de amarla mucho y amarla siempre.
Reynoso dio un salto en su taburete y quedó en pie frente a ella.
Pues se bajaba, y le alzaba los pies y se los apoyaba en un taburete así, así, y le ponía detrás de la cabeza hasta una docena de almohadas, almohadones y almohadillas, de distintos tamaños y hechuras, todo para acomodarlas a la respiración de la pobre señora.
Arreglole el descompuesto traje, y le puso a los pies un taburete, estirándole la bata de manera que se los tapase.
De pronto saltaba impetuosamente, como un muelle que se despliega, como una serpiente que se yergue, y empezaba a bailar casi sin mover los pies, ondulando sus ágiles miembros Y él sonreía con estúpido arrobamiento, tendiendo la diestra hacia un taburete árabe cargado de botellas.
A cada momento alzo la pluma, o dejo el taburete y el corte de palma en que escribo, para adivinarle a un doliente la maluquera, porque de piedad o casualidad se me han juntado en el bagaje más remedios que ropa, y no para mí que no estuve más sano nunca.
Yo me senté, pues muy a propósito hallé un taburete junto a la cama.
Como animado por tal agresión, todo el corro se lanzó contra el odiado intruso, pero encima de la línea de cabezas empezó a moverse un brazo nervudo empuñando un taburete con asiento de esparto, el mismo tal vez en que estuvo hasta poco antes.
Viéndose en el camino, a cierta distancia de la taberna, echó a correr, y cerca ya de su barraca arrojó en una acequia el pesado taburete, mirando con horror las manchas negruzcas de la sangre ya seca.
Los palos seguían en alto, relucían las navajas en los grupos, pero nadie se aproximaba a Batiste, y éste retrocedió lentamente de espaldas, enarbolando el ensangrentado taburete.
Quedó revuelta la gente en la plazoleta, rodaron las mesas, enarboláronse varas y garrotes, poniéndose cada uno en guardia contra el vecino, por lo que pudiera ocurrir, y mientras tanto, el causante de toda la zambra, Batiste, permanecía inmóvil, con los brazos caídos, empuñando todavía el taburete con manchas de sangre, asustado de lo que acababa de hacer.
, que desde su cubil parecía no fijarse en nada y era el primero en husmear las reyertas, así que vio el taburete por el aire, tiró del as de bastos oculto bajo el mostrador, y a porrada seca limpió en un santiamén la taberna de parroquianos, cerrando inmediatamente la puerta, según su sana costumbre.
Y cual trompeta gloriosa que anunciaba por anticipado el triunfo de , empezaron a sonar los ronquidos de el pequeño, caído de bruces sobre la mesa y próximo a desplomarse del taburete, como si todo el aguardiente que llevaba en el estómago buscase el suelo por ley de gravedad.
Un sillón de magistrado, una poltrona de ministro o un taburete de escribiente cualquier cosa, lo importante era sentarse en algún sitio.
¡Qué gallarda caía en torno del taburete la ondulante cola de aquella falda!.
La santa, concluida la oración mental, se había sentado en un taburete, y poniendo un gran libro sobre sus rodillas, leía con la cabeza inclinada a un lado, arqueadas las cejas, bajos los párpados, y cruzadas las manos en ademán muy humilde.
-¡''Miserimini mundanorum''! -exclamó con expresión de burla el boticario, envolviendo hasta dos docenas de píldoras en un cucurucho de papel, mientras el maestro se revolvía en su taburete, echando llamas por los ojos, y ternos secos por la boca, contra el mísero cirujano.
He aquí por qué unos, rodeando a la Tierra en un torbellino, la suponen fija en el centro del mundo, y otros la conciben como un ancho dornajo que tiene el aire por base de sustentación, como si fuese un taburete, pero todo esto sin preocuparse para nada del poder que la ha dispuesto como debía ser para que fuera lo mejor, y no creen que haya un poder divino, y, en cambio, se imaginan haber encontrado un Atlas más fuerte, más inmortal y más capaz de sostener todas las cosas, y a este bien, único capaz de ligar y abarcar todo, lo consideran como algo vano.
- Vas a oírlo: yo estaba sentado a su derecha, en un taburete, cerca de su lecho, y él, sentado más alto que yo, pasándome la mano por la cabeza y jugando como tenía costumbre con mis cabellos que me caían sobre los hombros, me dijo: Fedón, ¿no es mañana cuando harás que te corten tu hermosa cabellera?.

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