Ejemplos con suelas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Este polímero se conoce como Kraton y se utiliza para las suelas y pegamentos para zapatos.
Un día se presentó en el cuchitril de Belarmino Froilán Escobar, alias el Estudiantón y también Aligator, a que le pusiese palas y medias suelas a un par de botas, que para llegar a ser un verdadero par de botas no necesitaban, además de las palas y de las medias suelas, sino refuerzo en el contrafuerte, unos trozos de la caña y unos cuantos botones.
Y la pobre joven, casada con Vatacio el Herético por un padre necesitado de alianzas, había vivido largos años en Oriente con toda la pompa de una basilisa, envuelta en vestiduras de rígidos bordados que representaban escenas de los libros santos, calzada con borceguíes de púrpura que llevaban en las suelas águilas de oro, último símbolo de la majestad de Roma.
Golpeaba la arena del jardín con las suelas de sus breves zapatos.
Eran los cadáveres de los cuatro hulanos, cubiertos con unos capotes y mostrando por debajo de ellos las suelas enormes de sus botas.
Muchos caerían aún en las últimas convulsiones de la batalla que continuaba a sus espaldas, agitando con un trueno incesante la línea del horizonte Vió pantalones de grana que emergían de los rastrojos, suelas claveteadas que brillaban en posición vertical junto al camino, cabezas lívidas, cuerpos amputados, vientres abiertos que dejaban escapar hígados enormes y azules, troncos separados, piernas sueltas.
Atravesó el patio hablando a Aresti de las suelas de su calzado, que eran de paño y se mojaban en los charcos de la lluvia.
Se enrojecían los ojos, parecía que las pestañas iban a consumirse, secábase la piel sintiéndose en cada poro una aguja ardiente, y los pies movíanse inquietos, agitando las caldeadas suelas de los zapatos.
Las rudas suelas de sus zapatos de monte se pegaban al barro, la iba marcando con su lanza un agujero a cada paso.
Pisaba muy ruidoso, a causa de los grandes clavos que orlaban las suelas de sus botas, y ufanábase de no gastar antiparras ni haber tenido nunca sabañones.
Al anochecer entró doña Lupe, después de haberse limpiado el lodo de las suelas en el felpudo del vecino.
Ayer noté yo bien marcadas en el felpudo de la entrada las suelas de unas botas de persona fina.
También andaba por el suelo la corona real, triturada por las suelas de las botas, y el cetro de toda autoridad corría la misma suerte.
¡Lástima de agua del bautismo la que te echaron! Tramposa, chalana Te pateo la cara aunque me deshonre las suelas de las botas.

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