Ejemplos con susodichos

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

La gente del poblado hizo circular el rumor de que los susodichos bandidos harían destrozos en el poblado.
Aunque el propósito de la reunión era organizar una cacería de zorros , se sobreentendía que los susodichos zorros a ser cazados eran los mormones en Nauvoo.
Y su entendimiento también, ilustrado de mayor luz y acompañado y fortalecido por la fe, respondía a los argumentos susodichos, aquietándose con la victoria.
Todas las noches del año le obligaba a rezar el rosario con los dependientes de la casa, hasta que cumplió los veinticinco nunca fue a paseo solo, sino en corporación con los susodichos dependientes, el teatro no lo cataba sino el día de Pascua, y le hacían un trajecito nuevo cada año, el cual no se ponía más que los domingos.
Con motivo de los susodichos censos, el señorito buscó asiduamente las onzas del nuevo escondrijo de su madre, tiempo perdido: o la señora no había atesorado más desde el robo, o lo había ocultado tan bien, que no diera con ello el mismo diablo.
Atado que hubimos nuestros caballos a los recios troncos de los naranjos susodichos, emprendimos la subida por la rampa, que nos condujo al , estancia verdaderamente deliciosa, más propia de una italiana o de un granadino que de un monasterio oculto en los repliegues y derivaciones de una sierra de Extremadura.
Y este es el fenómeno que yo sometería al examen de los susodichos señores, tan dados a compaginar contrasentidos y desembrollar monstruosidades.
Esto que de suso esta declarado e por la orden que esta escrita es lo que se rresponde a los capitulos de parte de su real magestad, enbiados a esta çiudad Villena por el dicho Yllustre Señor Geronimo Brizeño de Mendoça, guovernador de este Marquesado de Villena por su magestad, e cometidos por el dicho ayuntamiento de la dicha çiudad Villena a los dichos Françisco Rodriguez Navarro e Hernando de Medina, alcaldes hordinarios, e Bartolome Rodriguez Navarro e Anton de Alpañes e a mi dicho escrivano, persona del dicho ayuntamiento, e a Françisco Martinez de Olivençia, vezino de esta çiudad, hijo de Juan Martinez de Olivençia, persona fuera del dicho ayuntamiento, y en esta respuesta e declaraçion se conforman, vista y examinada entre los susodichos, y por tal la dan firmada de sus nombres en cumplimiento de lo proveydo e mandado por su magestad real e del dicho yllustre señor Guovernador e del dicho ayuntamiento de la dicha çiudad Villena.
:Ansimysmo ay otros linages e parentelas de gentes nobles antiguas en esta çiudad, en las casas de los quales o que an sido de sus pasados, se an hallado e ay al presente escudos e señales de armas, algunas depintas e otras esculpidas, unas diferentes de otras, de muchas formas e maneras, que por no averlo pedido e declarado los susodichos en esta escritura, no se haze mas particular e larga rrelaçion, poruqe no se sabe al presente la causa por que las tienen.
:E por parte de Françisco Martinez de Olivençia e de Pedro Martinez de Olivençia, vezinos de esta çiudad, gente noble de antiguidad, nos fue fehca demostraçion de la merçed e privilegio que vuesa magestad dyo e conçedio a Juan Martinez de Olivençia, Capitan de vuesa real magestad e vezino desta çiudad, estando en Aranxuez, a veynte de otubre de mill e quinientos e sesenta e siete años, firmada del real nonbre de vuesa real magestad e de los de vuestro alto e rreal Consejo, por ante Antonio de Eraso, secretario, por el qual le dio e acreçento el escudo de armas de sus antepasados, que son dos torres de plata en canpo dorado y diez quines coloradas en canpo de oro, y ençima dellas arriva una cabeça de vaca en canpo azul, e un monte e fuego con una barquilla con que syrvio a vuesa real magestad en la jornada de Malta contra los turcos enemigos de vuesa real magestad, la qual ansimysmo dio e confirmo a los susodichos, los quales las tienen por sus armas e usan dellas los dichos Olivençias en casas e cosas suyas.
E que los susodichos, de mas de sesenta años a esta parte e de tanto tienpo que no ay memoria en contarlo, tenyan por armas en sus casas e rreposteros un escudo, en las dos cuadras altas una carrasca con bellotas en campo blanco a la parte derecha, e en la quadra yzquierda, un ala con espada en la mano en canpo colorado, y en la baxa e yzquierda quadra, un leon en canpo blanco, y en la quadra baxa derecha, dos bandas coloradas e tres amarillas, y ençima desta quadra, en canpo azul flor de lises amarillas, e que hazia demostraçion de los susodicho para que conste dello.
:E mostrando de su nobleza e hidalguia, para que se haga mencion dello en esta escritura, pareçieron presentes Alonso Rodríguez Navarro e el capitan Pedro Rodriguez Navarro, e dixeron que pareçe por escrituras que estan signadas de Alonso Gomez de Atravallo, notario de la villa de Mula, que en ellas esta ynserta una sentençia dada por el honrado cavallero Alfonso Yañez Fajardo, señor de la villa de Mula e Adelantado Mayor del Reyno de Murçia e Alcalde Mayor del Marquesado de Villena e uno de los del Consejo de nuestro señor el Rey, dada en la villa de Mula, a veynte e ocho dias del mes de setienmbre del año mill e quatroçientos e trenta e quatro, por ante Alfonso Gomez de Atravallo, notario de la dicha villa, que pleyto se tratava en el audiençia del dicho señor Rey, entre partes, el concejo e omes buenos de la dicha villa de Villena de una parte, e de la otra parte, Lope Gonçalez de Cadafalso e Sancho Gonçalez de Cadafalso e Gonzalo Martinez de Ferrera, e Alfonso de Yerve e Alfonso Rodriguez de Valdearnedo e Luy Diaz de Montoya e Bartolome Rodriguez Navarro, por rrazon que el dicho coneçejo les mandava rrepartir a los susodichos e sus bienes, los quales, como fijosdalgo e cavalleros, se defendian de no pagar dichos repartimientos fechos por el dicho señor Rey e por el dicho conçejo, diziendo ser libres de qualesquier pedidos por el dicho señor Rey o por el dicho conçejo fechos.
E por que avian tenido contienda en el conçejo del dicho pueblo con los fijosdalgo que en el estaban e tenian heredades sobre que les ayudasen a pechar en los pedidos que el dicho señor don Juan les fazia, lo qual nunca se avia declarado ni determinado, declaro el dicho señor don Juan e tovo por bien e mando que los dichos fijosdalgo susodichos e los que dellos vinieren fuesen libres de los pechos e pedidos como lo son los fijosdalgo de Castilla, empero, tovo por bien el dicho señor don Juan que si algunas heredades avian conprado los dichos fijosdalgo de seys años aca de algunos pecheros, que por razon de tales heredades ayudasen a pagar los dichos fijosdalgo al dicho conçejo en todos los pechos que echare.
Julián de Córdova y Soriano, y los susodichos pulperos acordaron no venderle más huevos.
Lo que sí hace y quizá resulte divertido es que mi padre fuera uno de los susodichos dirigentes, quizá el de ascendiente mayor en el departamento, y que mi aristocrática cuna me diera -como en realidad me dio- vara alta en aquel pueblo manso y feliz, holgazán bajo el sol de fuego, soñador bajo el cielo sin nubes, cebado en medio de la pródiga naturaleza.
Los personajes susodichos se acercaron a la moribunda, arrastrados más por el inspirado rostro que por las palabras de Gil Gil.
Y, diciendo y haciendo, se entraron los dos, uno tras otro, pasando un zaguán, donde estaban algunos de los convalecientes pidiendo limosna para los que estaban furiosos, llegaron a un patio cuadrado, cercado de celdas pequeñas por arriba y por abajo, que cada una de ellas ocupaba un personaje de los susodichos.
No bien nos convencimos de la gran verdad con que termina el capítulo anterior, echamos pie a tierra y nos sentamos al pie de unas robustas encinas que, en unión de los susodichos desollados alcornoques, sirven allí de penacho a la Contraviesa.
No eran de fácil arreglo los susodichos comprobantes para lograr la senaduría, porque las rentas propias, vueltos los manantiales al bajo nivel en que estaban antes de fomentarlos su suegro con el copioso caudal de sus talegas, no llegaban hasta donde la ley quería.
Uno de los susodichos tres, se volvió entonces al que tenía a su lado, y le dijo con voz atiplada y pedantesca:.
no todos los escritores susodichos me eran familiares, sino que.
Y lo cierto es, acá para internos, que a veces se me iban los susodichos por el maldito sombrero, y que hubiera dado hasta una caja de pinturas, que yo apreciaba en mucho, por haber podido sacarle a la calle impunemente.
Consternación general, nueva crisis, las consabidas embajadas, los susodichos sudores y los desmayos de siempre.
Formóse en seguida, no recuerdo por quién ni cómo, un Gobierno con carácter provisional, y aunque, por de pronto, no acusó el recibo de su poder en los mismos términos en que las Juntas lo hicieron, es decir, repitiendo los vivas y los abajos del pueblo, y aunque sólo se componía de dos elementos de los tres revolucionarios, no quedó la menor duda de que era un Gobierno completamente identificado con la revolución, supuesto que las Juntas, sin excepción de una sola, lo vitorearon y lo vitoreó también el elemento excedente y lo aclamó entusiasmada la Prensa revolucionaria, y por si esto era poco, sus hombres se sentaron con los hombres del Ministerio a la mesa del presupuesto, en dulce amor y compaña, confundiéndose en un solo plato todas las diferencias y todas las aspiraciones dé los susodichos tres partidos.
Los susodichos artistas están mucho mejor mirados en el día que en tiempo de Adam Smith, y no por eso abundan los buenos, ni se venden baratos sus servicios.
Mientras esta gradación siguieron las reflexiones de los susodichos tres personajes de esta historia, colocados, como tres estatuas del silencio, en tres rincones de la sala, pasaba en el escritorio, entre César y don Romualdo, lo que a saber va el lector, muy en reserva, por ser asunto delicado.
Sabido es por demás que los susodichos explotadores eran lo peor de cada casa, y que no habiendo entonces en el país ni ley, ni rey, ni roque, todo era en él primi ocupantis, por lo cual, antes que la herramienta del trabajo, todo buscador precavido adquiría un revólver y un puñal, porque no es necesario decir que lo que se adquiría arañando las costras de la tierra durante el día, había que defenderlo a menudo, por la noche, a tiros y a puñaladas.
Si todos los calaverillas madrileños hubieran presenciado esta escena, es más que probable que el mayorazgo no hubiera tenido que sentir más en igual género, pero como no todos los susodichos traviesos estaban allí cuando la primera bofetada, tuvo que pegar la segunda un poco más abajo, y la tercera más adelante, hasta que juzgó prudente ir a vestirse con su traje provincial, renegando de la independencia madrileña y de la educación y tolerancia de las «personas decentes».
Y así, pregunto otra vez: hoy por hoy, en este mismo instante, tal como usted es, tal como usted piensa y siente, ¿a cuál de los susodichos pretendientes elegiría? ¿Con cuál de ellos cree usted, hoy por hoy, en este instante, que sería más feliz teniéndole por marido?.
Las tres tribus de Mariano Rosas, de Baigorrita y de Ramón, que constituyen la gran familia ranquelina, cuentan los tres caciques principales susodichos, dos caciques menores, Epumer y Yanquetruz y sesenta capitanejos, cuyos nombres son:.

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