Ejemplos con soy

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Belarmino, con el tecnicismo de su inventiva, había dicho, traducido al pie de la letra: Fuera de la zapatería, e inscripto en el círculo de mi ortodoxia, que así puede llamarse círculo como cuadrado, puesto que la ortodoxia es la conciliación de los contrarios, soy fanático, y aún más, incendiario violento, pero fuera de mi centro propio y dentro de la zapatería, soy indiferente.
¿Por qué se figura usted que soy poeta dramático? Porque soy zapatero.
¿Por qué se figura usted que soy zapatero? Porque soy poeta dramático.
Por lo pronto, soy un maestro artista en zapatería.
Estoy abrumado, estoy tan pronto rabioso como desmadejado, estoy que me llevan los demonios, porque, ante todo y sobre todo, soy un artista, y aquí, en esta ciudad, no se me comprende ni hace justicia.
Y si después de muerto lo declaro, conste que no soy yo, sino un espíritu maligno que habla por mi boca.
Y ese es el destino cruel del enamorado monstruo, que soy yo, estar petrificado, a una distancia infranqueable de la amada y haciendo gárgaras.
Pero ahora resulta que soy dromedario por ser sacerdote.
Yo soy un epicúreo y tú un estoico, ¿no es esto?.
¿Soy yo superior a usted? Nada de eso.
Usted es la materia, yo soy el espíritu.
Un día se dijo: Ya soy remendón de portal , y se le llenó el alma de gozo, como si hubiera conseguido al fin una posición firme, largo tiempo anhelada.
Valeiro bien me decía que soy el moderno Ovidio.
Si yo fuera joven, no seguiría adelante, porque ¿qué vale toda la ciencia ante estos dos hechos tan sencillos: que esta joven es bonita y que se rinde a ciertas proclividades? Pero, puesto que si no senil soy senescente, me sobrepongo a las flaquezas de la carne, completo el giro y examino a la muchacha desde los cuatro puntos cardinales.
Fuera de la zapatería, y suscrito en el círculo de la paradoja, que es un cuadrado, porque es el ecuménico, soy fanático y hasta teísta macilento, pero dentro de la zapatería, y en ridículo, soy analfabético.
¿No podría usted hacerme uno así? Soy muy exigente para el calzado.
Yo no soy todavía del todo filósofo, pero cada día lo soy más.
Bueno, también republicano de celebro, por eso soy filósofo.
En mi profesión soy analfabético.
Yo también soy aprendiz filósofo.
El árbol amarillo de otoño ignora que se muere, yo soy quien lo sabe, cuando en un cuadro perpetúo su agonía.
Pero aquí, en este triste cuartucho y frente a usted, no puedo incorporar la voz de la conciencia, sino que soy una pobre concavidad sombría en donde la voz de la conciencia hace eco.
Yo, como sacerdote que soy, soy creyente.
Le digo a usted que, a veces, extendiendo la mirada sobre mis vecinos de mesa, cuyos dramas privativos se me presentan al pronto con escénica plasticidad, y elevándome a seguida, y como que a pesar mío, a contemplarlos filosóficamente, , como sombras inconsistentes y efímeras, me acomete un escalofrío patético, me dan ganas de llorar y soy capaz de tragarme, sin parar atención y como si fuese un plato de natillas, la empedernida chuleta que me han servido.

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